Un día para ti 3: Hasta que mueras.

Caminaba rumbo a la cocina, no debería faltarme mucho más para poder llegar, aunque todo seguía siendo tan diferente. Era como si nunca hubiera sido de noche y eso simplemente era imposible, vivo en una ciudad de ciencias, así que no puedo creer que esto sea por obra de magia.

Mi recorrido por el pasillo se detuvo ya que delante de mí un sofá me impedía avanzar, en ese cómodo sofá se encontraban sentadas dos personas. La primera parecía estar leyendo una revista sobre plantas mientras que el segundo solo estaba a su lado intentando pasar el rato aburrido.

El chico de pelo negro estaba tocando el cachete de la otra persona rápidamente y seguido para molestarlo - ¿Qué sucede ale? Estas muy aburrido ¿No es así?

- ¿Qué es lo que estás leyendo sebas? Siempre que tienes tiempo libre te veo leer una revista así.

El chico pellirrojo separo su vista de las páginas de la revista para observar a su compañero y amo al lado –Esta página habla sobre cómo cuidar plantas, que debes hacer para que no mueran y cosas así.

- ¿Te gustan las flores sebas? – pregunto el amo con una cara confundida.

-Jajaja así es. No tanto como me gustas tú, pero si mucho –con su dedo índice el sirviente toco la nariz de su señor y ambos comenzaron a reírse.

El joven de pelo negro dio un salto del sofá y con ambas manos presiono los dos cachetes de su sirviente - ¿Qué te parece si pedimos construir un invernadero? Allí podrías plantar tantas flores lindas como quieras.

-Ay Ale jamás me dejarían tener a mí un invernadero, con suerte puedo salir de la mansión a comprar cosas del hogar y solo si tu vienes conmigo.

Una expresión de molestia se formó en la cara del joven –Entonces molestare a mis hermanos y a mi padre tanto hasta que me dejen tener uno. Pero eso sí, tú tienes que ayudarme a cuidarlo.

-Me parece una excelente idea eso.

El sofá y las dos personas desaparecieron para permitirme continuar avanzando rumbo a la cocina –No entiendo que está sucediendo aquí ¿Por qué esos recuerdos aparecen en frente de mí? Esto no tiene sentido – solo me quedaba atravesar una habitación y llegaría a mi destino.

Antes de llegar a la cocina primero debía atravesar una gran sala en la cual se encuentra una gigantesca mesa, pero al momento de abrir la puerta un lindo y gran jardín se hizo presente ante mí. Al final podía apreciarse un invernadero -¡¿Por qué mierda está pasando todo esto?! – Me enfurecía no poder entender porque estos recuerdos se mostraban ante mí - ¿Es un sueño? Sí, eso debe ser. Todo esto debe ser un sueño.

Mi furia desapareció ya que la puerta de cristal del invernadero se abrió y del interior salieron dos personas, una más grande que la otra, una de cabello rojo y el otro de pelo negro con un mechón de color blanco –Esas flores están quedando muy lindas, jamás me imagine que madre vendría a cortar algunas para poner en un jarrón ¿Sabes lo que significa eso? Es genial.

Ambos sonreían y se divertían mientras caminaban de regreso a la mansión –Eso es solo porque ambos hacemos un gran trabajo.

-Por favor Sebas no digas eso, tú estás haciendo todo el trabajo. Yo soy un inútil al momento de hacer estas cosas.

-Jajajaja tampoco para tanto. Es que te puede sonar tonto, pero me identifico mucho con las flores, ellas crecen en un solo lugar y no pueden moverse de ahí por el resto de sus vidas. A mí me crearon para mantenerme en esta mansión y no puedo abandonarla casi nunca, es muy molesto eso.

Ambos chicos se detuvieron, aquel de pelo negro tomo la mano del mayor e intercambiaron miradas –No te preocupes por eso, una idea lleva en mi cabeza estos últimos días. Quiero vengarme de mi familia, no quiero soportar esto nunca más. Voy a huir de esta casa, preparare todo y luego vendré a rescatarte mi amor.

-No creo que esa sea una buena idea Ale.

-Tú aguantaste muchas cosas malas por mí en todos estos años, ya no quiero verte llevar ese peso en tu espalda. Solo dame un poco de tiempo, luego de que escape vendré a buscarte.

-Soportar el dolor un poco más de tiempo no me hará nada, tu tomate todo el tiempo que necesites para eso.

Ambos chicos comenzaron a besarse para que después esa escena desapareciera ante mis ojos. Comencé a correr por el comedor inútilmente ya que todo se había desvanecido -¡NO! ¿Qué es todo esto? Sebas ya no tienes que estar encerrado aquí más tiempo, yo asesine a mi familia. Ahora puedes salir y disfrutar del mundo, podemos hacerlo juntos ¿Sebas? ¿Por qué no lo dejaba salir? Me siento confundido...no me siento bien conmigo mismo -lleve mi mano al pecho donde una extraña y dolorosa sensacion me carcomia por dentro. 

Abrí la puerta final, pero al entrar mi cuerpo choco con el de alguien más provocando que ambos caigamos al suelo. Después de ese golpe abrí mis ojos y miré hacia adelante, un chico de cabello negro y blanco yacía confundido delante de mí. Ambos nos encontrábamos en la cocina y podía escucharse como una fuerte tormenta se desataba afuera.

- ¿Aleister? ¿Eres el tú real?

- ¿Sebastián? ¿No eres otro recuerdo?

-Estoy muy seguro de que no lo soy.

-Yo estoy muy seguro de que soy real.

Sin siquiera levantarse del piso ese chico se lanzó sobre mí provocando que volviera a caerme, podía sentir como sus brazos se aferraban con fuerza alrededor de mi pecho transmitiendo su calidez.

-Lo siento Sebas, lo siento muchísimo – el chico de ojos violetas comenzó a llorar como si fuera un niño pequeño, de sus ojos brotaban lágrimas y de su boca salía un llanto –Soy un imbécil, soy un completo imbécil. No me di cuenta de nada, todo este tiempo aguantabas en silencio cosas para que no me preocupara, estabas encerrado aquí sin nada para hacer.

Su cara apoyada en mi pecho, sus lágrimas manchando mi ropa y sus llantos llegando a mi oído. La mezcla de todas esas cosas hizo que mis defensas se rompieran y que de a poco comenzara a llorar al igual que él, Aleister me abraza con fuerza y yo hacía lo mismo.