Expulsado del equipo del Héroe por tener el pito corto

Capítulo 2 Invirtiendo en bienes raíces

Cuando llegamos a la ciudad de Cuencas, vimos a algunos guardias en la ciudad; ellos nos quedaron mirando… No nos dijeron nada, aunque aún no podía relajarme… Pero tal vez solo les llamó la atención ver a un grupo lleno de mujeres donde una de las chicas cargaba a un hombre sin fuerza para caminar.

Raiza se acercó a uno de los habitantes de la ciudad y le preguntó por un lugar donde puedan vender o comprar casas.

“Creo que el único lugar que hace eso de forma segura es en el gremio de comerciantes”.

Raiza le dio las gracias a la persona que nos dijo cómo llegar al gremio, y fuimos por el camino que nos indicaron.

Cuando llegamos al gremio de comerciantes, vimos que era un edificio de dos pisos muy elegante, pero que no desentonaba con el resto de la ciudad, que era muy particular.

Las casas en esta ciudad no suelen estar pintadas, pero las piedras de las casas están muy detalladas con grabados esculpidos con diferentes formas e imágenes; aunque de lejos se vean simples, de cerca están llenas de muchos detalles. Debieron ser construidas por gente muy talentosa.

La persona encargada de comprar la casa debía ser yo, ya que tengo mis documentos de identificación y mi licencia de aventurero de plata 2.

Chizze es una esclava, Raiza quiere pasar desapercibida y a Kharla no le gusta hablar mucho de su vida personal. Así que tengo que hacer esta misión y así poder tener el cambio para poder comer.

Una vez entré al local en compañía de Chizze, había una fila para hablar con la recepcionista.

Había cuatro cajas de atención al cliente, pero solo una persona estaba atendiendo. Fue algo frustrante esperar en la fila por este motivo, pero no debía llamar la atención.

Una vez llegó mi turno, solicité información sobre viviendas que pudiera comprar el día de hoy, que estén amuebladas de preferencia con cuatro o más dormitorios con una cama cada uno.

La recepcionista miró mi ropa; todavía estaba usando la ropa que preparé para la fiesta en el palacio, pero ya tenía mi traje muy sucio y andrajoso. Dijo con una voz llena de lástima:

“Tenemos muchas casas con esas características, pero están en una zona turística y pueden ser muy caras. Seguro no quiere ver opciones más económicas”.

Busqué en mi bolsillo y discretamente le mostré la moneda de platino. La mujer no dijo nada y solo sacó un papel, escribió un pequeño párrafo y me dijo:

“Toma esto, ve a la oficina del supervisor del gremio de comerciantes. Está en el primer piso y dale esto a su secretaria. Allí te atenderán mejor”.

Tomé el papel, llamé a Chizze y fuimos al primer piso. Entregué el papel a la mujer que parecía ser la secretaria del supervisor. No me dirigió la palabra; entró en la oficina del supervisor, salió y me dijo que pasara.

Entré a la oficina con Chizze y vi al supervisor, o mejor dicho, a la supervisora. Ella era una mujer de piel canela con tatuajes en los brazos, un collar en su cuello, una blusa escotada que resaltaba su hermoso cuerpo y un cabello oscuro lacio.

La supervisora me miró a los ojos y dijo:

“Antes de hablar, déjame ver tus credenciales y esa moneda de platino”.

Estábamos sentados en un sofá, Chizze y yo, mientras que la supervisora estaba sentada en una elegante silla. En medio de nosotros había una mesita de té.

Saqué mis documentos personales y la moneda de platino, y los coloqué en la mesa entre nosotros.

Primero tomó mis credenciales y se aseguró de que fueran auténticas; luego sacó un pequeño gotero y dejó caer una gota de un líquido oscuro encima de la moneda.

“Bien, con esto comprobé que sí eres Ester, el aventurero plata 2, y que la moneda de platino es auténtica. Si fuera falsa, ese líquido la habría vuelto de color negro. Ahora, una última pregunta: ¿por qué quieres comprar una casa en esta ciudad y por qué cargas tanto dinero en efectivo contigo?”.

Me dijo la supervisora de la oficina. Puse mi mejor cara de póker y dije:

“Gané mucho dinero con los esclavistas en Rusthia, comprando esclavos y vendiéndolos en diferentes partes del país. Después de hacer una pequeña fortuna, quise emigrar al imperio de Dredprism. Mientras consigo el permiso de emigración, planeaba vivir en esta ciudad.

Durante el camino, mis compañeros y yo fuimos atacados por monstruos y bandidos. Por eso perdimos muchas de nuestras cosas. Por suerte, tenía escondida esa moneda, por eso mi prisa en gastarla y conseguir dinero de bolsillo”.

La supervisora parecía creer mi explicación. Fue a su escritorio, buscó unos papeles y los puso en la mesa en medio de nosotros.

“Estas son las casas que tenemos en venta”.

Vi los documentos y todas tenían las características que le pedí a la recepcionista. Me decanté por la propiedad que tenía un valor de 200 monedas de oro con todo e impuestos; tenía piscina y un cuarto de vapor. Básicamente, una casa de vacaciones.

“Esta es la casa que quiero comprar y quisiera mudarme hoy mismo”.

“Está bien, mandaré a uno de mis empleados a buscar las llaves y que te indique dónde está la casa, pero no tenemos 100 monedas de oro para darte la diferencia de esa moneda de platino. Ahora te puedo dar 50 monedas de oro y en una semana puedo darte la diferencia. Solo tendrás que volver al gremio por ellas”.

La supervisora tomó la moneda de platino y la puso en una caja fuerte. Firmó un documento y me dijo que lo guardara; que era un vale por la diferencia de 50 monedas de oro.

Salimos de la oficina de la supervisora con las 50 monedas de oro y el contrato de la compra de la casa de vacaciones que compré. Fuimos a la recepción a esperar al empleado con las llaves de la casa y que nos mostrara dónde estaba ubicada la propiedad.

Después de media hora, llegó el empleado; era un hombre algo calvo, con una barba frondosa y tatuajes en la cara. En esta ciudad, los tatuajes son muy populares; recuerdo que hasta Miguel Ángel estaba lleno de tatuajes.




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