Experimento "Muerte"

Acto quince. Apocalipsis. Nos tomaremos de la mano.

Los actos de violencia se iban perpetuando, por todas partes. Un barrio, la ciudad, un estado, un país, países. Los muertos que estaban vivos y violentos, caían en el suelo, y luego de tanta matanza. Sus cuerpos con los días regresaban. Habían, muerto, y volvieron a morir, y ahora retornaban, ya muertos no vivientes, sino como cuerpos podridos. Era un apocalipsis entres quienes violentamente se mataban para morir y quienes regresaban.

De las puertas del mausoleo, explotaban los cadáveres. Y una reja por un descuido se abrió de repente. Algo evolucionado a ello salía de entre las rejas, junto a otros. Era lo que habíamos visto con Mei. Aquel ser podrido, y no tardaron en lanzarse a la carne de los paquetes, reviviendo a los otros cadáveres que ya no volverían a la vida como seres normales muertos y razonables, sino como cuerpos sin razón. Zombis.

Mei recordaba todo lo que Dolores había hecho por nosotros……Al entrar en el hospicio, nos escondimos en una sala de lavandería de regreso. La enfermera nos facilitó el ingreso. Vayan al mausoleo después de la lápida.

    • ¡¡Ve al mausoleo después del árbol!!

Ella fue cómplice de todos los acontecimientos. Era una más de ese ejercito de muertos vivientes que regresaban y se llevaban otros vivos para traer más muertos.

    • Es la raíz a la cual deben purgar. Yo nunca pude, porque ya no existo. Pero ustedes aún tienen algo de vida.

Fuimos trasladándonos, a las afueras de las calles. Había incendios, y matanzas que iban menguando hasta desaparecer. Tenía mu brazo vendado, y Mei me cargaba sobre sus hombros. El caos se había apoderado del barrio. La razón era solo una subjetiva respuesta, que no podía responderse. Veía lo que supuestamente conocemos como un infierno. Un apocalipsis. No eran los cuerpos de aquellos humanos que van y vienen, eran sus almas convertidas en espectros. Y una figura espectral con una bata iba caminando

    • ¿Lo ves? – Pregunté. Ella asintió.
    • Te dije que lo que vieras no te gustaría – Respondió ella – Por eso el parche en mi ojo.
    • ¿Tendré que cubrirme también? Ella asintió.
    • Si quieres. Todo se está calmando.
    • ¿Y ahora?
    • ¿Ahora? Debemos seguir con nuestras vidas como siempre.

El barrio, fue el único lugar que ha sufrido aquellos episodios terribles, en pos de matanzas. No se sabe, si fue un virus, el poder mental, alguna otra forma externa, o interna. Ese día se conoció como la masacre de la escuela. Mei y yo seguimos viendo aquellos desastres, en menor medida. Ella dice que somos esclavos de otros que nos manejan a su gusto. Dicen que cuando la parca elige a sus víctimas, no perdona, y peor aún, es ver ello.

..¿Estamos a salvo? ¿Quién sabe?. Una mujer extraña a mi lado de la mano, viendo el mundo moverse como una pareja. Mei, puede ver la muerte. Corrimos por todos los sectores y donde íbamos batallas y batallas se iban formando. Un ómnibus golpeó a un auto, y los policías con los bomberos y médicos por doquier yendo a todos los sitios posibles. En mi celular un mensaje expresó: decretó el estado de sitio. Mei no se separaba de mí, y me sugirió ir a su casa, para refugiarnos ya que estaba cerca de por ahí.

Las olas de desastres se fueron desarrollando. Era como una guerra de todos contra todos. Tomé a Mei de la mano y comenzamos a correr en diferentes direcciones. La pestilencia de las calles se desarrollaba de tal forma que pisábamos en la distracción cuerpos de personas destrozadas. Y las voces de mis oídos y los ojos de Mei no paraban de darnos avisos. Lo que comenzó en un pequeño barrio de una ciudad se expandió como una enfermedad. En todos los sectores.

Al llegar a la puerta, sacó sus llaves en el apuro temblando. Un hombres a toda velocidad venía con un palo queriendo golpearnos y la puerta se abrió y nos lanzamos al interior. Antes que suceda una atrocidad fui y la cerré en el tiempo que aquel desquiciado intentó ingresar golpeándose éste con la misma y cayendo al suelo. Otro lo remató detrás con un hacha. Todo fue un caos.

    • Esto es un desastre Mei.
    • Todo ocurrió tan rápido.
    • Es la muerte – Entre en shock por todo. Ya no aguantaba los hechos reales que mis ojos veían. Mei me abrazó.
    • ¡¡Tranquilízate!!

Respire hondo unos momentos. Y masajee mis cabeza para entra en razón.

Fuimos al living y Mei encendió el televisor. La madre de ella no estaba. Mei le envió un mensaje e intentó llamar. Hice lo mismo con mi familia. Nadie contestaba. Eso nos preocupó

    • Espero estén bien – Dije. Pensaba en Mi madre, mi hermano Frank, mi primo Ricardo. Y otros vecinos y conocidos.

Ella no expresó palabra también pensando, en su madre.

Todos los noticieros estaban informando sobre lo sucedido y se había llamado a las fuerzas militares a fin de poder repeler los actos.

    • Mei, debemos ordenarnos un poco – Concreté como única y salvadora respuesta – Todos estos hechos son por alguna razón que ya hemos detallado. La herida de mi brazo estaba sanando, por suerte, con un vendaje
    • Es la muerte, es el hombre.. – Confesó Mei.
    • Es claro que tú puedes ver la muerte, y yo oírla.
    • Somos experimentos fallidos de la parca. Al final de cuentas también en el mundo del Hades les gusta jugar a ser dioses y científicos. – Lanzó una metáfora.
    • Es todo una locura. No podría creerlo Mei. Es una locura que realmente fuera cierto
    • ¡¡Piénsalo!! ..¡¡Octavio!!...Por ello nos metieron en éste internado. Hay que controlar lo que no sale bien. Posiblemente por ello.
    • Tú, entonces estuviste?.. No ibas por otras razones..¡¡Dio!!...¡¡Quisiera estar muerto!!
    • Sí, pero poco tiempo…También como te he dicho mí hermana…..De hecho lo estamos en algún punto y no. La única diferencia es que nuestras almas vagan, pues se niegan a irse. Quizás algo salió mal.
    • ¿Por qué será?
    • ¿Sera que no quieren separarse? – Ella formuló tan bien la pregunta que siquiera una entidad máxima podría responder.
    • Siempre están juntos. Eso es posible. Por ello volvimos a vernos, y nos recordamos.
    • Lo sé - Ella fue a mí, y me besó sin que se lo pidiese. Entonces se calmaron mis sentimientos totales que estaban lastimados – ¿Lo sentiste?
    • Si, ahora mis recuerdos se completaron
    • Lo sabía…que volveríamos a estar juntos Octavio, pero todo es un desastre. Los noticieros seguían informando el peligro en las calles.
    • Sabes tengo una teoría. Y a medida que fue pasando el tiempo se fue conformando. Allí ella me comentó:




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