Ha comenzado la pesadilla……
Agosto, 10 del corriente año…
Me había levantado más temprano de lo debido, pensaba faltar a clases, pero no lo hice. Observando mi celular, comencé a ver las noticias. Un hombre asesinado de diez puñaladas. Crimen atroz en el barrio de Versalles. Un choque múltiple, por actos de violencia entre manifestantes. Varios muertos. Incendio intencional en una fábrica.
Como a toda hora ocurrió lo mismo de siempre. Una tras otra las voces se intensificaron. Hoy está peor que ayer, y mañana puede que también. Debo ver a Mei. Asistí a la escuela secundaria. El día estuvo un tanto nublado como de costumbre. No caía el aguacero del día de ayer. Algo sombrío de camino al recinto, me rosó la espina. Sentí que mi alma quería escapar de su sitio. Detrás de mi Mei, con una parsimonia inusual.
Ella no traía su parche en el ojo. Era de saber que todos los días lo cambiaba por cuestiones de higiene. Esta vez no. Su cabello, en flequillo tapaba aquel.
Ella, negó. Y me mantuve callado.
Los inviernos aquí en la zona austral, cerca del rio son crudos, y todos los días parecen que fueran un campo de neblinas, y penumbras. Mei, podía ser la reina de aquel paisaje si se lo propusiere. Estaba pensativa…
Nos fuimos de camino a la escuela que estaba cerrada de momentos. Ambos insumidos en nuestros pensamientos abordábamos conjeturas para determinar lo que estaba sucediendo. Mei rompió el silencio.
Mei intentaba dar con una respuesta fidedigna de la situación.
-…………… - Respiró hondo con una pausa de un minuto. Lapso de tiempo para analizar.
-………………..Tus voces.. Mi orificio de mi ojo faltante..Escuchan y ven……………………………
-………tu familia no es tu familia….como lo mencionan…………………………..
actos y llevarse nuevamente otros seres. Tú los has visto. Yo lo he visto.
ahora están sucediendo en otros lugares de la ciudad. Y de ser posible en el país.
vacios, huecos andantes…
El escuchar las razones hipoteticé otro tema.
Fue cuando los dos guardamos las palabras, si poder decir nada.
Entramos al horario normal, y cada cual se sentó en su pupitre. Todos estaban calmados, y algunos se encontraban conversando como de costumbre. Como siempre me coloqué del lado de la ventana en el segundo piso. Allí, podía apreciar la nocturnidad de un cielo opaco, y como las primeras gotas del aguacero caían si cesar. Y luego, voltee, hacia Mei. Estaba hermosa, y asustada. Ella se corrió el cabello que cubría su ojo derecho, y eso me produjo un malestar, como si mi estómago se retorciera. No tenía retina, ni iris, era como una bola de color roja, y negro. No parecía un ojo normal, incluso, quizás, no lo era. Era un vacio como un agujero negro. Ella observó el perímetro del aula, y de inmediato se tapó su rostro con ambas manos con un pánico que exponía la adrenalina, ante sus atacantes. Dos de las chicas se acercaron a mofarse de Mei. Otra vez volvía a comenzar todo esa persecución contra ella. Francamente no lo aguantaba, y sabía de antemano que todo lo que estaba sucediendo era por ello, aunque no podía actuar de ninguna forma. Mei antes me lo prohibió. No te metas si ellos vienen a mí. Por ningún motivo, te vayas a meter en su camino. Yo aguantaré lo que sea. Y comenzó todo el mini alboroto.
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Editado: 27.09.2023