Experimento Auroa: Convergencia.

[Documento c3P S17o – El acuerdo con Isaac]

En los pisos intermedios del segundo distrito se encontraba una habitación completamente sellada y aislada del resto del mundo, un lugar que solo podía abrirse desde el interior y ahora estaba cerrado con alguien en su interior. En el centro de sala se encontraba un mueble negro decorado con varios cojines arriba, reposando en este lugar un joven adulto de cabello gris y un tatuaje de luna en uno de sus ojos meditaba con concentración.

Cerca de él se encontraba una mesa con un sahumerio prendido, en las esquinas de ese mueble cuadrado se encontraban pilares de los que colgaban cortinas y podían tapar el interior. A unos pocos metros de distancia había un canal circular hecho alrededor de ese pequeño santuario que era llenado por agua que caía de las paredes, simulando un rio en la naturaleza.

Ya habían pasado unos tres días desde que el capacidad uno entro en este lugar para meditar, en todo ese tiempo no había comido ni tomado nada y su cuerpo permanecía reposando sin moverse un milimetro. Su conciencia superior estaba fuera de su cuerpo, recorriendo el espacio en otro plano de la realidad conocido como Dimensión Astral en búsqueda de algo…y cuando logro obtener una ligera pista de lo que buscaba su cuerpo reacciono después de más de 72 horas inmóvil.

Si sus ojos se abrieron o no, era algo que no podía saberse debido a las vendas de tela blanca que cubrían esa parte de su cabeza, pero Isaac sí realizo un gesto similar a un escalofrió que daba a entender que su conciencia regreso al interior de su cuerpo. Él no podía creer lo que había encontrado en su viaje por su Dimensión Astral –No lo puedo creer –se dijo para sí mismo -¿En serio encontré una pista de su paradero? Debo darme prisa – sin perder un segundo más de tiempo un destello de luz negra con bordes multicromaticos lo consumió todo, y al acabar aquel capacidad uno había desaparecido.

-----O-----

El ambiente a mi alrededor era muy pesado, pero no hay nada que pudiera hacer. Estaba rodeado por varias personas poderosas y con equipamiento de última generación, si intentaba escapar o hacer una distracción me atraparían y asesinarían en un instante. No sé si también se debió a la influencia de mi habilidad estrella o fue solo una estúpida coincidencia, pero la única opción “viable” que tenía para salir de esta se presentó en frente de mí, y, si no aceptaba, este podría ser el final de mi camino. Y no iba a permitir eso.

-Básicamente quieres que tengamos un “Enfrentamiento Stella” –rompí con el silencio para hablarle al joven adulto con un mechón de cabello gris.

Su mirada vacilo un poco antes de responder –Algo asi, solo que con ligeros cambias. Tu si puedes utilizar tus armas, y yo peleare sin ellas.

Hace muchas décadas, cuando la ciudad estaba tomando forma y los poderes comenzaban a aparecer en las primeras generaciones. No existía una forma de clasificar las habilidades estrellas, por ese motivo quienes quería demostrar su superioridad tenían que luchar contra los demás. Era un enfrentamiento uno contra uno donde solo podían usarse los poderes para luchar y nada más, de esa manera se creaba un sistema de clasificación donde quien derrotara a alguien seria automáticamente más fuerte que esa persona y así sucedía con todos los casos.

Esos eran los enfrentamientos Stella, y obviamente era un sistema que tenía una gran cantidad de fallos. Además, este no duro mucho, ya que rápidamente fueron prohibidos por los líderes de la ciudad y poco tiempo después surgió el sistema de clasificación por capacidades, de esa forma los buenos tiempos acabaron y comenzó a arruinarse todo.

//Es demasiado bueno como para ser verdad//

Mi hermana tenía razón y esa era la misma duda que yo tenía -¿Y qué me asegura que si te derroto, tu sequito no me asesinara al instante? –deje en claro mis dudas.

-Esto es un enfrentamiento entre nosotros dos, ellos no interferirán en ningún momento. Y si tú me ganas entonces tendrás merecido el poder escapar.

Él parecía un hombre honesto, con principios. A pesar de dirigir una de las organizaciones ocultas más influyentes en la ciudad parecía casi no haber sido corrompido por las profundidades de esta misma. Podía notar eso en él, el chico con el anillo alrededor de su frente y los otros sujetos parecían estar mucho más corrompidos por las profundidades que él. Sentía que pase lo que pase cumpliría su palabra –Como quieras –conteste al mismo tiempo que me preparaba –Pero esa confianza será tu perdición –paso un segundo en silencio –Por cierto, soy Bael Baldrich – no sé porque, pero sentí que tenía que presentarme ante él.

Con una sonrisa igual de fanfarrona que la mía mi nuevo oponente también se puso en una posición listo para luchar –Yo soy Constantine Knightsford.

Sin perder más tiempo moví los dedos de mi mano derecha y el comando fue enviado desde el guantelete hacia el dron, recibiendo sus órdenes este último comenzó a volar y se dirigió a cortar el brazo de mi oponente por detrás sin que este se diera cuenta. El dron estaba por cortar su antebrazo cuando simplemente lo atravesó como si fuera humo, y eso fue justo lo que sucedió. Todo el brazo y parte del hombro de Constantine se transformaron en un gas negro similar a una sombra.

<Ya veo, su habilidad estrella es Umbraqunesis. Eso va a ser muy problemático, va a poder esquivar mis ataques con facilidad…voy a tener que golpearlo solo cuando él este por atacar y aprovechar que se mantendrá en estado sólido>

En ese instante todo su cuerpo comenzó a emanar unos rayos de luz similares a los que soltaba el sol < ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Otra habilidad estrella? No, ese no puede ser el caso> ya me parecía que él no haría una cosa asi sin tener un as bajo la manga. Podría tratarse de algún arma, aunque sabiendo el tipo de persona que es no me parecía probable que rompiera su propia palabra.

No tuve tiempo de seguir pensando en posibilidades, Constantine se acercó a mí corriendo y levanto su brazo con el puño cerrado y brillante para golpearme. Apenas tuve tiempo de reaccionar y cruzando mis brazos como una X en frente de mi rostro logré amortiguar un poco del golpe, aunque el impacto me hizo retroceder varios centímetros.




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