Sábado 10 de octubre – Decimo Distrito – 20:32 PM.
El cielo se había tornado de un color naranja oscuro, la cantidad de personas por las calles habían disminuido drásticamente y la luz que cubría el distrito comenzaba a ser más artificial que natural.
-Yo…Ehm…es que, bueno, espero que Azul y Noah la hayan pasado bien hoy –lleno de preocupación hasta las células, a Bruce le costó mucho comenzar con esa oración.
Yo conteste con una sonrisa -Se los preguntare más tarde, pero por sus expresiones puedo asegurarte que ese fue el caso – si mis cálculos no fallan ya había pasado casi un mes desde que comencé a relacionarme con mi compañero de clases asocial. Todo se debió más a circunstancias externas que por mi voluntad, pero con el paso de las semanas deje de ver Bruce como alguien que solo me interesaba por su peculiar condición, entre salidas y charlas de a poco fuimos desarrollando una confianza mutua; y a este paso parecía que lo mismo sucedería con Azul y Noah.
Caminar del centro del distrito donde nos encontrábamos hasta nuestras residencias tomaría entre 30 y 40 minutos -¿Prefieres que caminemos o tomamos un tren? – quise saber.
Bruce bajo su mirada al suelo, pase suficiente tiempo con él como para entender lo que quería decir al momento de hacer ese gesto -¿Te molesta que vayamos caminando?
-Jajajajaaj – no pude evitar reírme. En el pasado nunca me hubiera imaginado en esta situación y con esta persona –Por supuesto que no, pero apresurémonos que el toque de queda va a comenzar pronto.
Ambos continuamos nuestro camino por la vereda hasta llegar a la esquina de la cuadra, en ese lugar el semáforo estaba en verde y los autos iban y venían por la calle –Entonces… ya sabes…cuando puedas mándame todo el material – comenzó a hablar Bruce de forma nerviosa, al menos ya no era tan nerviosa como hace unas semanas.
-Por supuesto – conteste –Yo ya terminé mi parte y Azul también, falta que Noah me envié lo suyo así lo recopilo y te lo mando para que hagas la presentación – la escuela Ejemplar nos pidió hacer una exposición sobre un tema de economía y los cuatro hicimos grupo para hacerlo. La presentación era el miércoles por lo que aún teníamos tiempo, aunque de todas formas Noah no debía dormirse en los laureles como la última vez.
El semáforo cambio su luz a amarillo y los autos comenzaron a frenar antes de llegar a la celda peatonal, un momento después la luz volvió a cambiar, aunque esta vez a rojo y con esa señal nosotros comenzamos a cruzar la calle.
Al llegar al otro lado de la cuadra sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo, fue algo extraño y cuando observé para adelante lo vi. Un chico unos cuantos años mayor a yo se encontraba parado en medio de la vereda con sus brazos en la cintura y de una forma muy orgullosa.
Me pareció un poco incomoda la forma en la que él me observaba, pero cuando su vista cambio a mi amigo para mirarlo también lo hice, reconocí esos ojos violetas y más que nada reconocí ese peculiar cabello cuya mitad izquierda era blanca y su mitad derecha de color negro -¿Aleister? – pregunté confundido mientras mi cabeza se inclinaba ligeramente a un lado.
-No tengo tiempo para saludos – yendo en dirección contraria a las demás personas ese chico se acercó a Bruce y lo tomo del brazo –Debemos apresurarnos Bruce, la reunión de ellos comenzara pronto. Debemos actuar mientras tengan la guardia baja.
El chico a mi lado parecía un poco incómodo de cómo lo obligaban a hacer cosas, Bruce al ser alguien que no sabe expresarse bien es del tipo de personas sumisas que acepta hacer algo, aunque en realidad no quiera –Esperen un segundo – dije colocándome en medio de ellos dos. Al hacerlo el chico de ojos violetas se sonrojo de forma extraña < ¿Él no siempre va acompañado de alguien?> esa pregunto golpeo mi mente de repente.
-Esto es urgente, necesito que él me ayude en algo.
-¿En que necesitas que te ayude? – quise indagar en el tema.
-Bueno, necesito que me ayude a asesinar a un grupo de personas corruptas.
Escucharlo a él decir eso de una forma tan natural y calmado hizo que todo rastro de emoción desapareciera de mi rostro –Oh…asi que se trata de eso – no me esperaba esa respuesta asi que no sabía bien cómo reaccionar. Aleister era ese tipo de persona que parecía vivir en un mundo distinto al del resto de personas, hace en la vida real esa cosas que uno solo ve en la ficción.
-Bueno tengo que llevarme a Bruce, ya no tengo tiempo para perder.
-Está bien, pero yo iré con ustedes – esas palabras abandonaron mi boca sin haber pasado por mi mente antes. Las dos personas se quedaron atónitas observándome < Pero ¿Qué fue lo que hice? ¿En qué me estoy metiendo? Solo quería evitar que Bruce vaya ya que el parecía no querer hacerlo, pero no quería meterme yo también>
Bruce fue el primero en romper el silencio –No tienes que hacer esto Julián.
Ya no podía dar marcha atrás –Si, no te preocupes. Tengo el activador guardado en la mochila, siempre lo traigo conmigo. A parte esto debería servirme como siguiente nivel para mi entrenamiento.
-Está bien, como tú quieras. Pero debemos darnos prisa, el helicóptero está en la terraza del edificio en frente – el chico de ojos violetas señalo un alto edificio a nuestro lado y comenzó a caminar hasta allí, nosotros dos lo seguimos por detrás.
-¿No deberíamos llamar ayuda? Esta parece una misión peligrosa e importante – le pregunto Bruce a Aleister.
-Algo así como la Fundación S.P –agregue.
-Blagh, ellos son unos estúpidos. Pero si llame refuerzos, se nos unirán más tarde –una sonrisa demoniaca surgió en la cara del chico al frente. Él parecía muy confiado y seguro de lo que hacía rumbo al helicóptero, yo seguía pensando en que me había metido.
Distrito 6.