El toque de queda había comenzado hace rato, las únicas personas que podían encontrarse afuera eran los miembros de la Fundación S.P los cuales se aseguraban de que los alumnos de todas las escuelas respetaran esta restricción. Mientras me escapaba de mi residencia me encontré con dos de esos miembros, logré reconocerlos ya que se trataban de estudiantes de mi escuela; en específico eran alumnos de un curso superior, el más alto era Tomas y el otro era uno de los mellizos Oviedo. Cada uno tenía en su mano una lata de café por lo que era obvio que les tocó el turno nocturno.
No fue difícil pasar sin que ellos se percataran de mi presencia, después aterrice en medio de la calle. Este sector del distrito se encontraba muy oscuro, la poca iluminación provenía de las lámparas al costado de las veredas.
Del interior de mi bolsillo saqué un pequeño dispositivo del tamaño de la palma de mi mano, presioné uno de los botones del costado y este se encendió. En su pantalla negra aparecía una figura circular en el centro, supongo que ese era yo, y delante de mí una flecha me guiaba hacia otro circulo que me imagino se trataba de esa tonta chica mimada.
Chasquee mi lengua molesto –Si mili o guada se enteran de que estoy haciendo esto se molestaran mucho conmigo – también estaba muy molesto de tener que hacer esto, era frustrante que otra vez se repitiera la misma historia del pasado.
Sin más rodeos comencé a caminar por la oscura y vacía calle siguiendo esa flecha que titilaba con un irritante sonido.
Aún en la oscuridad fácilmente podía ubicarme por el lugar donde caminaba, reconocía las calles, los edificios y las tiendas hasta que en un momento el dispositivo de rastreo me informo que me encontraba muy cerca de mi destino. Observe para todos lados y solo estaba en medio de la calle, en una intercesión de varias avenidas -¿Esto es una broma? – Todo el lugar me era muy familiar y al girar mi cabeza a la derecha me encontré con la escuela Ejemplar, el lugar al cual asisto -¿En serio estas personas instalaron su base aquí? Que estupidez.
No. Ese no era el caso, según el dispositivo de rastreo Mercedes se encontraba muy cerca de mí, pero al observar en la dirección que señalaba la flechaba solo encontraba una calle vacía y oscura -¿Ella me dio una mierda averiada? ¿O acaso…? – reflexione la situación unos segundos –Espero estarme equivocando.
Lo que estaba a punto de hacer era algo arriesgado, si me equivocaba crearía un gran desastre y hasta seria arrestado por la Fundación de Seguridad y Protección –No puedo creer las cosas que termino haciendo por ese estúpido de cabello rojo – deje salir un suspiro y concentre toda mi furia en mi puño derecho.
Con ira resolví los cálculos en mi cabeza, un torbellino de aire comenzó a girar a mi alrededor, el hidrogeno es un elemento que se encuentra en el aire, comencé a aumentar la presión del aire en un punto en específico del asfalto de la calle debajo de mis pies. Una vez que complete los cálculos solo me agache y de un golpe seco destruí la calle generando un gran pozo para caer debajo, más específicamente en el alcantarillado del distrito.
Para mi sorpresa al caer no termine empapado de agua sucia, sino que termine en un cuarto de concreto parecido a un bunker, había varias cajas de madera, tuberías viejas y en especial un montón de personas. El torbellino de polvo que giraba a mi alrededor comenzó a desaparecer y me percate de varias personas heridas y un montón de sangre en el lugar <No me esperaba que los escombros de mi ataque lastimaran tan gravemente a otras personas, pero si se encuentran aquí no estarán haciendo nada bueno en primer lugar>
Todos estaban atónitos ante mi repentina entrada en escena, no los culpo, yo tampoco me esperaba esto -Creo que ya es momento de acabar con toda esta estupidez –dije para acto seguido hacer tronar los huesos de mi mano.
Aunque con mucha valentía o mucha estupidez alguien comenzó a acercarse a mí, era un chico rubio con dientes afilados y una mirada de demente, tenía varios tubos atados y armas blancas a lo largo de su pecho y cintura –¡Oye¡ Tú, imbécil! No sé quién te crees, pero estamos en medio de algo – ese tipo hizo flotar varios cuchillos muy afilados y sin perder tiempo los lanzo a donde me encontraba.
< ¿Telequinesis?> fue lo primero que pensé. Mi habilidad estrella me permite controlar el hidrogeno lo que incluye el oxígeno, utilizando este último genere un proceso acelerador de perdida de electrones en el compuesto químico que en este caso eran las afiladas hojas de los cuchillos.
De un segundo al otro las armas blancas lanzadas a mi dirección se oxidaron tanto que se volvieron polvo –Dije que voy a acabar con esto rápido – repetí y al igual que mi oponente no perdí tiempo. Concentre la presión del aire en mi puño y me acerque corriendo a mi oponente para golpearlo en el estómago, como resultado este último salió disparado hacia una pared de concreto.
Todos los demás adultos que se encontraban en el lugar me observaron confundidos para luego apuntar sus armas hacia mí -¿Eres un amigo o un enemigo? – pregunto uno de los adultos.
Gire mi cabeza para observarlo con una sonrisa -¿Qué? Jajajaja no me vengas con esa estupidez ahora imbécil – en el interior de mi cabeza resolví otras ecuaciones químicas y el resultado no tarde en mostrarse en el ambiente y las personas presentes.
Los adultos que me apuntaban no tuvieron tiempo de presionar el gatillo de sus armas, algunos cayeron inconscientes en el suelo mientras que otros se sintieron tan mal que comenzaron a vomitar. La razón de esto era algo simple, la alta concentración de hidrogeno que estaba provocando en el ambiente genera una falta de oxígeno para el cuerpo humano lo que da como resultado un mal funcionamiento de este: Dolores de cabeza, mareos, desmayos, vómito y hasta depresión.