Experimento Auroa 3: Ocaso

Ultima_Jugada_403.

Sábado por la tarde.

 

El tren se encontraba a toda marcha hacia el primer distrito, la cantidad de pasajeros había cambiado abruptamente de un momento a otro. Actualmente las personas que se encontraban en el mismo vagón eran: Aleister, Sebastián, Leandro, Bruce, Julián, Azul y Noah.

-Creo que lo mejor hubiera sido dejarlo en un hospital –comento Azul respecto al cuerpo inconsciente de Sebastián el cual se encontraba en el asiento al lado de ale.

El chico con un mechón de pelo blanco parecía estar algo sensible… o mejor dicho inestable -¡No digas estupideces! No confió en nada ahora, podría ser un gran error dejarlo en algún lugar para que lo traten. Lo mejor es que se quede a mi lado.

-Por favor, nos gustaría estar al tanto de la situación. No queremos ser un estorbo, queremos ayudarte –le dije a Aleister. Mi mejor amiga me llamo paranoico, pero resulto ser una excelente idea traer conmigo una mochila con el activador en su interior.

Aquel chico de ojos morados suspiro –Verán, yo soy miembro del clan Ashford y estaba en desacuerdo a cómo eran las cosas que hacia mi padre. Por esa razón me separe de mi familia y de mi clan, tal vez haya tenido uno que otro choque con mis hermanos y ahora mi padre quiere acabar conmigo antes de que yo acabe con él…-

Noah intervino en la explicación –No sé si debería decirlo pero está más que obvio que es una trampa entonces.

-Eso ya no interesa, decidí adelantar mis planes y encargarme ahora de la molestia que es mi estúpido padre. Si ustedes cinco quieren ayudarme solamente quédense detrás de mí y hagan lo que les diga, no tengo el tiempo de preocuparme por ustedes en este momento –Él no se refería solamente a mí y a mis mejores amigos, sino que Bruce y Leandro también querían ayudar a Aleister.

-Tú no te preocupes, sabes que tenemos la ayuda de Ari, Ocaso y Alba también –agrego Leandro levantando su cabeza arriba del asiento de Aleister, él y Bruce se encontraban sentados atrás de donde estaba el chico de mechón de pelo blanco. Yo no logre entender a qué se refería Leandro ¿Se refería a esa amiga de Bruce? Si no me equivoco ella se llamaba Alba y el lunes habíamos ido a buscar a su hermano aunque pensé que ese era Lean, todo esto se tornaba cada vez más confuso para mí pero no era el momento indicado para hacer preguntas, teníamos que actuar.

 

 

 

Paso alrededor de una hora, nos bajamos todos del tren y estuvimos caminando por las calles del centro del primer distrito hasta llegar a nuestro destino. Unas tres cuadras antes de llegar nos topamos con un montón de camiones blindados bloqueando el camino, estos no dejaban a las personas continuar adelante, pero de todos modos los guardias si nos dejaron pasar a nosotros.

Cruzando esa línea de seguridad la presencia de personas desapareció, solo quedaban los edificios lujosos vacíos y el viento que los atravesaba. Se sentía como una película del viejo oeste, donde estaba a punto de comenzar un enfrentamiento entre dos pistoleros.

Al final de la calle se encontraba un edificio gigante con varias letras colgando, el conjunto de estas letras formaba la palabra “Onyx” Pero lo que llamo nuestra atención no fue el hecho de que el padre de Aleister sea el líder de la corporación Onyx, sino fue la extraña persona de aproximadamente 19 años esperándonos en la entrada. Esta persona era un varón, su pelo era rubio y rulado, vestía de una forma algo elegante y el iris de sus ojos eran completamente negras mientras que sus pupilas eran blancas.

-Claramente él no nos dejara pasar –comente lo obvio.

-Esto es simple –comento Aleister –mi padre quiere matarme a mí, a ustedes los ignorara. Yo lo distraeré mientras que ustedes se meten a ese edificio, solo existe una forma en la que mi padre pudo hacerle algo así a mi sebas, busquen por todo el edificio a un niño dentro de un tubo y conectado a muchos cables, luego libérenlo y listo.

-Sin contar a la seguridad no suena como algo muy difícil –dijo Noah.

Antes de ponernos en marcha la voz de lean nos detuvo –Vayan ustedes tres –nos dijo mientras Bruce se quedaba a su lado –nosotros ayudaremos a Aleister.

-Él dijo que no lo estorbáramos –recordó Azul sus palabras.

-Ustedes solamente confíen en nosotros, él necesitara nuestra ayuda –a todo esto, el chico con el mechón de pelo blanco no se interpuso, observaba a su rival ignorando todo lo demás que lo rodeaba. Con mucha fuerza sobre sus brazos para que nada en el mundo se lo robara, cargaba a su compañero de pelo rojo y ojos verdes inconsciente.

 

 

 

Intentando rodear lo más posible la zona de enfrentamiento de ellos dos, nosotros tres llegamos hasta la entrada al gran edificio de la corporación Onyx. Las puertas de cristal se encontraban bloqueadas por rejas de metal al igual que las ventanas.

-¿Y ahora qué? –pregunto Azul.

-Puedo intentar piratear el sistema de seguridad –sugirió Noah revelando el gran brazalete metálico en su muñeca –Pero no veo alguna entrada para conectarme al sistema.

Mientras mis dos mejores amigos hablaban yo tome entre mis brazos la mochila que cargaba en mi espalda, la abrí y del interior saque un gran anillo metálico del diámetro justo de mi cabeza. Coloque el activador a la altura de mi frente y presione un botón, mágicamente varios cables conectados al anillo metálico aparecieron, estos se estiraban hasta el suelo donde desaparecían como si atravesaran el asfalto -Dejen que yo lo intente –les pedí a mis dos mejor amigos, ambos se hicieron para un costado y yo me concentre en las rejas de metal que bloqueaban la puerta.

En el interior de mi cabeza hice unos cálculos rápidos, con varias ecuaciones saque la presión entre otras cosas, para finalizar comencé a cerrar lentamente mis manos y los barrotes de metal comenzaron a juntarse hasta ser una bola metálica.




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