Expuestos en vivo

17: Autos

Yaván Ragnar

Apenas pusimos un pie fuera del bote, me arrepentí. El suelo… vibraba. No como la tierra que respira después de la lluvia, sino como si un gigante dormido bajo el suelo estuviera pateando con furia. El sol se escondía. Había luces por todas partes: en los palos gruesos, en el suelo, en las paredes. Parecía que la luna había tenido hijos eléctricos y todos gritaban al mismo tiempo.

<<Bienvenido>> —reiteró Cecil, con una sonrisa a la que mis ojos les costó despegar.

<<¿Por qué brilla el suelo?>> —pregunté.

<<Porque está mojado>> —contestó no muy convencida.

<<Entonces el agua aquí también tiene poder>> —concluí con respeto.

Pero mi serenidad se esfumó cuando vi a esa bestia enorme, de color plata, con ojos encendidos y olor a humo.

—¡Suban a la camioneta, rápido! —anunció el padre de Cecil, saltando emocionado. Camioneta. Así le decía él a esa criatura metálica que rugía y temblaba como si quisiera devorarnos.

Dos hombres bajaron de ella —esos eran los empleados— y empezaron a meter nuestras cosas detrás de su boca.

<<¡Se estar comiendo!>> —advertí, sujetando mi lanza.

<<¡NO, Yaván! No es su boca, es la maletera.>> —Cecil me agarró del brazo antes de que atacara.

<<¿Male qué?>>

<<Maletera, donde se guarda el equipaje>>

<<¿Guarda o digiere?>>

<<Guarda. Y rápido, antes de que mi padre te meta ahí también>>

El aire olía a una sustancia no identificable, la noche estaba más viva que nunca, y todos hablaban demasiado rápido.

—Vamos, muchacho, sube atrás —dijo uno de los hombres, señalándome la parte trasera de la camioneta.

Lo miré con toda la seriedad que el orgullo tribal podía reunir.

—<<¿Atrás?>> —me ofendí, señalando.

El hombre no captó mi idioma, pero sí mis gestos.

—Sí, atrás, en la tolva.

<<Yo subir encima del demonio, menos a espalda>>

Cecil se llevó una mano a la cara.

<<No es un demonio, es un vehículo>>

<<¡Ser bestia metálica que mover sin patas!>> —exclamé, siendo incomprensible para mi entendimiento. —<<¡No tener sentido! ¡Yo no confiar en algo que no tiene patas!>> —me irrité. ¿Por qué ella no temer por seguridad suya? ¡Yo deber protegerla!

Su padre suspiró.

—Hija, por favor, explícale que no lo va a morder.

Ella bufó.

<<¡Morder no, pero poder tragarse medio equipaje si enojar!>> —grité golpeando algunos lados para identificar sus debilidades.

Cecil rodó los ojos, cruzó los brazos y me miró.

<<Si subes, te dejo sentarte adelante conmigo>> —negoció calmada, pero ¿eso no pasar igual?

<<¿Adelante, donde estar monstruo?>> —continué conversación por educación.

<<Sí>>

<<¿A su cabeza?>>

<<Sí>>

<<¿Y ahí qué hago?>> —me dejó intrigado.

<<Rezas y te callas>> —escupió cansada. Ella tenía un cuerpo menudo, pequeño y apenas era alta. Sin embargo, me empujó y obligó a meterme. Era como una diminuta presa, por lo que mostré generosidad.

Subí con cuidado, tocando todo el interior para asegurarme de que no había serpientes escondidas. Por dentro, el asiento era blando, como piel de ciervo recién curtida. Cerraron la puerta, y el rugido comenzó. Sentí cómo el suelo se movía, y el monstruo empezó a avanzar.

—<<¡Está vivo!>> —me alteré, agarrando la pierna de Cecil, misma que se sobresaltó por el contacto repentino.

<<¡Eso es manejar, idiota! ¡Manejar!>> —se exasperó, queriendo sacarme los ojos por la vergüenza. Los otros extranjeros desconocidos nos observaban con cautela, en especial, a mí que no quería despegarme de mi lanza heredada.

<<¡Nos lleva a su nido!>> —avisé.

<<Nos lleva a casa>> —corrigió.

<<Lo mismo dije>> —advertí.

El padre de Cecil, trató de explicarme que el motor era el corazón del vehículo, igual que el bote mientras la madre decía que ella dirigiría esta misión. Lo escuché con interés… hasta que ese corazón rugió más fuerte. Pronto, me calmé y observé a los alrededores por un buen rato, examinando a su vez la expresión de mi esposa. ¿Por qué ver tan feliz? De la nada, empecé a ver más autos extraños y diferentes que a veces se nos acercaban. ¿Buscar guerra?



#356 en Novela romántica
#155 en Chick lit
#92 en Otros
#53 en Humor

En el texto hay: matrimonio, boda viral, tribu

Editado: 01.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.