El Campus Atenas es un lugar centrado en la investigación y desarrollo de las habilidades estrella y eso significa que sus instalaciones están llenas de usuarios talentosos o con potencial para explotar, por lo tanto, es de esperarse que ellos tengan un buen sistema para hacerle frente a estudiantes rebeldes o fuera de control.
Acompañado de Luna viajamos hasta el tercer subnivel del instituto Ritsumeikan en donde se encuentra la zona de detención. Según la información que leí el lugar era capaz de aguantar el disparo directo de una bomba nuclear, además de tener unos canalizadores de muy alta potencia y los robots de seguridad disparaban balas crismal.
Un mensaje llego a mi celular mientras ambos caminábamos por el pasillo blindado bajo tierra, desbloquee mi celular para ver la notificación -¿Ya desactivaron las notificaciones? – me pregunto mi compañera.
Necesitábamos usar su habilidad estrella de capacidad 8 para poder interrogar a nuestro testigo –Pero evita dar cualquier señal que le haga enterarse de que fueron desactivados –recalque solo por las dudas.
La expresión de su rostro cambio a una sin emociones –Si, ya lo sé – contesto molesta por decirle algo obvio, de seguro sentía que la trataba como una niña, aunque solo era mi trabajo.
-¿Lista?
-¿Tú lo estás?
Delante de nosotros se encontraba una puerta de grueso metal blindado, en esta había una pequeña ventana de cristal que dejaba ver el interior: una sala completamente en blanco con una mesa en el centro, una lámpara colgando en el centro y una niña de primer año con sus manos esposadas a la mesa -¿No te parece un poco exagerado esto? – ella solo era una niña de 14 años con dos coletas y que vestía ropa de color rosa. Verla en este lugar y de esa forma no me parecía lo correcto, aparte tampoco creo que haya cometido un delito tan grave.
-No tengas compasión con ella solo por su apariencia. Ella filtro tecnología clasificada del campus al exterior solo por dulces, fuerzas de la fundación S.P se desplegaron para recuperar esa tecnología, ella era muy consciente de lo que hacía y del problema que causo.
Era literal como si Luna hubiera leído mi mente, abrí mi boca, pero antes de formular las palabras con la lengua mi compañera volvió a interrumpirme –No creas que use mi poder para saberlo, pero gabi, somos compañeros de clase y de trabajo. Tengo una clara idea de lo que piensas.
Mi cuerpo no pudo evitar sonrojarse al escuchar ese comentario, me daba vergüenza ser como un libro abierto para ella. Además, tampoco debería ser un libro tan interesante que digamos.
-Está bien – le di punto final a la conversación para poder centrarnos en lo importante –Ahora concentrémonos en esto –saqué mi tarjeta estudiantil y la pase por el escáner de la puerta ubicado donde debía estar un picaporte. Una luz verde se encendió y la puerta se abrió permitiéndonos a ambos ingresar al lugar.
El olor impregnado en la habitación me recordó al de una sala de dentista por alguna razón. Ambos nos sentamos en las dos sillas en la mesa, desbloqueé mi celular y le leí a Luna la información que tenía –Camila Strandeberry, estudiante del primer año del instituto Ritsumeikan y usuaria de telequinesis en capacidad 5 ¿Verdad?
La niña sentada en frente de nosotros no dio respuesta, me impresiono que ni siquiera hiciera algún gesto en su rostro <Sin duda esto hubiera sido mucho más difícil sin Luna> en ese momento mi compañera de piel pálida y cabello azul oscuro se asomó por la mesa para acercarse a la otra chica -¿Cómo te encuentras hija? ¿Estás cómoda? ¿Todo está bien?
La actitud inexpresiva de la niña dio un giro de 180 grados, sus ojos se volvieron brillosos y las lágrimas brotaron de ellos. La detenida de nombre Camila intento desesperadamente mover sus brazos para abrazar a Luna, aunque las cadenas de sus muñecas se lo impidió -¡MAMÁ! ¡MAMÁ! – gritaba ella desesperada por la protección maternal que no podía recibir de la otra chica que tenía en frente.
De repente la situación se volvió mucho más incómoda para mí –No te preocupes mi niña, ya estoy aquí. Pero necesito que te calmes y me cuentes que fue lo que sucedió.
Ahora un poco más relajada la detenida de nombre Camila hablo–Sucedió hace pocas semanas, había recibido una nota contándome de esa oferta. Yo quería negarme al principio, pero los dulces que me ofreció eran de la misma marca que me regalabas antes de venir al Campus, no pude evitarlo, fue algo del momento, yo, yo…solo acepté.
Era obvio lo que estaba sucediendo, mi compañera de la Fundación Seguridad y Protección, Luna, utilizo su habilidad estrella de capacidad 8 Hearts Key con esa niña; ella redujo la distancia emocional y psicológica que había entre ambas. En este caso eso provoco que la detenida Camila sintiera a Luna como si fuera su propia madre y al parecer la detenida tenía una relación muy cercana con su madre.
-Pregúntale quien es la otra persona, la que recibió la tecnología.
-No te preocupes mi niña, esto terminara pronto y serás libre, ambas compraremos más dulces, pero antes necesito que me digas quien te mando esa nota ¿A quién le diste la tecnología? – me pareció un poco incómodo la forma de hablar de mi compañera, se siente extraño verla meterse en el papel con el que la ve el afectado por su poder.
-Yo no sé quién es, me dieron las instrucciones de dejar lo que me pidieron dentro de una caja en un callejón. Cuando fui de vuelta al segundo día las cosas no estaban y en su lugar estaban los dulces.
Me sorprendió mucho escuchar eso y después de pensarlo unos segundos me puse de pie –No creo que podamos conseguir más información útil de ella, creo que lo mejor será regresar a la sede y buscar a más personas que fueron sobornadas como ella.
-¿Estás seguro? – quiso saber mi compañera.
-Tu poder Hearts Key puede hacer que las personas no mientan, pero no puede hacer que las personas revelen información que no conocen.