Hela de Damet

Esta historia comienza el verano del año 3.200 en un pueblo poco habitado llamado Damet, ubicado a seis kilómetros al sur de la ciudad de Ryl.

En una calle poco asfaltada se levantaba una casa bastante modesta, de una sola habitación, una cocina pequeña que apenas podían ingresar los miembros de la casa, un baño y una diminuta sala de estar. Sus dueños eran un carpintero y una modista que tenían tres hijos tan trabajadores como ellos.

-Buenos días, mamà-fue el saludo de una joven de cabello negro azulado, piel morena y ojos grises con orbes amarillos.

-Buenos días, Hela- contesto una mujer de cuarenta años, cabello castaño oscuro y ojos grises-. Aquí esta su desayuno.

-¿Y papà?- pregunto la joven mientras comía sus tostadas.

-Quería adelantar trabajo y se fue a su taller. Bal también se fue temprano a la farmacia de Banquo.

Hela paso sus ojos por el recinto y sonrió apenada. Su familia era muy humilde y a causa de estos problemas económicos, ninguno de los hermanos pudo ir al colegio pero gracias a la ayuda de sus vecinos, pudieron aprender a leer y escribir.

-Buenos dias, hermana-saludo una jovencita de cabello negro azulado y ojos grises, de unos doce años de edad.

-Buenos dias, Karì- contesto Hela a la vez que le entregaba la mermelada de frutos- ¿Qué harás hoy?

-Ayudare a mamà a cocer vestidos para señoras con dinero.

Cada quien tenia su trabajo: Hela trabajaba juntando estiércol los fines de semanas y durante los otros días trabajaba de niñera, su hermano mayor trabajaba de ayudante en una farmacia, su padre en su taller, y su madre y hermana en un taller de costura. Agradecían tener trabajo para poder comer por lo tanto no se quejaban del todo.

-Bueno niñas, es hora que se apuren que tenemos que ir a trabajar-dijo la madre.

Las hermanas contestaron de manera positiva y se dedicaron a comer.

Hela se lavo la cara, los dientes y se puso un conjunto rosa pastel con zapatillas haciendo juego. Se despidió de su familia y se marcho a su trabajo.

La muchacha estaba caminando por el centro del pueblo cuando vio un cartel 3D en el que se estaba promocionando la inauguraciòn de un nuevo parque acuático en la ciudad de Ryl. Se prometió a si misma ahorrar lo suficiente para llevar a su familia a ese lugar.

Con eso en mente siguió su curso.

La casa de la señora Ve tenia dos pisos, cinco habitaciones, dos baños y una cocina de alta gama. Todo el lugar era inteligente y contaba con dos robots de servicios.

-Buenos dias, GX-1326-fue el saludo de Hela al androide que estaba cortando el césped.

-Buenos dias, Hela-respondió el robot y continuó con sus labores.

La puerta reconoció a Hela y le permitió la entrada. El interior era tan tecnológico como el exterior.

-Bienvenida, corazón-dijo la señora Ve. Se trataba de una alienigena de cabello platinado, ojos blancos y piel grisácea; pertenecía a la raza Aksajin al igual que su marido-¿Desayunaste?

-Sì, señora. Gracias por preguntar.

Dos niños exactamente iguales bajaron las escaleras a las corridas para ir a recibir a su niñera con un fuerte abrazo y arrastrarla casi a los empujones a su habitación para jugar. La madre de los pequeños anuncio que regresaría tarde pero como era lo usual ninguno de éstos le contesto.

La mañana avanzo con rapidez entre risas y juegos hasta que Hela se dirigió a la cocina para preparar el almuerzo. Los hermanos se ofrecieron para ayudar, cosa rara entre ellos ya que nunca se interesaban por las cosas del hogar.

-¿Quieres tomates?-pregunto uno de los pequeños.

-Gracias, Ru-contesto Hela con una sonrisa.

-Toma, un poco de condimento del Bosque Touma-dijo el otro niño llamado Oshahias-. Le dará sabor.

-¿Bosque Touma?-pregunto intrigada.

-Esta al norte del planeta Loom, ¿no lo conoces?

-Nunca salí de Damet-confeso sonrojada.

-Papá y mamá nos llevan seguido-dijo Oshahias pelando una papa-.La próxima vez iremos juntos.

-Suena bien pero, ¿no necesitaríamos una nave para ir?

Los gemelos de ocho años estallaron en carcajadas ante la inocencia de su niñera.

-Podemos ir por las Rutas Vitales en auto-contesto Ru todavía riéndose.

Oshahìas le explico a su amiga que las Rutas Vitales eran vórtices utilizados por los comerciantes de Bienes que necesitaban transportar su mercadería en poco tiempo. También le comento que el uso de naves estaba reservado para los Legion Riders, naves de uso comercial entre galaxias y turismo espacial.

Hela termino de preparar la comida y entre los tres pusieron la mesa para poder degustar los platillos.

-Ustedes saben mucho, pequeños. Cuéntenme más cosas-pidió la muchacha.

-¿Qué te gustaría saber?- pregunto Oshahias.

-Una vecina nos conto de los Legion Riders, quiero saber más.

Ru le contó que Legion Riders se los llamaba a los pilotos que se encargaban de proteger las fronteras de la Galaxia Andrómeda. La mayoría de ellos eran habitantes del planeta Mikala, una raza orgullosa, valiente y temeraria que estaba gobernada por la familia real Akala. A su vez estaban divididos en diferentes castas: los Dyamond Master, Dyamond, Prominensse y Génesis.

-¡Wow!-exclamo Hela entusiasmada.

-Es un verdadero honor que nos protejan.

La muchacha se imagino la apariencia de los habitantes de Mikala y sonrió ante la idea. Se pregunto cómo sería la vida más allá del pueblo.

La charla prosiguió de manera entretenida hasta que la hora de que Hela se marchara llego.

Luego de que concluyera la jornada laboral a media tarde, todos los miembros de la familia se reunieron a degustar la merienda a base de tostadas con mermelada y miel.

-¿Còmo fue tu dia?-pregunto Nisses a su hija del medio.

-Ru y Oshahias me contaron muchas cosas de sus viajes a otros planetas-recordó contenta-. Saben mucho para ser tan pequeños.

Karì fue la siguiente en narrarle a su padre todos los encargos que ayudo a repartir mientras su madre cosía junto a otros trabajadores. Bal les contó de la pelea entre dos borrachos en la puerta de la farmacia, que finalizo con una señora golpeada.