Domingo 11 de octubre – Tercer Distrito –Tarde Noche.
Eran alrededor de las 07:00 PM cuando todo ocurrió, la zona residencial había sido desalojada varios kilómetros a la redonda tomando como punto central un cierto laboratorio. Aun así, llevar a cabo esta operación habría alertado a quien estamos buscando, por ese motivo al momento del desalojo se identificó con precisión a todos los ciudadanos sumado a que se vigilaban todas las salidas y posibles rutas de escape ya sean por aire, bajo tierra, y hasta con canalizadores para evitar la teletransportación.
De esa forma podíamos estar 100% seguros de que nuestro objetivo, la científica María Wheeler se encontraría en su laboratorio secreto en la zona residencial al momento de nuestro atraco. Activando mi cañón de Gauss lo apunte hacia el pavimento de la calle para luego disparar, un potente rayo resultado de la aceleración de energía utilizando electroimanes junto al plasma solar que creaba mi cuerpo por mi habilidad estrella comenzó a derretir el suelo.
Pasados unos minutos mi arma se apagó y un gran agujero de 4 metros de diámetro se encontraba en medio de la calle, este tenía unos 12 metros de profundidad y si alguien se lanzara no terminaría en las alcantarillas sino en un pasillo de un laboratorio secreto. Al ser el líder fui el primero en bajar, los trajes especiales que llevábamos absorbieron el impacto de la caída, pero una metralleta automática colgada de la pared comenzó a disparar cuando toqué el suelo. Volviendo a utilizar el gran cañón que sostenía con mis dos manos solté otro disparo que vaporizo al arma automática.
Las balas del arma no habían logrado atravesar mi armadura, aunque una había impactado en mi cabeza provocando una grieta en mi casco de vidrio antibalas, inmediatamente el resto del equipo descendió.
Los últimos en bajar fueron átomo 12 acompañado de átomo 3, era un dúo algo extraño ya que el primero todavía era un novato y el segundo odiaba a los novatos. Pero después de varios entrenamientos juntos, átomo 3 parecía haber tomado al primero como su discípulo personal.
-Mal, mal, mal –repitió átomo 3 dirigiéndose a su nuevo aprendiz –Tu cinturón está mal ajustado y eso va a provocar que tus granadas paralizadoras se suelten si corres mucho, ajústalo bien antes de seguir.
Ahora con todo en orden el equipo empezó la operación, yo no había hecho un pozo en ese lugar solo porque sí. Todos nuestros movimientos tenían un propósito y estaban planeados con antelación. Al caer por ese agujero nos encontrábamos en un pasillo que se dividía en tres, delante de nosotros y a nuestros dos costados –Equipo A: Átomo 5, 6, 7 y 8; irán por la izquierda. Equipo B: átomo 9, 10, 11 y 2; irán por la derecha. Y nosotros el Equipo C: átomo 12, 3, 4 y yo iremos por el centro ¿Entendido?
-¡Entendido! –gritaron todos al unísono.
-Vamos a acabar con esa maldita.
Los tres equipos de cuatro integrantes cada uno se fueron por sus respectivos lugares.
Corriendo por los pasillos Átomo 3 detuvo a su compañero y nosotros dos que íbamos por detrás también frenamos –Puede ser difícil notarlo, pero con la practica un ojo experto se dará cuenta de esto –le explico a su discípulo –Al caminar uno siempre debe estar atento a todo el entorno que lo rodea –acto seguido sacó de su cinturón una esfera metálica y la lanzó suavemente al pasillo delante de nosotros. Cuando este dispositivo se detuvo comenzó a liberar un gas de color blanco que revelo la existencia de líneas de color rojo que iban de una pared a la otra –Uno se da cuenta como ciertas perforaciones y uniones de las paredes son ligeramente distintas a las demás.
-¿Esos rayos nos habrían matado? –pregunto Átomo 12.
-No lo creo. Pero debe de activar algún otro mecanismo de defensa, esa infeliz se preparó bien para nuestra llegada.
-La orden de los de arriba tardo más días de lo esperado en ser aceptada, sumado a que la operación de evacuación fue extremadamente obvia. Algo extraño está sucediendo de fondo –sentí que era mi obligación justificar lo sucedido, aunque una de nuestras directrices era asegurar la vida de los civiles, no era nuestra misión primaria y era algo que podía ignorarse si la situación resultante provocaba un bien mucho mayor o simplemente era algo inevitable.
El individuo miembro del grupo con nombre en clave Átomo 12, para proteger su identidad, sacó de un bolsillo de su pantalón un dispositivo algo plano y cuadrado el cual pegó en la pared a un costado el cual generó una descarga eléctrica que rompió los lentes de los láseres y por consiguiente estos se apagaron.
Con nuestras armas analizando cada pequeño rincón nos abrimos paso entre las habitaciones del laboratorio, habíamos conseguido un mapa antes, pero no sabíamos si estaba modificado, por lo que no podíamos confiarnos mucho de él. Aun así, fue muy útil para darnos una idea general del lugar, encontrábamos algunas salas llenas de computadoras, otra llena de muestras químicas y una sala de operaciones con una camilla en el centro y varios brazos robóticos colgando de las paredes para realizar operaciones.
Pero todos estos lugares por los que pasamos tenían algo en común, todo el personal de trabajo e investigadores escaparon o se habían suicidado. Algunos utilizaron un arma para dispararse en la cabeza mientras que otros simplemente ingirieron una pastilla que les arrebató la vida sin dolor o sufrimiento –Espero que nuestro objetivo no haya hecho lo mismo –comentó Átomo 12.
-Esa persona pertenece al clan de científicos Wheeler por lo que dudo que sea tan estúpida para hacer algo como eso –conteste.
Al final todos los miembros de los tres equipos en los que nos dividimos nos volvimos a reunir –Todos los caminos llevan a Roma –dijo Átomo 3. Y en esta situación eso era verdad, todos los grupos habían ido por diferentes caminos y aseguraron toda la instalación, aun así, todos los pasillos concluían aquí.
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Editado: 24.05.2022