La puerta de la habitación de Oscar se abrió y la cruce hacia el pasillo, saliendo del cuarto me aseguraba de que no me faltara nada y que tampoco se me cayera nada de la materia que cargaba conmigo. Después del intento de secuestro de hace ya un tiempo más o menos logre hacer que el paciente hiciera reaccionar a su habilidad, aunque tenía que usar métodos poco convencionales, muy distinto a los que aprendí en la universidad o desarrolle a lo largo de mi carrera como profesor particular de alumnos estelares.
Esta vez sé que excedí con la cantidad de cosas que llevaba y era muy complicado caminar por el pasillo evitando que se me cayera todo. Lo que me aseguraba de cuidar era un pequeño frasco en el cual contenía un poco de la materia LX2028 que produce el cuerpo de Oscar <El consejo administrativo se pondrá feliz cuando lean en el informe que logré hacer que el paciente genere más de lo habitual>
Debido a que estaba concentrado en mis pensamientos ni miré por donde caminaba y torpemente me choqué con alguien, casi se me caen toda la pila que cosas que cargaba, pero por suerte la persona delante mío las sostuvo evitando que eso pasara.
-Oh por dios lo siento mucho –Se disculpó la persona, por la voz sonaba que era una mujer.
Yo corrí mi cabeza a un costado para poder ver de quien se trataba, era una de las científicas a cargo del correcto desarrollo mental y crecimiento social de Oscar –Por favor, la culpa fue toda mía. No miraba por donde pasaba-
Al ver mi rostro mi compañera científica se emocionó de más –Oh tu eres el profesor particular para alumnos estelares de Oscar-
Una sonrisa incomoda se formó entre mis mejillas –Así es-
Ella continúo hablando con su rebosante felicidad –Jamás pensé que en serio me cruzaría contigo. Veras yo estudie uno de tus trabajos para una exposición y debo decir que me encanto tu forma de actuar, y el hecho de cómo puedes pensar bajo presión. Es simplemente espectacular –Note que ella usa mucho las manos para hablar.
En si la situación era muy incómoda y no sabía bien que respuesta seria la adecuada –Te agradezco por haber considerado en usar mi trabajo-
-No, no yo te agradezco a ti por ser tan bueno en tu trabajo. Espero llegar a ser como tu algún día-
Yo me concentro en la ciencia y el desarrollo de habilidad estrellas en niños peculiares, no en relaciones sociales. Por esa razón no sabía cómo acabar con esta incomoda plática. Tal vez si solo le digo que estoy muy ocupado ella me deje en paz.
-¿Sabes? Yo cada cierto tiempo visito al pequeño Oscar para monitorear su desarrollo y me preocupa el ambiente en el cual está creciendo, toda su habitación es completamente blanca, y solo viste una bata de hospital. Creo que crear un entorno más estimulante podría ayudar a mejorar su desarrollo; ya sabes, pintar las paredes, poner alguna planta, o comprarle un juguete o algo para que se entretenga. Que no se la pase solo leyendo libros y durmiendo-
A la par que ella hablaba yo seguía difícilmente manteniendo el equilibro de todo lo que cargaba –Está bien, tienes razón. Hare lo que pueda para ver cómo solucionar eso, pero si me disculpas ahora estoy muy ocupado –Sin darle tiempo de que siga hablando comencé a caminar lo más rápido que pude para alejarme de ella.
Luego de un arduo camino por fin logre llegar a mi escritorio, utilice mi codo para lograr abrir la puerta y realizando un cálculo rápido para que nada se me cayera, entre de golpe tirando todas las cosas sobre mi escritorio.
Me recosté en mi silla y deje salir un agotador suspiro, acto seguido tome el frasco con la materia de Oscar y le puse una etiqueta. Tendría que entregárselo a los científicos del subnivel 28 antes de que termine mi hora laboral.
Intenté aprovechar el poco tiempo que me quedaba para descansar y sin darme cuenta comencé a reflexionar. Observe por unos segundos el frasco con la materia que creo el cuerpo del paciente y decidí tomarlo en mis manos –Nunca tuve hijos y tampoco tengo pensado tenerlos. Pero es verdad que Oscar es solo un niño, tal vez esa profesora tenía razón, debería dejar que crezca en un ambiente más lindo. De seguro su madre hubiera deseado eso-
La alarma de mi reloj comenzó a sonar y eso significaba que ya era hora de marcharme. Junto al vaso deje el dinero de todo lo que había tomado esa noche para después salir del bar. Como siempre el centro del primer distrito se encontraba más despierto de noche que de día, todos los adultos y la mayoría de los jóvenes mayores a los 19 años salían a disfrutar de la noche.
Por suerte mi departamento no quedaba muy lejos del bar así que comencé a caminar para llegar lo antes posible. De los grandes edificios colgaban muchos carteles luminosos en distintos idiomas que promocionaban un montón de servicios y productos y mientras caminaba me topé con una escena interesante.
En la esquina de la cuadra se encontraba una familia nuclear convencional, un padre, una madre y su pequeña hija. En la primera planta de un edificio se encontraba una tienda de juguetes donde promocionaban su nuevo modelo de celular, la pequeña niña se encontraba haciendo un berrinche ya que quería el celular que se encontraba de exhibición del otro lado de la brillante ventana, pero al parecer sus padres no quería comprárselo argumentando que era muy joven.
Un recuerdo de las palabras de esa científica con la que me cruce a la tarde atravesó mi cabeza en ese instante, esa niña sin duda era menor que Oscar, tal vez por uno o dos años. Tal vez habrá sido por el alcohol, pero me deje llevar por mis impulsos y pensamientos de ese instante y no dude en hacerlo.
Ingrese la clave y la puerta corrediza se abrió permitiéndome entrar a la habitación de Oscar, la sorpresa que me lleve al ver el interior fue tan grande que deje caer todas las cosas que cargaba conmigo –Pero que tonta soy –Me dije a mi misma agachándome para recoger mi tablet, mi libreta y varios papeles.