Explore often(explorando a menudo) ★☆★٭*

Capítulo 7:Te amo... Eso no se lo digo a muchas

Llegamos a casa, y yo no me soltaba de Mika. Querer estar cerca de ella era casi una necesidad, como si el contacto me devolviera la seguridad que creía perdida. Me sentía querida, protegida, como si nada pudiera romper esa burbuja que se había formado entre nosotras.

Estábamos todos sentados en el sofá del salón. Lily y Elliot no tardaron en recriminarle a Liam su actuación.

—Yo no voy a decir nada más. Eliot, te lo dejo a ti.- Soltó exasperada

Eliot se volvió hacia él con una mezcla de paciencia y cansancio.

—¿Qué te pasa, Liam? Por Dios. Entiendo que querías ayudarla, pero podrías haberla soltado cuando ella te lo pidió. Y no insistir más.

—Paso de esto - expresó poniendo los ojos en blanco.

—¿Qué te crees?,¡Liam, vuelve aquí!

Pero Liam ya había salido de la sala. Lily se echó a llorar y se marchó también, llevándose a Tammy consigo.

Eliot se acercó a mí, con el ceño fruncido y una voz suave:

—Hope, es obvia la razón por la que te quería. Déjale y dale tiempo.

Mika me llevó a su cuarto. Yo seguía asustada, pero estar cerca de ella me aliviaba.

Se tumbó en la cama y me hizo un gesto para que me acostara a su lado.

—Ni hablar —reí, divertida—. Tonta.

—No te voy a hacer nada, boba. Ven aquí. Haré que te sientas mejor.

Lo dijo con una voz ronca y traviesa que me arrancó una carcajada.

Ella también se rió, se levantó de golpe y, sin darme tiempo a reaccionar, me cogió y me tiró sobre el colchón, colocándose encima de mí.

—¡Mal pensada!

—¿Yo? Si eres tú la que ha puesto esa voz.

—Compórtate como una chica de tu edad.

—Las de mi edad están piradas .Soy la más cuerda de todas.

—Y encima ya sabes a qué te quieres dedicar. Eres increíble.

—Lo sé —respondí, entre risas.

Rozó su nariz con la mía y hundió los dedos en mi pelo.

—¿Sigues pensando en ellos?

—Todos los días,¿y tú en ella?

—Siempre.

Me abrazó, apoyando su cabeza en mi cuello. Sentí sus lágrimas empaparme la piel. Entonces, sin pensarlo, la empujé suavemente y me tumbé sobre ella. La besé en la mejilla.

Ella se cubrió los ojos, rompiendo a llorar.

—Ey, ey, no llores. Tranquila.

Solo pensar en nuestros padres me entristecía. Mientras la abrazaba, vi un girasol tatuado en su cuello.

-¿Un girasol?

De repente, Mika se incorporó.

—Me tengo que ir.

—¿Qué? ¿Por qué? Espera...

—Me voy, Hope...Adiós.

Cerró la puerta de un portazo, tapándose el cuello. Algo no iba bien. ¡Hope! Ella siempre me llama Nozomi... ¿Por qué se ha ido? ¿Qué he hecho mal? Ojalá me lo dijera.

***

Todo esto no comenzó hoy

Tammy y Liam sabían que, antes de conocerlos, yo tenía un amigo muy especial. Para disimular, inventé que había sufrido un ataque de Spencer Talbot. Pero la verdad es que Mika y yo habíamos sido inseparables desde que nacimos . Todos los días juntas, viajes familiares, juegos... Era perfecto. Hasta que empezamos a notar que algo en su familia no encajaba. Su madre no sonreía. Su hermano tampoco.Descubrimos botes, muestras de sangre, babas verdes.

A veces, Mika se alteraba, su piel se tornaba escamosa y le salía un tentáculo de la boca. Una vez se transformó por completo en un Glandorf. Spencer lo descubrió. Y empezó a experimentar con ella.

Sin piedad.

Hasta que un día sin darnos cuenta ya había creado su Imperio y era más fuerte y poderoso que lo que puedas imaginar

***

Mika empezó a cambiar. Cariñosa un día, distante al siguiente. Me desconcertaba. Un martes, mientras iba a la cafetería, pasé por el pasillo y vi que Mika no estaba en su sitio.

—¡Hey! Ten más cuidado la próxima vez.

—¡Es culpa tuya, torpe!

—¿¡Nozomi!?- gritó

—¿¡Mika!?- respondí, atonita.Salí corriendo , con el corazón en la garganta.

—¡Oye, vuelve aquí!

—¡Déjame en paz! Joder, no te entiendo.

Me detuve en seco. La miré, con los ojos inundados de lágrimas.

—Te comportas de manera cariñosa y luego me ignoras... ¡Lo siento!

—Eso no me vale.

—¡NO! Me ocultas cosas. Somos amigas desde bebés y me mientes. Mientes a todos en el instituto. ¿Por qué no lo dices? Aunque ya lo sepan...

Di un paso adelante y grité:

—¡ESTA ES MIKA TALBOT! ¿ME OÍS? ¡ES UN MONSTRUO!

Mika me miró, traicionada, con una lágrima cayendo por su mejilla. Como si ya no me reconociera.

—Mika, lo siento... ¿por qué he dicho eso?

—Muchas gracias, Nozomi. Si antes me odiaban, ahora va a ser peor.

Pasó junto a mí y me empujó con el hombro.

En el recreo, Mika no apareció. Fui a secretaría. Me dijeron que había llamado a casa y se había marchado.

Todo el mundo me miraba con compasión. Creían que Mika me había atacado. Pero la verdad es que yo había destrozado todo. Perdí a mi mejor amiga por una estupidez.

Al llegar a casa, la angustia era insoportable. Fui directa a su cuarto. Golpeé la puerta.

—Mika...Mika, por favor.

Silencio.

Lily posó una mano en mi hombro.

—No insistas. Llegó del instituto, se encerró y no ha comido nada. Por Dios... ¿qué ha pasado?

Ignoré a Lily y seguí golpeando.

—Mika, por favor. Lo siento.

Lloraba desconsolada cuando la puerta finalmente se abrió. Mika tenía los ojos hinchados y... verdes. Eso era malo. Muy malo.

—¿Qué quieres? ¡¿Humillarme más?! ¡¿Decirme que soy un monstruo, que no te importo?!

Mostraba una sonrisa amarga. Mika ya ni me reconocía.

—Oye, cálmate, ¿vale?

—Todo el instituto sabe quién soy, y ¿me pides que me relaje? - Una sonrisa amarga se formó en su rostro.

Sus ojos verdes brillaban. Su piel comenzaba a tornarse escamosa. Su lengua... no era una lengua. Era un tentáculo.

—Lo peor es que no quiero ni verte, pero la única forma de calmarme... es estando contigo.

Los demás se dieron cuenta del cambio. Elliot sacó un arma.

—¡NO!

La joven medio humana, medio Glandorf, se interpuso entre la pistola y yo.




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