Experimentos Proyecto Virtud

VII

“Crees que esto pueda ser una prueba”

Probablemente Y sí no, por lo menos haría algo diferente. El pasillo estaba obstruido por un muro sin ventanas o aberturas, solo rocas. Piedras gigantes cuyo grosor era el necesario para poder ser sostenidas, y estaban acomodadas con una cierta distancia, como en las paredes para escalar, que conducía…Em, Doce

“¡Mierda!” … hacía un vacío infinito.

Esto sí tenía que ser una maldita prueba.

La Zona quería que yo escalará una pared que parecía no tener fin, sin darme alguna cuerda o herramienta. 

Solo esas piedras que no estaban pintadas de algún color.

“Cuanto crees que sea de altura”

A juzgar por esa distancia yo diría que uno o quizás dos kilómetros.

“Y justamente había despertado de una pesadilla” ver la distancia me hacía sentir un escalofrío, por creer que caería.

Doce y por fin Cole me habló en tono comprensivo. Tienes miedo

“Acaso eso importa” nunca, en toda mi vida, La Zona me había sometido a algo como esto.

Deberás lo siento y Cole lo comprendía Pero es necesario que sigas.

“¿Tengo otra opción?”

Me temo que no, pero puedes ser honesto conmigo.

“A qué te refieres”

Yo me sentiría aterrado estando en tu lugar, así que sí quieres puedes decirme lo que sientes.

“Ni siquiera he hecho algo como esto, estando en La Jungla, y me pides que te diga lo que pasa por mi mente”

Puedes decirme lo que quieras. No estaba acostumbrado a ese tipo de oportunidades Anda, dímelo. Lo que para Cole podía ser una simple oración yo lo veía como sí él agente Bennett me estuviese autorizando a golpearlo Recuerda que conmigo tienes libertad.

Tenía tantas cosas que decir…

“La verdad creo que es una mierda” …pero no quería desperdiciar el tiempo.

Ese es mi chico quien diría que así fue como Cole encontró el modo de hacerme sentir bien ahora que debía escalar un muro, cuya distancia me hacía sentir aterrado pese a que tenía la ventaja de contar con esa inyección de auto recuperación. 

Vas a ver que esto no es nada, Sí caía y mis huesos se rompían estos se volverán a unir sin la necesidad de que me coloquen algún yeso, en parte que no tenía límite de tiempo, además puedes ver el lado positivo

“Cúal lado positivo” 

No vas a estar sujeto a una silla y así volvió a ser él clasico idiota al que no podía dejar de odiar. Solo no mires hacia abajo.

“Está bien” en cuanto sujeté el primer bloque, con mi mano derecha, sentí un ligero escalofrío, como si la roca estuviese hecha de metal.

Continua elegí cerrar los ojos al poner mi pie izquierdo en el primer escalón; continúe elevando el pie derecho mientras que con mi mano izquierda sostenía la siguiente piedra.

Así fue como dejé la superficie.

En un principio el camino se me hizo simple; imaginar que solo me había elevado unos metros, pero en cuanto sentí una ligera brisa tocando mi mejilla izquierda me di cuenta de que ya no estaba tan cerca de la superficie…

Te dije que no mirarás hacía abajo …como imaginé.

“Lo siento”, se veía profundo, como sí hubiese avanzado unos veinte metros. 

No ví alguna luz en el punto donde inicié, sentía demasiado frío…

Solo continúa.

“Está bien” …y ahora Cole me estaba hablando como a un niño de cuatro años.

Subí otras veinte rocas sin mirar hacía abajo o escuchar las sugerencias de Cole porque eso era lo que necesitaba para poder relajarme ahora que no tenía idea del tipo de mierda al que La Zona me quería someter esta vez, pero al menos ahora podía contar con que tenía la compañía de esa fresca brisa…

¡Doce!... que fue transformándose en una repentina sensación de calor…

“Qué pasa”...que aumentó…

¡Mira! …hasta convertirse en un infierno.

“Pero que mierda” es obvio que nunca tendré una prueba tranquila.

El punto donde partí comenzó a cubrirse de fuego; diversas llamas aparecieron y crecieron, como sí se estuviera incendiando un bosque mientras yo me sentía atrapado por la sofocante fuerza del calor…

¡Tienes que continuar” …que aumentó la temperatura de las rocas. Ahora las sentía calientes al igual que el resto de mi cuerpo.

¡La Zona me había atrapado en el infierno de Dante!

¡Sigue escalando y no mires abajo! el fuego continuó creciendo, dándome unos cuantos segundos para elevar mi pierna derecha y subir la distancia de casi cincuenta centímetros que había entre cada una de las rocas ¡Hazlo más rápido!.




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