Expulsado del equipo del Héroe por tener el pito corto

Prólogo - Volumen 2

Dentro de las santas escrituras de la palabra sagrada hay una frase que dice…

“La mejor batalla no está reservada para el mejor soldado, sino para el hombre que más necesita superarla”.

No suelo desafiar las santas escrituras, pero ya no puedo más. Estoy cansado, tengo hambre y me cuesta respirar…

“Señora Raiza, el señor Ester no se ve bien de salud”, dijo Kharla mientras lucía tranquila. Ahora Raiza, Chizze, Karla y yo estamos atrapados dentro de la zona de monstruos entre Dredprism y Khisphe.

Hace tiempo estábamos en otra zona de monstruos, pero en este lugar el miasma está más denso y no tenemos al dragón de tierra para facilitarnos el camino…

¿¡CÓMO TERMINAMOS AQUÍ!?

Después de prácticamente destruir el bosque élfico y liberar a los ogros del bosque, el imbécil de Gasthor se fue sin dejarnos nuestras cosas. Nuestro equipaje y el dragón de tierra se quedaron en la posada en Rusthia, y con todo el escándalo que hicimos, no es buena idea volver ahí. Al menos por un tiempo. Menos mal que las cartas de mi maestro siempre las llevo conmigo, pero…

“¡Ah! ¡Ya no puedo más! Ya estoy cansado de vagar por este lugar. Estamos muy jodidos, la comida que le robamos a los elfos ya se ha acabado, dejamos el dragón de tierra en Rusthia y no tengo ni idea de adónde vamos ni por qué… ¿Por qué…? ¿Por qué soy el único que la está pasando mal por este maldito miasma?” grité lleno de rabia…

A diferencia de mí, mis compañeras no parecían tener el menor problema con el miasma. Ya sabía que Raiza estaba acostumbrada a este ambiente. Aun así, me sorprende que Chizze, con su delicado olfato, no se vea afectada por el miasma. Creo que los hombres bestias de su tribu son más fuertes de lo que parecen, pero no entiendo cómo es que esa pequeña niña, más joven que yo, también parece respirar sin ningún problema.

Kharla me miró con una mirada de superioridad.

“Señor Ester, deje ese patético espectáculo e intente mantener la compostura. El miasma de la zona de monstruos no es muy fuerte, aunque… recuerdo que cuando viajaba con el cardenal, él usaba un orbe para soportar el miasma, pero yo nunca lo necesité. Nunca me han afectado los efectos negativos de maldiciones o venenos, por eso este miasma no me afecta.”

Así que esa era su habilidad pasiva; esa niña debe tener un gran don.

“Ahora guarde silencio, Señor Ester. Necesito concentrarme.”

Kharla puso sus manos en el suelo y no sé qué estaba buscando. Dijo:

“Señora Raiza, señorita Chizze, prepárense. Un pequeño grupo de bestias se dirige hacia aquí.”

Oh, eso me recuerda, el nombre de la zona de monstruos es bastante serio. Desde que se fue la neblina del bosque élfico, vimos un horrible paisaje. Nubes púrpuras llenaban el cielo, fruto del miasma en el aire, y lo peor eran los monstruos a la distancia. Criaturas deformes que cuesta entender con solo una mirada; esta zona de monstruos era mucho peor que cualquiera que haya visitado antes…

Después de preparar algunas provisiones improvisadas, salimos del moribundo bosque élfico y continuamos nuestra aventura… o eso intenté, ya que he sido atacado por monstruos un sinfín de veces…

Raiza tiene su experiencia en batalla, por no decir su fuerza sobrehumana. Chizze tiene sus instintos y la fuerza de mujer bestia. En cuanto a Kharla, es prácticamente un radar con patas y puede detectar enemigos cercanos, pero yo…

Primero me recosté contra una roca que resultó ser una araña camuflada. Creo que se escondía y cuando su presa se acercaba lo suficiente, atacaba… lo descubrí cuando casi fui su almuerzo…

Segundo, creí ver un árbol con frutas, pero al acercarme resultó ser un nido de algún insecto gigante y esas frutas eran larvas que intentaron atacarme para parasitar mi cuerpo…

Y por último, pisé una trampa de algún animal de la zona y casi caigo a un foso donde se escuchaban chillidos en el fondo. Supongo que era un nido y cualquier cosa que cayera allá abajo seguro moriría devorada…

En verdad, me gustaría tener la habilidad de detectar monstruos de Kharla…

Raiza puso su mano en la espalda de Kharla.

“Muy buen trabajo, Kharla. Ahora yo me encargaré de esos monstruos.”

“Señora Raiza, déjeme pelear. Quiero demostrarle de lo que soy capaz.”

Raiza dio un paso atrás y dijo: “Lo dejo en tus manos.”

Chizze las estaba mirando con una cara indiferente. “Bueno, la niña va a pelear. Chizze esperará junto al amo.”

Kharla dijo rápidamente:

“Espere, señorita Chizze, necesitaré tu ayuda… Por el poder de la diosa, bendice a esta persona con valentía, fuerza y coraje. Dale el poder que todos tenemos en nuestras almas y nuestros corazones. Conexión Sagrada.”

Sin darle tiempo a responder a Chizze, lanzó un conjuro cubriéndola en un aura azul.

“¿Qué diablos le hiciste a Chizze? ¡Te mataré!” dijo Chizze.

Kharla bajó su mirada hacia mí. “Señor Ester, ayúdeme con su esclava.” La niña estaba temblando por las palabras de Chizze…




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