Distrito 15 – medio día.
Habíamos terminado de comer y después realizamos un sorteo para ver quien limpiaría los platos y cosas que quedaron sucios luego de cocinar. Utilizando mi materia desconocida logre salvarme de las probabilidades para librarme de esa responsabilidad, el chico de pelo naranja se salvó por la suerte de los tontos y lamentablemente Astria tuvo que ponerse a lavar todo.
Me recosté en el sillón de la sala y desbloqueando mi tablet comencé a ver las noticias que había en internet “Siempre hay que mantenerse al día con la información” esa frase y este habito eran algo que me había inculcado mi profesor de alumnos estelares cuando era un niño.
No pasaron ni 5 minutos desde que me senté que ya alguien me estaba interrumpiendo, en específico, era el chico de ojos verdes y pelo naranja –Disculpa Oscar –dijo para que yo apuntara mi vista hacia él, en sus manos Cesar tenía el casco de análisis ciberneuronal -¿Viste a TCC? Quería ver si él podía ayudarme para usar mi habilidad y practicar. Pero lo busque por todo el edificio y no lo encuentro.
Lo que más me llamo la atención fueron sus últimas palabras, hice un poco de memoria y me di cuenta de que ese mocoso tampoco se encontraba con nosotros al hacer el sorteo para ver quien limpiaba todo, de todas formas no íbamos a hacer que el lavara todo pero de igual manera el ya había desaparecido para ese momento.
-No me digas que…- mis palabras se interrumpieron para dejar que Astria completara mi frase –Creo que él salió afuera. Me concentre mucho en el sorteo y pensé que lo había escuchado mal, pero si él no está solo puede ser porque salió a buscar algo divertido que hacer en el distrito.
Eso sonaba a algo que sin duda ese mocoso de pelo rojo haría. Volví a bloquear mi tablet para acto seguido ponerme de pie y acercarme a mi amigo, le entregue mi dispositivo y abrí la puerta del departamento -¿Quieres que te acompañe a buscarlo? – quiso saber el chico de ropa verde.
-No te preocupes, solo iré a buscarlo y regresare. Supongo que no tardare mucho –conteste. Si TCC fuera simplemente un niño normal de 7 años como cualquier otro sinceramente no me preocuparía mucho por él, no en un mal sentido, lo dejaría explorar todo el distrito hasta que quedara satisfecho; después de todo él sabe el camino a casa y sabe que no debe hablar con extraños ni pasar por callejones oscuros. No obstante, ese no era el caso, ese niño era el administrador general de una red de información inalámbrica formada por los datos recolectados por cientos de clones y sumado a que dentro de su cerebro posee todos los secretos de Onyx Corporation sin duda era un peligro dejarlo suelto sin supervisión.
Una vez en el pasillo del edificio cerré la puerta y me concentre. Existe un tipo de mi materia el cual es capaz de mostrar sucesos pasados de un entorno, es como ver los recuerdos de un lugar. Dentro de mi cabeza realice los cálculos necesarios modificando protones y neutrones para generar un tipo específico de mi materia LX2028. Una esfera de líquido viscoso y negro se generó en la palma de mi mano, comenzó a generarse más y más hasta que decidí que era suficiente y arroje todo ese viscoso liquido negro por el pasillo. La materia que manchaba el piso tomo la forma de un niño con una campera deportiva y pantalones cortos que le llegaban a la rodilla, esa era la ropa que tenía TCC puesta mientras la otra se lavaba.
El niño formado de materia desconocida comenzó a moverse por el pasillo saltando y brincando mientras yo seguía su rastro por detrás.
Caminaba lentamente por la vereda, observando con cuidado a todas las personas que pasaban a mí alrededor. Sinceramente estaba muy perdido en un distrito desconocido y tenía miedo, pero tampoco tenía la valentía como para pedirle ayuda a un adulto de los que pasaban cerca de mí, todos ellos parecían tan ocupados que molestarlos por mi propio error no parecía justo. Solo vagaba entre las calles del distrito en búsqueda de algún miembro de la fundación S.P al cual pedirle ayuda.
A lo largo de mi recorrido logre encontrarme con alguien, con lo que parecía un rayo de esperanza, mis profesores siempre me dicen que no hable con extraños aunque en esta situación creo que eso era lo mejor <No debería haber problemas si él es de mi edad > pensé a la par que me acercaba a él. No muy lejos delante de mí se encontraba otro niño de una edad muy parecida a la mía, su pelo corto era rojo, sus ojos marrones y vestía ropa deportiva. Él se encontraba en el cordón de la vereda haciendo equilibrio mientras caminaba hacia donde yo estaba, en una situación normal lo hubiera imitado pero ahora necesitaba su ayuda.
Me acerque a su lado mientras él seguía haciendo equilibrio en el cordón de la vereda, no quería desconcentrarlo pero aun asi le hable –Disculpa – mis palabras lo sorprendieron lo que provoco que cayera al suelo, lo bueno es que su trasero amortiguo la caída.
-Ay, ay, ay, ay ¿Qué? No sé quién eres, no puedo hablar con extraños –contesto rápidamente el otro niño.
-Pero si no hablas con extraños ¿Cómo vas a conocerlos? – refute. Esa era una paradoja que me enseño mi compañero de laboratorio, y me servía para situaciones como estas.
-Ohhh sin duda tienes un buen punto ahí. Pero si conozco personas es gracias a mi hermano mayor, no puedo hacerlo solo – re refuto mis palabras < ¿Quién era este niño y por qué era tan asusto? > Acababa de arruinar mi única oportunidad de poder entablar una conversación.
Distraído en mis pensamientos ese niño de corto cabello rojo se puso de pie y comenzó a alejarse de mí. Mi oportunidad se estaba escapando -¡No! Espera. Necesito tu ayuda, yo estoy perdido.
El otro niño de ropa deportiva se detuvo para acto seguido darse media vuelta –Jijijiji – comenzó a reírse con un aire de superioridad –Asi que necesitas mi ayuda. Pues yo puedo dártela jijijiji.