Salió a pasos lentes de aquella caja, era un ser grotesco y aterrador, con una apariencia que parecía sacada de una pesadilla. Su piel era grisácea y seca, con grandes pliegues y arrugas que parecían haber sido talladas en su carne. Sus ojos eran dos agujeros rojos y brillantes que parecían quemar con una intensidad sobrenatural.
Su nariz estaba descompuesta y colgaba de su cara como un pedazo de carne muerta. Su boca estaba llena de dientes rotos y negros, y su lengua parecía estar constantemente en movimiento, como si estuviera saboreando algo repugnante.
Su cuerpo era delgado y demacrado, con grandes heridas y cicatrices que parecían haber sido infligidas por algún tipo de arma o herramienta. Sus manos eran largas y delgadas, con uñas rotas y sucias.
Cuando se movía, su cuerpo parecía estar en constante movimiento, como si estuviera siendo controlado por algún tipo de fuerza maligna. Sus pasos eran lentos y torpes, pero parecían tener un propósito siniestro.
En general, era ser que había sido sacado de la tumba, un muerto viviente que había sido revivido por alguna fuerza oscura y maligna. Su presencia era aterradora y parecía llenar el aire con un olor a muerte y descomposición.
—¿Q-Qué es eso?!—. Los guardias se acercaron al sujeto de prueba con sus armas listas y temblando por el miedo que este les estaba produciendo, aun cuando lo apuntaban para dispararles este no parecía intimidado. De hecho, parecía disfrutar de la situación. Con una sonrisa macabra, se abalanzó sobre los guardias y comenzó a atacarlos con sus manos y dientes.
Los guardias trataron de defenderse, pero era demasiado fuerte y rápido.
El primer guardia cayó al suelo con un grito de dolor, mientras se inclinaba sobre él y le hundía sus dientes en el cuello. El segundo guardia trató de escapar, pero aquel ser lo agarró por la pierna y lo arrastró de vuelta, matándolo también con una mordedura.
Con los guardias muertos, él salió de la habitación y se dirigió hacia los pasillos donde se fue encontrando con más personas que trabajaban en el barco, Comenzó a atacarlos uno a uno.
Comenzó a matarlos sin ningún tipo de piedad.
Toda la parte de donde estaba su camara de contención se convirtió en un matadero, con el sujeto de prueba como el asesino principal. Nadie podía detenerlo, y pronto todo el lugar estuvo lleno de muertos y cuerpos tirados por donde quiera.
La noche se convirtió en un caos absoluto con un ser despiadado y con los cuerpos de aquellos tripulantes muertos a punto de ser como él.
Subió a la parte superior del barco con facilidad pues con un solo golpe era capaz de derribar las puertas de metal, Su falta de visión no parecía ser un obstáculo para él, ya que parecía tener una especie de "visión" instintiva que le permitía detectar a las personas que estaban en las habitaciones.
Comenzó a moverse sigilosamente por los pasillos, su presencia era anunciada por el sonido de sus pasos y el olor a muerte que lo acompañaba. Las personas que estaban en las habitaciones no tenían idea de lo que se les venía encima, hasta que fue demasiado tarde.
Comenzó a abrir las puertas de las habitaciones con golpes y a atacar a las personas que estaban adentro. Sus gritos de terror se escuchaban por todo el barco, y pronto las personas comenzaron a correr por los pasillos, tratando de escapar del monstruo que los perseguía.
Pero el era demasiado rápido y poderoso, y pronto comenzó a cazar a las personas una por una. Las habitaciones se convirtieron en un matadero, con sangre y cuerpos por todos lados.
Las personas que lograban escapar del sujeto de prueba corrían hacia la cubierta del barco, tratando de encontrar un lugar seguro donde esconderse. Pero el sujeto era implacable, y pronto comenzó a perseguirlos por toda la cubierta.
La situación era caótica, con personas gritando y corriendo por todos lados. El sujeto de prueba parecía disfrutar del caos que había creado, y continuó su cacería sin piedad.
El terror a bordo del barco era más que evidente, miedo, pánico, desesperación, muerte, dolor y tristeza por la pérdida de las personas que habían perdido sus familiares era lo que abundaba en el barco.
—¿Q-Qué paso aqui?—. Pregunto uno de Los científicos a bordo del barco.
Estaban en shock al escuchar los gritos y los ruidos de la lucha que provenían de las habitaciones. No podían creer lo que estaba sucediendo.
—Cuidado—. Un señor que corría con un tubo de metal manchado de sangre los empujo.
—¿Qué ocurre?—. Se escondieron detrás de un mueble.
—Cállate, ¿quieres morir? —. Les dijo el señor, sus manos temblaban y su piel se estaba poniendo palida y sus labios resecos.
Se asomaron por un lado, había cuerpos tirados por donde quiera, algunos convulsionaban en el piso; otros caminaban a pasos torpes, sus ojos blancos, sangre les salía de la nariz y hacían ruidos extraños.
—E-Ellos..., ¿ellos están infectados de algo?—. Pregunto uno de los científicos.
—Un monstruo esta matando a las personas, es feo muy feo no se de donde salio—. Dijo él señor que ahora sudaba frío, su cabeza punzaba demaciado causándole un dolor horrible, se apretaba las cienes intentando calmar el dolor pero no paraba.
—¿Un monstruo?—. Pregunto uno.
—Si—. Señaló hacia un lugar— Ese.
Todos voltearon hacia donde señalaba el señor.
—S...S16—. Susurro uno apenas audible.
Aquel monstruo tenía una pulcera gruesa blanca en su muñeca, era lo que les colocaban en el laboratorio a los sujetos de prueba, esta tenía un QR donde estaba toda la información de lo que habían hecho en él.
—¿Cómo fue que esto pasó?—. Pregunto el líder.
—Debemos avisar al laboratorio —. Dijo otro.
—Pero no hay señal—. Dijo él líder enseñando su celular.
Uno de ellos recordó que tenían un equipo de comunicación en la sala de control que les permitía contactar con el laboratorio.
—Caminen—. Ordenó, voltearon a ver al señor que estaba con ellos pero este estaba tirado en el piso convulsionando—Esta infectado, miren—. Le abrió los ojos ahora en blanco.