Experimento Némesis

Capítulo 3

“―Némesis. ―Escuchar su nombre le hizo abrir los ojos. ―¿Has comprendido cuál es tu papel aquí? ―Un poco desorientada asintió.

―Infiltrarme con los humanos y convivir con ellos. ―Los científicos se miraron entre ellos y asintieron.

―¿Cuál es el tiempo de la primera etapa del experimento? ―Parpadeando varias veces y sintiendo como su corazón marcha de manera rápida debido al suero que recién le inyectaron, soltó el aire por la boca para tratar de contrarrestar el dolor.

―Año y un mes. ―Respondió un poco más centrada. ―No recordaré nada cuando salga del laboratorio y lo recordaré todo cuando el experimento llegue a su fin. ―Los científicos sonrieron felices por lo que habían logrado.

―Eres la mejor arma que tenemos. ―La miraron a los ojos. ―Demuestra lo perfecta que eres. ―Una vez la soltaron, ella los miró a cada uno. Solamente esas caras conoce, toda su vida ha vivido en ese laboratorio y ahora saldrá a un mundo desconocido a interactuar con criaturas de las que sabe lo que se le enseñó y nada más.”

―Nena. ―Vaden la movió para que despertara, está hiperventilando y el sudor que cubre su cuerpo es demasiado abundante para ser una leve pesadilla. ―Amor, despierta. ―Némesis abrió los ojos de golpe y respiró hondo para conciliar el aire. ―¿Qué sucede, pichoncito? ¿Es hora de llamar a la matrona? ―Al verla negar se preocupó más. ―¿Entonces qué sucede? ¿Por qué estás teniendo esos terribles sueños tan seguidos y hasta ahora?

―No lo sé. ―Cerró los ojos. ―Supongo que estar a nada de dar a luz me tiene un poco tensa. ―Vaden relajó su cuerpo, de nada vale enojarse con ella cuando es evidente que lo está pasando mal.

―Vale, quédate aquí, iré por agua. ―Besó su frente para posteriormente bajar de la cama.

―Dios. ―Némesis se llevó las manos a la cara y se echó a llorar, ¿Cómo es posible que esté soñando esas cosas? ¿Realmente ella es un experimento? ¿Acaso ya lo sabe todo? ―Todo estará bien. ―Susurró al sentir los movimientos de su hija. ―Papá cuidará de ambas, ¿Cierto? ―Negando apretó sus labios con fuerza para no soltar un grito que expresaba lo que ella siente. “Si lo recuerdas todo y decides revelarte, todo el que te importe sufrirá y será por tu culpa. Tú no eres más que un arma con las funciones de un humano, pero no es porque sea natural, es simplemente porque de esa manera será más fácil que te involucres con ellos y te hagas pasar como una persona común y corriente.” “Si crees que puedes pedir ayuda estás equivocada, tenemos el control total de ti y podemos hacer que seas tú misma quien destruya a quien sepa del experimento Némesis, o sea, a quien sepa lo que eres.” Esas palabras, esos recuerdos y esa verdad la destrozó mucho más.

―Nena. ―Vaden corrió a la cama para abrazarla. ―No me gusta verte así. ―Besó su cabeza. ―Desde hace una semana estás así, no llores por favor. ―Cerró los ojos sintiendo culpa, ama a su hija y la desea más que a nada, pero no volverá a embarazarla, se lo está pasando muy mal.

―Quiero ir a tu trabajo. ―Sollozó tomando el vaso de agua en manos. ―No quiero quedarme sola en casa, llévame contigo. ―Vaden se sorprendió, a ella le encanta quedarse en casa viendo documentales y demás.

―¿Segura? Estarías todo el día en el laboratorio. ―Limpió sus mejillas. ―Estamos trabajando en un nuevo androide, por lo que debo trabajar en su programación y…

―No importa. ―Lo cortó. ―Quiero estar ahí contigo mirándolo todo, aunque no lo entienda. ―Vaden sonrió, es muy curiosa y no será la primera vez que vaya.

―Vale, irás conmigo. ―Besó sus labios salados por las lágrimas. ―A Pandora le gustará que nos acompañes. ―Némesis finalmente sonrió, quiere pasar cada segundo a su lado, aprovechar el tiempo que tiene con él antes de que vengan por ella.

―Te amo. ―Dejó el vaso de lado. ―Te amo tantísimo que duele. ―Volvió a sollozar.

―Lo ideal sería que no doliera. ―Bromeó. ―Pero lo aceptó, yo te amo tanto que enloquezco cada día. ―Al escucharla reír se sintió en paz. ―Lo eres todo para mí, cariño. ―La separó para mirarla a los ojos. ―Eres la primera mujer que tocó mi corazón, la única que pudo cambiar mi decisión y decidí amar, eres tú quien me dará a una hermosa hija y con ello una familia. ―Némesis colocó la mano sobre la de él y juntos acariciaron su vientre.

―Si a mí me llega a pasar algo, quiero que te des la oportunidad nuevamente. ―Vaden frunció el ceño. ―Tienes que vivir y amar, tienes que mantenerte feliz por nuestra hija.

―Pichoncito. ―La calló. ―No te voy a perder, ¿De acuerdo? La matrona dijo que el parto irá bien y en todo caso que se complique iremos a una clínica para…

―No. ―Se negó. ―Quiero tener a mi bebé aquí en casa, ¿De acuerdo? ―Vaden lo aceptó, cambiaron de planes la última semana, de donde ella viene así es como dan a luz las mujeres, por lo que no tuvo ningún tipo de problemas que su hija naciera en casa.

―Como lo diga la mujer que amo. ―Tomándola en brazos, se dirigieron al baño. ―Ahora hay que darnos una ducha, hoy seré yo quien te prepare el desayuno. ―Némesis no dejó de sonreír, ese hombre le recuerda día a día que los humanos en su mayoría son buenos. ¿Por qué la hicieron un arma para combatir ante ellos? ¿Cómo podría hacerlo siquiera? Ella se enamoró de uno y de la vida misma.

Vaden observó a su amor cantar a todo pulmón, si algo ama de esa mujer es que disfruta de las pequeñas cosas, ella simplemente ama la vida y es eso lo que él necesitaba en la suya. Siempre había sido un hombre relajado y que disfrutaba de las mujeres y el alcohol, para él eso era disfrutar de la vida, pero ahora que se enamoró y está a espera de su hija, ha cambiado por completo su perspectiva.

―Stella tiene buen gusto por la música. ―Sacó el aire con un grito. ―Me encanta todo lo que escucha. ―Vaden la miró divertido.

―¿A esa música cañera le dices buen gusto? ―Némesis rodó los ojos a la par que ríe.




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