Experimento Auroa 4: Anochecer

Concierto de Astros Entrópicos 1.

Viernes 23 de octubre –por la mañana - primer distrito.

 

El sol se encontraba saliendo por el horizonte y los gigantescos edificios de metal y vidrio eclipsaban parcialmente su luz, en cierto punto eso era bueno ya que había sombra y el día parecía ponerse caluroso.

Pero de entre tantos edificios me encontraba parado afuera de uno en particular, observe mi reflejo en uno de los vidrios polarizados para acomodar mi cabello rojo, deje salir un suspiro y concentre mis ojos de color verde en la puerta de entrada. 

Sin perder tiempo comencé a caminar hacia el interior, mientras más me acercaba a la entrada las puertas dobles de vidrio se abrieron automáticamente dejándome pasar. A diferencia del exterior, en el interior el ambiente era mucho más frío, podía verse un aire acondicionado encendido.  A mi derecha se encontraban muchas sillas colocadas simétricamente con varias personas sentadas en espera de algo, un poco más adelante se encontraba un escritorio donde tres mujeres cada una en frente de un monitor iban atendiendo una por una a las personas.

En un principio pensé en acercarme a una para darle una sugerencia, aunque rápidamente deseché esa idea, la fila de gente esperando ser atendida era larga y yo tenía mi objetivo más que claro.

Siguiendo derecho y sin detenerme entre a un pasillo un poco más oscuro el cual era transitado por muchas personas de traje y con batas de laboratorio, el lugar tenía un extraño olor similar a cuando uno va a un dentista y el ambiente era pesado, podía sentirse como cada persona tenía un trabajo importante que cumplir.

Ignorando todo eso me acerque hacia un ascensor, presione el botón de llamar y espere a que bajara, para mi suerte era el único que se subiría. Las dos puertas metálicas se deslizaron cada una para un costado e ingresé al elevador, una vez dentro me dirigí al piso más alto del edificio; por suerte el ascensor era muy rápido y no tardo más de 5 minutos en llevarme a la cima del edificio.

Cuando por fin me encontré en el último piso pude sentir como el ambiente era totalmente diferente al de antes, todas las personas que se encontraban habían desaparecido, los murmullos también se silenciaron. El corredor se encontraba completamente en calma y no muy lejos del ascensor el único pasillo era bloqueado por una puerta blindada, el pasillo tenía letreros en las paredes que decían “Prohibido el paso al personal no autorizado” leer eso me provoco una extraña sensación en el estómago por un segundo, pero técnicamente yo era una persona autorizada, así que no debía preocuparme.

Me acerque a la elegante puerta blindada y presione el timbre, del otro lado pude escuchar una voz femenina gritar –Ya voy –espere unos segundos y la entrada se abrió revelando a una mujer adulta, pero de una estatura similar a la mía, su piel era morena y utilizaba lentes junto a un elegante traje -¿Sí?

-Ehmm soy Sebas…tian.

-Ahhh excelente – la secretaria término de abrir por completo la puerta –Por favor pasa, el señor te recibirá en un momento cuando acabe la reunión.

Del otro lado de la puerta se encontraba un pasillo que a mi derecha tenía un espacio cuadrado donde estaba ubicado un escritorio y por detrás un librero lleno de documentos, la mesa tenía dos sillas y dos monitores, aunque solo se encontraba una secretaria –Él ya va a terminar –repitió la secretaria antes de volver a sentarse y continuar su trabajo.

-Está bien – conteste a la par que observaba el lugar. A lo largo del pasillo había varias puertas de ambos lados y también podían verse cuadros de todos los presidentes anteriores de la corporación Onyx, todos ellos habían sido líderes del clan Ashford también. No obstante, el último cuadro se encontraba desgarrado y con una cruz roja gigante.

-Él disfruto mucho hacer eso –dijo la secretaria observando lo que hacía.

-Ja, me imagino –respondí.

Para mi sorpresa pocos segundos después la gigantesca puerta doble al final del pasillo se abrió y un grupo de gente salió del interior, había tanto hombres como mujeres, todos vestían trajes elegantes y llevaban consigo carpetas con archivos y tablets.  En el centro de todos se encontraba el actual presidente de la corporación y líder del clan, él era el más bajito de todos, y se encontraba escuchando lo que varias personas le decían al mismo tiempo.

Me tuve que hacer para un costado mientras todo ese grupo de personas pasaban rumbo a la salida, al hacerlo pude apreciar a ese chico de cabello negro y blanco vistiendo un chaleco negro con una camisa blanca, una corbata y un pantalón también negro. Verlo vestido tan elegante hacía que pareciera todavía más lindo de lo que ya era.

Una vez que todas las personas se fueron él se dio media vuelta y se acercó a mí –De a poco te vas acostumbrando a esta vida de empresario –comente en broma.

-Es mucho más difícil de lo que parece –dijo Aleister, por la forma en la que hablo podía notarse que se encontraba agotado –Todavía soy muy nuevo e inexperto en todo esto, tengo demasiados asesores que me aconsejan que hacer mientras aprendo; sumado a la charla con los inversionistas, los contadores y etc. Termino muy agotado.

Me hizo sentir un poco mal escuchar eso –Sabes que puedo ayudarte si necesitas algo, pero si estas agotado podemos hablar cuando regreses a la mansión a la noche.

Aleister se acercó a mi ignorando mi espacio personal hasta el punto en el que nuestras narices chocaron –No seas tonto, te hice venir por algo –él coloco sus brazos alrededor de mi cintura y me robo un beso ignorando por completo la presencia de su secretaria detrás –Ahora ven a mi oficina.

Una vez dentro ambos nos sentamos en su gran escritorio, de espaldas había un ventanal gigante que daba una vista de toda la moderna y tecnológica urbanización denominada como primer distrito –Cuéntame que tal fue todo.

-Estuve toda la semana yendo de un lado para otro en el tercer distrito y no encontramos nada. Con eso en mente quedan muy pocos lugares para buscar.




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