Experimento Auroa 5: Amanecer

Capitulo Dos: De Regreso [Capacidad uno Perdido]

Un frio cosquilleo provoco un estímulo que viajo desde la parte inferior de mi cuerpo hasta el cerebro en menos de un segundo, eso fue lo primero que sentía e hizo que reaccionara abriendo mis parpados. Me sentía extraño, como algo molesto en mi pecho por lo que empecé a respirar un poco más rápido mientras mi borrosa vista se arreglaba, una vez que esto se solucionó lo primero de lo que me percate es de que me encontraba en una cómoda cama abrigado por varias colchas.

Girando mi cabeza para ambos costados analice el lugar donde me encontraba y se trataba de mi habitación, estaba de regreso en la Mansión Ashford en el primer distrito y a mi costado había un vaso con agua y unas pastillas en la mesa de luz aunque eso no fue todo. Intente sentarme en la cama pero se me hizo realmente difícil, mis extremidades y músculos reaccionaban a las órdenes de mi cerebro aunque parecían no tener la fuerza suficiente para cumplirlas.

Derrotado caigo de regreso en la cama sin haberme podido levantar –A ver ¿Cómo se hacía esto? –me hablo molesto a la par que intente recordar los cálculos necesarios para utilizar mi habilidad estrella de capacidad dos Silver Star, resolví las ecuaciones en mi cabeza y mis brazos brillaron con una luz plateada que potenciaban mis músculos. Intente volver a sentarme en la cama pero a pesar de casi lograrlo volví a caer sobre el colchón.

-Parece que necesitas ayuda –comento una voz que provenía del pie de la cama. Asustado y sorprendido levante mi vista y la vi, se trataba de una chica de piel morena con cabello negro, dos rodetes de pelo a sus costados teñidos de violeta y dos mechones de cabello que caían de sus hombros y eran rubios en las puntas.

Al mismo tiempo que esa chica se asomaba desde los pies de la cama para quedarse viéndome yo pensaba <No se trataba de una unidad Doppelganger de la mansión ni de nadie que conozca> por lo tanto la reacción que tuve fue algo obvia -¿Quién eres tú? – pregunte con una voz seca y yendo directo al grano.

Dejando de lado el miedo la chica se puso de pie delante de mí –Hola soy Anna, tal vez te suene si te digo que soy el receptáculo de los Astros, a quien salvaste en el cementerio de trenes.

Aun teniendo un ligero dolor de cabeza intente recordar y en ese momento las memorias del incidente volvieron a mí, lo que sucedió después de ese fatídico momento donde había perdido a los demás receptáculos. Volví a observar fijamente a esa chica y ella solo parpadeo <Ella es lo único bueno que salió de todo el caos de aquella vez, no puedo creer que parezca tan normal después de todo lo que paso> deje de lado mi propio bienes físico y me concentre en esta chica Anna -¿Te encuentras bien? –Quise saber algo preocupado y ella se sonrojo bastante –Ya sabes…después de lo que pasaste al fusionarte con un aspecto –agregue.

La chica morena se analizó asi misma como si mi pregunta le generara duda –Hmmmm siento que me encuentro muy bien Tijiri.

Bueno con esa información ahora podía concentrarme en lo demás < ¿Qué hace ella en mi casa? La habrá invitado…> ahora tenía otra duda -¡Sebas! ¿Qué le paso a Sebas? ¿Dónde está? –por un segundo mi corazón se agito pero rápidamente se tranquilizó. El no estuvo conmigo y nos encontramos luego en el hospital junto a New Quay, sumado a eso recuerdo besarlo y abrazarlo en el segundo distrito aunque creo que me desmaye poco después de eso.

-¡Ahhhhh! –grito ella lo que hizo que me sobresaltara.

-¿Qué te pasa?

-Cierto que Sebas me dijo que si te despertabas debía avisarle de inmediato - y antes de que pudiera decir una palabra ella se marchó corriendo y dejándome solo de nuevo.

-----O-----

No paso mucho tiempo desde que esa chica receptáculo de los Astros se marchó y aun asi en ese tiempo decidí continuar forzando mi cuerpo y mi mente para lograr sentarme en la cama y para mi suerte logra conseguirlo, justo a tiempo para que la puerta de mi habitación se abriera y entraran dos personas esta vez.

A la primera la reconocí al instante, un alto joven de cabello rojo y ojos verdes que brillaban como esmeraldas, pero esta vez ese aprecio que le tenía a esos hermosos rasgos de su cuerpo me provocaron un escalofrió de desconfianza –Por fin despertaste amor –dijo Sebas acercándose a mí para abrazarme, apoyando mi cabeza en su hombro logre ver a esa chica Anna viendo todo mientras se asomaba por el marco de la puerta.

Después de eso él se corrió a un lado dándole lugar a otra persona, era otro chico casi de su misma altura: con cabello celeste, estrellas doradas sobre su cabeza similar a una corona y ojos cuyo interior reflejaban un océano azul de agua cristalina con puntos amarillos brillantes. Este era Ari aunque ahora prefería ser llamado Ailwas y tenía una expresión seria en su rostro.

-Qué bueno que por fin despertaste Aleister, ahora vamos a poder ir a solucionar todo esto.

Coloque la cara más serie e inexpresiva posible en un intento de que se diera cuenta de lo que estaba diciendo tomando en cuenta mi condición actual -¿Enserio crees que soy capaz de hacer algo ahora? – es difícil de procesarlo pero en teoría Ari es como el dios creador de todo y es casi un hecho –Tus nos creaste, deberías entender las carencias y debilidades que nos diste como especie –le recalque –Me encantaría poder ir a golpear a ese científico en la cara ahora mismo pero apenas puedo hacer fuerza.

-Yo no los he creador –respondió Ari con una seriedad igual a la mía lo que dejo a Sebas y a mi muy perplejos después de escucharlo –Lo único que yo he sido capaz de crear fue a los demás aspectos, cada uno de ellos creo a un tipo de Navytragwydd y estos a su vez se encargaron de crear las condiciones necesarias para que la vida se desarrollara –después de dar esa explicación el joven de cabello celeste y una corona hecha de brillantes estrellas doradas cerro sus puños con fuerza –Por eso todo esto me molesta todavía más y quiero solucionarlo rápido, si hubiera sido obra de otro aspecto o un Navytragwydd podría arreglar fácil. Pero los aspectos fueron abusados por una especie mortal –dijo al final  haciendo rechinar sus dientes de la rabia y lo que provoco que Sebas se alejara un poco de su lado.




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