Experimento Auroa 3: Ocaso

Intersección_Cósmica_001.

Lunes 14 de septiembre – 21:28 PM – Distrito 16.

 

Un chico de cabello negro y rulado se disculpaba mientras los tres estábamos afuera de la puerta de su casa, prácticamente nos estaba echando, aunque él no quisiera hacerlo sentir de esa forma -Lo siento chicos, pero mi mama se va a enojar conmigo y ustedes siguen aquí.

-Uhhh santi que aburrido –comenzó a abuchearlo el más bajito de nosotros tres.

Decidí intervenir para evitar un conflicto entre esos dos –Esta bien, no te preocupes. Mi madre también suele ser algo estricta, así que te entiendo…no como otros –concluí mirando disimuladamente a Mateo.

-¿Qué significa esa mirada? –quiso saber el chico de baja estatura algo confundido –Que lástima que sus padres sean tan rígidos, los míos son más geniales.

Por supuesto que eso era algo muy subjetivo y dependía de la persona, para algunos tener padres rígidos y estrictos era algo bueno, ya que sus hijos saldrían con buen carácter; aunque en la mayoría de los casos heredarían sus tradiciones y forma de pensar anticuada. Por otro lado, tener padres algo más despreocupados, por así decirlo, podía ser bueno para algunos ya que tenían más libertad para hacer lo que se quisiera; pero esas personas serían más propensas a tener personalidades despreocupadas y vagas.

-¿Tu madre sabe dónde te encuentras en este momento? –le pregunto a mi amigo de más baja estatura.

-Ehmmm por supuesto –respondió este último con una clara vacilación.

Al escucharlo contestar eso nuestras caras se volvieron inexpresivas, intercambie unas miradas con santi y él dijo lo siguiente –Tu teléfono se te cayo hace treinta minutos y todavía no te diste cuenta –acto seguido el chico de cabello rulado saco de su bolsillo un teléfono celular táctil y negro.

Casi parecía que Mateo se largaría a llorar de rodillas en ese lugar –Ay muchas gracias, mi mamá me iba a matar si descubría que perdí otro celu más.

Tanto mi amigo dentro de su casa como yo por fuera dejamos salir un suspiro –De nuevo lo siento, los acompañaría, pero dejamos un desastre adentro y tengo que limpiarlo.

Sentí que mis lentes comenzaban a caerse deslizándose por mi nariz , por lo que rápidamente me los acomodé –No te preocupes, igual tampoco vivimos tan lejos. Así que no deberíamos tener problemas.

-Bueno, avísenme cuando hayan llegado a sus casas –concluyendo con nuestra charla santi cerró la puerta de su casa en nuestros narices.

Mateo y yo comenzamos a caminar por la oscura vereda de la vecindad donde estábamos, la casa de él estaba a unas 8 o 10 cuadras al igual que la mía. Solo que la diferencia era que estaban en lugares opuestos, por lo que no caminamos mucho tiempo juntos –Fue muy divertido hoy, así que nos vemos mañana en la escuela Lean.

-Claro.

Haciendo gala de su habilidad estrella de capacidad 6, mi amigo de baja estatura comenzó a reflejar la luz que llegaba a su cuerpo por lo que se volvió invisible al ojo humano –Nos vimos –logre escuchar su tenue voz a la par que se alejaba a la distancia.

-Está bien –dije para mí mismo antes de tomar rumbo a mi casa. Vivo en este barrio y en la misma casa desde que nací, por lo que conocía este lugar de memoria. Sin embargo, hoy todo estaba extrañamente oscuro, no podía ver a nadie más además de mi caminar por las calles, y sumado a esto, un escalofriante viento hacia mover las ramas de los árboles entre sí.

Pero eso no significaba que estuviera solo ya que las luces de las casas a mí alrededor estaban encendidas y podían verse por las ventanas siluetas humanas dentro –Mejor le envió un mensaje a mi mamá de que ya estoy yendo –saque mi teléfono celular y de bolsillo y comencé a escribirle mientras caminaba.

Cuando termine volví a bloquearlo, pero antes de guardarlo me percate como la pantalla negra reflejaba el brillante cielo nocturno, me detuve un momento para observarlo con mayor detenimiento y una magnifica lluvia de asteroides estaba tomando lugar arriba de mi cabeza. Era algo majestuoso como los cometas atravesaban la ciudad con una larga cola brillante por detrás…o eso hubiera dicho si no fuera algo que ocurre cada lunes por la noche.

Nos encontramos en la Ciudad Auroa, la mayor metrópolis científica y tecnológica de todo el mundo. Una gran ciudad amurallada cuyo avance científico les permitió a sus 9 millones de habitantes desarrollar poderes sobrenaturales conocidos como Habilidades Estrella, el estudio e investigación del funcionamiento de estos poderes impulsan a la ciencia, y la ciencia impulsa a los poderes.

Alguien cuya vida cotidiana se acostumbró a la presencia de estas habilidades sería mucho más difícil de impresionar y por ese motivo la mayoría de los 18 distritos de la ciudad tenían grandes atracciones que los diferenciaban: Así como el distrito 13 es conocido como el distrito rural al ser el menos urbanizado, el distrito 8 es conocido por su festival del Paseo de las Flores Voladoras, el distrito 17 es el más pequeño de todos ya que fue construido como un cilindro con varios niveles bajo tierra. Este distrito, el 16, era conocido por estar bajo una gran geo-cúpula-climática que le permite al gobierno alterar el clima del lugar; eso también incluye proyectar cosas en la cúpula como una lluvia de cometas o algún eclipse o alineaciones de planetas, por ejemplo.

Sin darle mucha importancia a lo que sucedía en el falso cielo continúe mi camino con normalidad hasta mi casa, aunque mientras caminaba escuche un extraño sonido proveniente de un extraño callejón a mi lado –Debe tratarse de un gato perdido o algo –me dije a mi mismo para retomar mi camino.

Pero sin darme cuenta, en ese instante me tropecé y caí de cara al suelo. Desde el suelo observé para mis pies y vi una soga que estaba atada entre un árbol y un poste de luz, pero teniendo en cuenta la oscuridad no pude verla, por lo que terminé cayendo. Sin embargo, ojalá todo hubiera acabado ahí -¿Quién fue el estúpido que hizo esa broma? –me pregunté observando a todos lados mientras mi cara me ardía y me dolía mucho la nariz.




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