Organización Andrómeda 1.

Martes 13 de octubre.

El desayuno se encontraba servido a mi lado, pero estaba ignorando por completo el hecho de comer, en su lugar toda mi atención estaba dirigida en el libro que sostenía entre mis manos “El Libro de la Ley” un libro algo pesado de portada dura y brillante con una luz plateada, en el centro de su portada estaba el dibujo de varios círculos unidos por líneas que formaban un rectángulo.

El amor de mi vida, quien estaba desayunando en frente de mi decidió hablar -Déjate de rodeos ari ¿De qué trata ese libro?

Dando vueltas en el aire por toda la cocina se encontraba un niño de ojos estrellados –Ese libro es un objeto mágico muy poderoso, se lo entregue a Aleister para que nos facilite completar nuestra tarea.

-Eso no respondió a mi pregunta ari.

-Jejejejeje será más divertido que lo averigües a que te lo diga sebas ajajajajajaja cuando se dé el momento lo podrás ver – ese antiguo y sagrado ser celestial parecía disfrutar mucho hacer esto. Actuaba tal cual con la apariencia de niño que tenía.

Por primera vez en toda la mañana decidí apartar mi vista del libro que tenía, en su lugar me concentré en el líder de los aspectos –ari – dije su nombre con una voz firme que lo obligo a detener sus tonterías en un instante.

-¿Qué es lo que sucede A l e s i t o?

-Estuve pensando en lo que me dijiste ayer, sobre tu hermano desaparecido y al que no podemos encontrar todavía.

Logre escuchar como a mi lado sebas casi se atraganta por lo que decía -¿Cómo alguien o algo puede hacer que un aspecto desaparezca? Eso no me parece muy creíble.

Mis ojos cambiaron hacia el lindo chico de cabello rojo –Yo tampoco lo comprendo bien, pero es algo que si sucedió. Estuve pensando y me preocupa que algo pueda pasarle a los otros aspectos y receptáculos.

Después de darle un mordisco a una tostada con un huevo frito encima, el lindo chico de ojos como esmeraldas dijo justo lo que quería escuchar -¿Y qué idea tienes en mente? – el líder de los aspectos también parecía muy curioso de lo que pensaba.

-Los receptáculos, y por lo tanto los aspectos, están esparcidos por toda la ciudad y creo que si algo malo ocurre es mejor que todos estén juntos para manejar mejor la situación.

Escuche un resoplo salir de la boca de sebas –Ale, cada receptáculo tiene su propia vida cotidiana. Asisten a la escuela, salen con sus amigos y hacen sus asuntos. No creo que ninguno este de acuerdo con ser encerrados todos en un mismo lugar solo por su protección.

Bajé la mirada un poco avergonzado –Si tienes razón amor – pero rápidamente volví a levantar mis ojos en alto –Pero no tiene por qué ser así, solo hay que hacer que todos muevan sus vidas a un espacio más seguro y controlado.

-¿Cómo piensas lograr eso? –quiso saber el líder de los aspectos.

-Muajajajajajaja eso es sencillo. Descubrí que la corporación Onyx financia una institución de clase alta ubicada en el tercer distrito de la ciudad, en este lugar es normal que se transfieran cursos enteros de otras escuelas.

Sebas llevo sus dedos a la barbilla –Hmmm creo que ya entiendo por dónde va este asunto.

Ari levanto sus brazos en alto como si festejara -¡Si, ale! Mueve tus influencias.

Decimo distrito – Escuela Ejemplar.

Casi todos los alumnos habían abandonado el curso, pero nosotros cuatro todavía nos encontrábamos allí -¿Entonces qué es lo que hacemos? –quiso saber la chica de largo cabello rulado y de color negro.

-Lo mejor será que se vayan, no los voy a hacer esperarme – le conteste a mi mejor amiga para acto seguido observar los utensilios de limpieza reposando sobre la pared –La profesora Ester dijo que esta semana me toca a mí quedarme a limpiar el curso después de clases.

Bruce dio un paso al frente -¿Qué te parece si te ayudamos a limpiar Julián? De esa forma acabaríamos más rápido.

Rápidamente mi otro mejor amigo coloco su mano sobre el hombro de Bruce –Él debe limpiar solo, ya sabes que si la profesora se entera que lo ayudamos nos castigara a los cuatro –le recordó el chico de cabello gris.  Este último bajo su mirada al suelo algo desilusionado.

-Creo que ya deberíamos dejarte de hacer perder tiempo – volvió a tomar la palabra Azul –Nosotros ya nos vamos, espero que te vaya bien limpiando.

-Sí, está bien.

Mis tres amigos se despidieron de mí y yo de ellos para luego dejarme solo en el curso, en realidad no estaba solo ya que en cada curso un alumno es asignado para limpiarlo después de clases una vez a la semana. Sumado a los maestros en la sala de profesores –Me agrada la idea que ellos tres regresen sin mi después de clases, espero que de esa forma se hagan más amigos de Bruce – me dije a mi mismo para verle el lado bueno a la relación.

Deje salir un suspiro de mi boca luego de observar los instrumentos de limpieza, tenía una escoba, un balde vacío, un secador y un trapo de piso. Me daba demasiada flojera tener que limpiar, aunque mientras más rápido empezara más rápido acabaría. 

Levanté cada silla del curso para colocarla arriba de sus respectivos bancos, ahora que el suelo estaba casi libre de obstáculos comencé a pasar la escoba para limpiar el suelo. Pero al acercarme a la esquina del curso donde se sienta Mercedes y su grupo me topé con algo, tirado a un costado del banco yacía un pequeño bolso de aspecto nuevo, por la posición en la que se encontraba deduje que era propiedad de Mer –Seguro se le olvido, será mejor que lo guarde – me dije a mi mismo tomando el lindo y caro bolso en mis manos.

Alrededor de una hora y media más tarde logré cumplir con mi tarea, me despedí de los profesores a cargo y comencé a caminar a la salida de la escuela. Caminando por uno de los pasillos logre escuchar unos ruidos, a un costado de mi había una ventana que daba al interior de un curso y dentro de este se encontraba isco todavía limpiando, él luchaba contra una escoba muy molesto <Él tiene tan mala conducta que siempre lo dejan haciendo eso, no sé cómo se puede tardar tanto si lo hace tan seguido> pensé a la par que caminaba.