Lunes 19 de octubre – 07:02 AM.
La camisa blanca que me coloque parecía estar recién planchada, la corbata de color azul oscuro también parecía ser nueva. Apresuradamente me coloque los pantalones del uniforme -¿Todavía siguen allí? – pregunte agitado.
Atravesando la pared de mi cuarto apareció un chico de ojos verdes y cabello naranja vistiendo una túnica blanca con bordes dorados –Así es lean – contesto el aspecto del Ocaso –Tus amigos todavía te esperan en la entrada, pero apresúrate que parecen apurados – con ese último comentario terminé de abrocharme el cinturón y salí corriendo de mi habitación.
La residencia estudiantil cuenta con siete pisos y cada alumno tiene su cuarto el cual incluye un dormitorio, un baño y una pequeña sala de trabajo; es un lugar pequeño, pero muy acogedor. El comedor se encuentra en el primer piso y tiene los tres horarios de comidas, aunque es posible salteárselos.
Me acerqué a la entrada y abrí la puerta para encontrarme con un chico de pelo rulado y negro, santi; y a su lado otro chico de menor estatura, Teo. Ambas parecían estar un poco apresurados -¿Qué paso lean? – pregunto mi amigo más alto tocándome el brazo con el dedo índice como si mandara una señal en código morse.
-Lo siento mucho chicos, es que no pude dormir anoche – me excusé.
Detrás de mí sentí la voz de una cuarta persona –Que irresponsable de tu parte Leandro, tu primer día en una nueva escuela y vas a llegar tarde – me susurro al oído.
No pude evitar molestarme con Ocaso al escucharlo decir eso -No quiero escuchar eso de ti, es tu culpa por quedarte hasta muy tarde.
Rápidamente gire mi cabeza para volver a ver a mis dos amigos delante de mí -¿Te quedaste hasta tarde drogándote? – quiso saber Teo mirando desconcertado.
Podía sentir como mi cara se ponía colorada al escucharlo decir eso –Ehm…lo siento. Creo que todavía estoy un poco dormido – solo rogaba que ellos dos se creyeran mi barata excusa improvisada. Detrás de mí podía escuchar a Ocaso reírse a más no poder.
-Esta…bien – era de esperarse que no se tragaran la mentira y la forma en la que contesto santi solo me lo confirmo. De todas formas, teníamos algo más importante de que preocuparnos, y eso era no llegar tarde –Solo apresurémonos a la parada del colectivo – concluyo mi amigo más alto y acto seguido los tres comenzamos a correr.
El colectivo freno y abrió sus puertas para que los tres pudiéramos subir –Las clases comienza a las 8 y son las 7:12, creo que llegaremos a tiempo –comente después de revisar mi reloj para que mis amigos no se preocuparan. El colectivo arranco de nuevo y los tres nos fuimos a sentar al final.
Los asientos de los costados estaban ocupados por una gran variedad de adolescentes, la mayoría vestía el mismo uniforme, mientras que otros pocos tenían puestos otros tipos de uniformes.
-No me esperaba que el colectivo llegara tan rápido – hablo santi.
Teo tan optimista como siempre agrego -Adoro nuestra suerte, debe ser porque es nuestro primer día.
El lugar donde me senté se encontraba al lado de una ventana y mientras el autobús seguía su recorrido observaba el paisaje, los edificios de este lugar no eran tan altos y podían apreciarse mucho más espacios verdes. Por las veredas también podían observarse estudiantes de otras escuelas caminando con tranquilidad -Parece que no llegaremos tarde después de todo.
-¡Oigan! – llamo nuestra atención Teo –Me imagino que alguno de los dos si leyó el panfleto guía, porque yo no.
Santi no se anduvo con rodeos –Yo no, ocupe mi tiempo en otra cosa anoche.
-¿Estuviste soltando al ganso? – pregunto el menor de nosotros.
-¡No! Que imbécil ashh – nuestro compañero más alto golpeo en el brazo a Teo y este último comenzó a reírse.
Aprovechando el momento en el que ellos estaban distraídos solté un susurro -¿Qué averiguaste? – la pregunta no iba dirigida a mis amigos o a algún otro pasajero del autobús, sino que con quien hable fue ese ser cósmico que solamente yo podía ver, él estaba parado a mi lado agarrándose del caño del colectivo.
-Ohh que suerte, por un momento pensé que estarían molestos conmigo – hablo él con una sonrisa en su rostro.
-Deberían estarlo – continúe hablando en voz muy baja –Después de todo me haces quedar en ridículo a veces.
-Tienes que admitir que te encanta seguirme el juego jajajajajajajajaja.
Estaba a punto de recriminarle en voz alta, pero rápidamente tome conciencia de mi situación y no hice nada, me quede callado observando cómo se reía. Luego de un momento él paro su chiste y se concentró, Ocaso estuvo toda la noche informándose sobre este lugar y por ese motivo no pude dormir bien –Bueno, te contare todo lo que averigüe – comenzó la explicación –El Campus Atenas es un complejo de investigación y desarrollo para usuarios de habilidades estrella, aunque muchos Nebula Trails también son aceptados para estudiar en este lugar si pueden pagarlo. El lugar recibe muchas inversiones de distintas empresas muy importantes, y hasta la misma ciudad colabora con las finanzas…
Eso explicaba la apariencia tan moderna del lugar y del hecho de que tuviera muchos lujos y tecnología de punta que ni siquiera se encuentra en varios distritos de la ciudad.
-…Como ya sabes este campus fue construido en un gran sector del tercer distrito, puedes pensar en este lugar como en un círculo, uno dividido en cuatro partes. La primera es donde se encuentran los dormitorios de todos, los parques, plazas, shoppings, cines, etcétera; mientras que los otros tres lugares son las tres grandes academias que conforman los pilares del campus. Cada academia es demasiado grande, tienen su propio equipo para manejar y desarrollar poderes adaptándose a las cualidades de cada alumno.
-Recuerdo haber leído de que el contacto con el resto de la ciudad está muy limitado – interrumpí a ese aspecto fanático de la ciencia.