Experimentos Proyecto Revelacion

Capitulo XXXVI El Codigo

Trent

—Ahora qué hacemos, Einstein.

—No tengo la más remota idea —Dae-hyun volvió a perder los estribos—, y tú qué dices Cero.

Nadie me dijo que la escotilla requería de algún código.

—¿Qué dices? —ambos nos quedamos sin palabras

No conozco el código.

—¿Cómo puede ser eso posible?

Lo siento, chicos; pero Xavier solo consideró esa salida como una variante, por eso no le dio importancia a ese detalle.

—¡Pero se trata de una maldita salida de emergencias!

La cual forma parte de una variante, Dae-hyun. Te recuerdo que las variantes son muy impredecibles.

—¡Entonces no tienes idea de qué debemos hacer!

Me temo que no. No podía creer lo que había escuchado

Era la primera vez que Cero no tenía idea al respecto de qué debíamos hacer…

—¡Cuidado! — …todo mientras que el tiempo seguía corriendo en nuestra contra— ¡Ahhh! —las rocas continuaban cayendo, él piso temblaba…— y bien, ¿alguien tiene una idea?

—La verdad no — …y Dae-hyun volvió a mostrarse serio, como sí una parte de él se estuviese sintiendo del mismo modo que yo al no tener ni la más remota idea de lo qué debíamos hacer para abrir esa maldita escotilla— aunque tal vez… —o quizás sí.

Me era difícil suponer sí podía o no confiar en él porque solo había dicho una respuesta que podía tomarse como un simple “tal vez”.

—¡Hey! —a simple vista Dae-hyun no parecía ser un genio sino más bien un bobo que solo miraba la compuerta, sin darle importancia a lo que ocurría en su entorno, por esa misma razón tuve que ser más atento con él, de lo contrario su cabeza iría a ser golpeada por tres rocas.

O mejor dicho cuatro.

Perdón.

Cinco.

Creo que eso ya no importaba, igual que el intentar advertirle, porque Dae-hyun estaba concentrado en ver la cerradura, como sí fuese un autista.

—Ya lo tengo —quizas ese era su verdadero ser— ¡Ya sé que hacer!

—¿En serio? —fue extraño verlo reaccionar así de rápido y emocionado— ¿Entonces sabes la clave?

—No —quien diría que solo se trataba de una simple reacción que me hizo dudar al respecto de sí Dae-hyun estaba tratando de solucionar el problema o solamente quería jugar conmigo al sujeto que sufre de bipolaridad.

Primero miró la compuerta, luego me dirigió la mirada y después sonrió, como sí quisiera ser mi amigo; aunque sí soy sincero, verlo así me hacía sentir como sí estuviese delante de Merlina Addams.

—¿Te ocurre algo? —Dae-hyun sonreía como sí quisiese obtener algo de mí…

—No es nada — …pero su voz sonó relajada—, solo que me da risa la manera en cómo te peinas

—¿Qué?

—Los rizos, se ven extraños.

—¿Eso es lo que te da risa?

—Sí, osea ¿Cómo es que se te ocurre salir con los rizos recogidos?, digo sí sabes que te quedarían mejor sueltos.

—Eres un infeliz —¿Quién rayos es ese tipo?

Primero me grita, luego ignora todos mis intentos por ayudarlo y ahora se ríe de la forma en como tuve que peinarme para poder sacar su chip de rastreo.

—¡Hey calmate! —y quién diría que le iba a gustar mi reacción.

—¿De qué te ríes? —Era como sí estuviera jugando conmigo. 

—De tí.

—¿Por qué?

—Tu cara, me da risa la forma en cómo la haces.

—¡Ah!, que bien. Y dime ¿Tú  crees que con eso vamos a salir de aquí?

—No, pero es divertido verte así. Deberías relajarte.

—Y lo dice el tipo que no ha dejado de gritarme y tratarme como un completo estupido.

—Todos tenemos derecho a expresar nuestras emociones, Trent; pero también a relajarnos. Sabías que el doctor Hunter “Patch” Adams creía que la risa era la mejor cura a cualquier cosa.

—Sí, Dae-hyun. Vi la película.

—¿Viste la película?

—Cuando estaba en el refugio. Ahí tenía mucho tiempo libre.

—Es bueno que la hayas visto. Yo la ví cuando era niño. Mamá y yo solíamos ver películas todos los viernes, y esa era una de mis favoritas —por el modo en cómo dibujó su rostro deduje que su mente estaba haciendo contacto con quien él solía ser—. Recuerdo que lo interpretó Robin Williams. Ay, una gran leyenda del cine —y después se entristeció, supuse que fue por recordar lo que sufrió ese hombre— sus películas siempre nos hacían reír.

—Lo sé, pero ¿a qué quieres llegar con eso?

—A qué necesitamos pensar de otra forma.

—¿Cómo qué de otra forma? 

—Estamos hablando de La Zona. Sí queremos salir de aquí tenemos que pensar como ellos quieren que pensemos. 



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En el texto hay: misterio, dinosaurios, nieba

Editado: 26.06.2024

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