Hela arribo a las ocho de la noche y saludo a sus consentidos con un abrazo. Oshahìas le entrego un tierno dibujo de ellos tres tomados de la mano, y esperò ansioso la respuesta de su niñera; quien le agradeció con una sonrisa de oreja a oreja para luego guardarlo en el bolsillo de su pantalón.
El robot GX-1326 les comunico que la cena ya estaba servida y que podían ocupar sus lugares en la mesa, la señora Ve le ofreció a Hela un lugar de privilegio a su lado mientras sus hijos ocupaban los asientos un poco màs lejanos.
El tema de conversación entre los cinco fue muy variado desde el clima en esa época del año hasta las políticas de estado de cada planeta aunque Hela solo respondía con un "si" o "tal vez".
Al rededor de las once de la noche, GX-1326 coloco los postres sobre la mesa y se retiro. La señora le comento a su invitada que se trataba de un dulce típico del planeta Aksajin.
-Està muy rico, señora Ve-comento Hela saboreando el dulce de color amarillo.
-Espero que lo disfrutes-dijo la aksajin con una sonrisa falsa.
La mujer miro a su marido y levanto la cabeza. Inmediatamente el hombre le propuso a sus hijos ir a jugar a sus habitaciones mientras ellos terminaban de hablar con Hela sobre un futuro trabajo y no querían que se aburrieran. Los pequeños no se hicieron rogar y se marcharon corriendo.
-Quería pedirte disculpas por lo que te dije el otro día-dijo la señora Ve con falsa inocencia-. Me puse muy nerviosa por la situación.
-No se preocupe. Entendí que todo había sido culpa mía- comento Hela mientras continuaba comiendo-. Yo le pido disculpas a usted por lo que le dijo mi hermano.
-¿Reconoces que estabas vestida muy provocativa?
-Sì. Parecía una pro...por....eso que dijo.
-Perfecto.
Se oyó un golpe seco contra el suelo. Por la boca de Hela comenzó a deslizarse parte del postre envenenado hasta llegar al suelo.
Sin perder el tiempo, la señora Ve llamo a GX-1326 y le ordeno que llevara a la niña al sótano lo màs pronto posible.
Al cabo de unos minutos, Ru bajo corriendo preguntando por su amiga a lo que su padre le mintió diciéndole que Hela ya se había marchado porque no quería tener problemas con sus padres por llegar tarde a casa.
En los confines de la Galaxia Andròmeda, una nave de aspecto humanoide destruyo a una criatura color marrón que poseía tres ojos a cada lado de su cara estirada.
-Aquí Caniis Mayoris reportando la destrucción de un Oyorbux adulto- dijo una voz masculina por un intercomunicador.
-Aquí Sub-general Ankaa Cyrax, recibido- le respondió una voz de mujer.
-Aqui Gamma II reportando la destrucción de un Oyorbux bebè-dijo otra voz masculina.
-Copiado. Pueden regresar a la base-dijo Ankaa.
Caniis Mayoris y Gamma II retornaron a la Base Gala, una enorme edificación cilíndrica horizontal de varios metros de largo y varios metros de ancho. Alli funcionaba la academia de pilotos, la base operaciones, la academia de mecánicos y el servicio de salud, ademas tenia un anexo con el castillo del rey. Se encontraba ubicado a las afueras de Ikaria, la ciudad capital del planeta Mikala por lo tanto si alguien deseaba pasear por allí debía caminar por casi 3 horas o utilizar un vehículo.
-Capitán Reegar, sub-capitán James-fue el saludo de un hombre entrado en años, de cabello lila, ojos azules y piel blanca que llevaba puesto una gabardina blanca con bordes azules oscuros, pantalones azules oscuros y una boina blanca con bordes azules; èste se llevo los dedos indice y mayor a la frente en señal de bienvenida-. Gracias por sus servicios.
-General Kaame, solo cumplimos con nuestro trabajo- contesto el capitán Reegar imitando a su superior.
-Pueden ir a descansar. Por ahora es suficiente- dicho esto se marcho por donde vino.
-¿Qué ves?-le pregunto Reegar a James mientras se quitaba su boina azul.
-¿Crees que Ankaa acepte salir conmigo alguna vez?-quiso saber James mirando a su superior marcharse con el general.
-No lo sè y no me importa-bufo.
-Reegar, seriamos cuñados-bromeo.
Reegar era el hijo menor del General Kaame y la General Mecánico Noir Lec. Su cabello era color lila, sus ojos eran color azul y su piel era caucásica; acababa de cumplir diecisiete años y tenia una personalidad no muy amigable pero era reconocido por su extremada responsabilidad.
No tenia mucha relación con sus hermanas, Ankaa y Polaris, debido a que en su niñez las muchachas habían sido enviadas al planeta Aksajin para sus entrenamientos aéreos.
-Preferiría tener de cuñado a un antílope, son màs lindos.
-Perdóname por no haber nacido atractivo como tu- se quejo James con falso enojo.
James había nacido en el planeta B-quos en el seno de una familia de cocineros pero gracias a la influencia de su tío, el joven decidió enlistarse en la Patrulla Galáctica, y que luego de varios exámenes pudo formar parte del escuadrón de Reegar. Su piel era celeste al igual que su cabello mientras que sus ojos eran de color verde brillante; también tenia diecisiete años.
-Me voy, tengo cosas que hacer-comunico Reegar.
-Eso puede esperar, vayamos a tomar algo.
-¿Me estas invitando a salir?
-No puedo evitarlo. Me gusta mucho capitán- bromeo.
Reegar se le quedo mirando unos segundos y se fue rumbo a sus quehaceres.
-¡No me ignores! Te estoy confesando mis sentimientos- exclamo James.
-El intercomunicador estaba prendido y mi hermana lo escucho todo. Suerte.
-¡Me hubieras avisado!
-¿Para qué? Me gusta verte sufrir. Adiós.
-¡Reeeeegar!
El muchacho de cabello lila estaba en la sala de Riders reparando algunas partes de Caniis Mayoris cuando una mujer se le acerco por la espalda. Ella tenia el cabello rosa claro, ojos azules y vestía un uniforme del mismo color que el del General.
-Se lo puedes pedir a tu mecánico-comento la mujer.
-No me gusta que toquen mis cosas.