Experimentos Proyecto Revelacion

Capitulo IV La Pesadilla

Doce

¿El sujeto Cinco sigue con vida? era difícil concentrarme en algo que no fueran las últimas palabras que Benneth me dijo antes de que todo mi ser se dejará caer en la oscuridad.  

Un repentino escenario que mi mente comenzó a dibujar dándole la forma de un cuarto.

Las paredes eran de color amarillo, el techo reflejaba la imagen del piso, había luces iluminando todos los rincones y en cada extremo se encontraba una entrada con alguna letra escrita en la parte superior del marco. También había una mesa con cinco sillas en cada lado y delante de ellas se veían platos con avena y cubiertos.

Todo esto me era tan familiar.

¡Un segundo!

¡Yo conozco este lugar!

¡Es el comedor!

¡Aquí es donde solíamos tener nuestro único contacto con los sujetos de las demás áreas!

Sí es que podíamos llamarlo “contacto”.

La Zona nos tenía prohibido la convivencia con cualquier otro miembro que no fueran los Sujetos de nuestras áreas correspondientes para prevenir problemas con los demás, pero nunca nos dijeron el por qué era necesario el mantenernos separados.

Tenía vagos recuerdos acerca de esos días, pero sí había algo que me era familiar.

La rutina.

Todos los días era lo mismo.

Entrar…,

…comer…,

…y salir.

Y por cómo veía hoy no iba a ser la excepción.

La primera alarma sonó y las cuatro puertas se abrieron al mismo tiempo.

Dos guardias surgieron de cada entrada acto segundo una chica ingresó del área A.

Una joven, que al juzgar por su figura diría que tenía la misma edad que Lex.

No reconocí su rostro porque nunca lo había visto.

La Zona nos obligaba a mantener la mirada en el suelo cada vez que íbamos al comedor porque el contacto visual estaba prohibido y hoy era la primera vez que veía el rostro de la Sujeto que tenía el numero “4” bordado en su uniforme.

Una pelirroja rizada de piel caucásica y lunares que cubrían sus manos, una de las pocas partes de su cuerpo que por fin lograba ver.

El segundo en entrar fue un chico del área “B” con el numero “6” bordado sobre su uniforme. Este era demasiado bajo, incluso diría que parecía un niño de siete años, y de él sí tenía algunos recuerdos.

Él Sujeto Seis era el más pequeño del grupo.

A veces lo veía, cuando me tocaba comer a su lado, pero nunca pude ver bien su figura y me era imposible creer que La Zona fuera capaz de reclutar a niños tan pequeños.

Los siguientes fueron el sujeto 15, o Kai, del área C y la Sujeto 17 del área D, dos minutos después entraron La Sujeto Dos, del área A y El Sujeto Diez, del área B después siguió del área C.

De esa puerta ingresó un muchacho que con solo verlo me sentí como sí hubiese visto a un fantasma.

¡No podía ser cierto!

¡Era yo!.

Un Sujeto Doce que fui hace un tiempo caminaba hacía su asiento sin separar su mirada del suelo.

Contemple la limpia figura, el cabello corto y la barbilla afeitada, como un triste recordatorio de la bestia en que me había convertido luego de no haberme bañado, afeitado o cortado el cabello en meses.

Las puertas se cerraron en el instante que mi anterior yo se sentó y de inmediato todos comenzaron a comer. Al parecer esta cena fue cuando ya habían fallecido algunos sujetos por causa de los efectos secundarios que implicaban las pruebas y nosotros no teníamos permitido preguntar por ellos.

En cuanto se cerraban las puertas los guardias se interpusieron en las entradas y de los altavoces escuchamos un mensaje de la directora Tano Nightingate.

Por favor sujetos.

Coman su almuerzo, sin dirigirse la mirada o hacer contacto físico.

Mantengan silencio y compostura.

En cuanto terminen solo levántense y retírense a su área.

En La Zona la obediencia era el valor más importante de todos porque nos conducía a la lealtad.

Mi ser del pasado, al igual que los demás sujetos, permanecieron sin mirar a otro lugar. Los guardias tenían permitidos sedarnos en caso de que cometiéramos un error y también podíamos ser ejecutados sí hacíamos un solo movimiento en falso.

La comida era un momento.

Aunque esta vez fue distinto.

Las luces del comedor cambiaron de color a rojas y parpadearon repetidamente en compañía de los parlantes.

Una vez más era la voz de Tano.

Sujeto Seis…

Sujeto Doce…

Favor de presentarse en el comedor B de inmediato…

Repito…



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En el texto hay: misterio, dinosaurios, nieba

Editado: 22.02.2022

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