Hace mucho tiempo, un rey malvado me nombró el Santo de su país, un gran título que significa que fui elegido por la Diosa para proteger este mundo de los males que lo aquejan, a mí el odiado Cardenal Darwin...
Pero no soy nada de eso; soy un simple hombre que no quiere ese título.
Aunque en teoría soy muy importante, sigo siendo parte del equipo del falso Carlo Dante, ya que soy el santo que guía al héroe. Pura basura: un falso santo con un falso héroe.
Y para reemplazar a la verdadera princesa Karla, los representantes del rey trajeron a una maga elemental que usa un vestido que muestra mucha piel. Debo tener más del doble de su edad y me siento incómodo cuando me encuentro mirando su cuerpo. Ya estoy demasiado viejo para pensar en jovencitas… no quiero ser un viejo verde.
Creo que solo la contrataron por cómo se ve junto al falso Carlo Dante, quieren dar la impresión de un equipo conformado por gente hermosa y poderosa, un equipo digno del héroe de Rusthia…
En fin…
Hoy tenía el día libre y continué con mi cruzada personal, mi búsqueda de la princesa Karla y la identidad del hombre que la secuestró, ese demonio disfrazado de sacerdote que usaba esa magia tan aterradora.
Llevo mucho tiempo buscando pistas, pero literalmente la respuesta a mis problemas vino a tocar a mi puerta.
"Su santidad Darwin, lo estábamos esperando. Creo que encontramos un caso digno de su poder." Me dijo uno de mis subordinados en la iglesia de la Palabra Sagrada en el Reino de Rusthia.
Ese día fui a la iglesia buscando ayudar a la gente de mi país, pero al parecer un forastero de Khisphe vino a Rusthia en busca de curar una enfermedad que lo aquejaba. Antes de tratar con el paciente, pregunté quién era…
Vi el informe de inteligencia del sujeto que buscaba mis servicios.
Era un prófugo buscado por el gremio de mercenarios de Khisphe, ya que ese hombre había robado dinero de un casino donde trabajaba. Pero robó el dinero para tratar su enfermedad y vino a la sede de la Iglesia de la Palabra Sagrada en Rusthia a curarse, al menos esa es la justificación de sus pecados que intenta vendernos...
Bueno, ya con todo dicho, fui a sanar al paciente. Entré a la habitación donde estaba el sujeto.
Parecía un hombre frívolo y algo desaliñado; se nota que no la ha pasado bien. El sujeto me ve y con mucho miedo en su rostro dice:
"Su santidad Darwin, es un honor conocerlo. Soy..."
El hombre hablaba y hablaba, pero no podía importarme menos. Cuando dejó de hablar, le pregunté por la enfermedad que lo trajo aquí.
Me muestra su mano izquierda, donde resalta su meñique, que está completamente negro. Intenté usar mi magia curativa y sentí una sensación familiar...
Era el mismo sentimiento de cuando intenté curar al falso Carlo Dante en la zona de monstruos... "Señor, ¿cómo terminó su dedo en ese estado? Por casualidad, ¿fue obra de un sacerdote de pelo negro y lentes?"
Al hombre se le puso la cara pálida y comenzó a temblar.
"¿Conoces al tipo que me hizo esto?" Le respondo:
"He escuchado rumores de ese tipo."
El hombre me contó una historia: que era un empresario honesto que fue atacado por un sacerdote para robarle dinero al casino y fue incriminado e injustamente perseguido...
Obviamente, era una mentira, pero ahora sé que ese sacerdote estuvo en Khisphe. Sin quererlo, me mandó un espécimen vivo con el que puedo estudiar su magia única. Con eso, podría derrotar a ese tipo y rescatar a la princesa Karla de sus asquerosas manos.
"Señor, ¿por casualidad, el hombre estaba acompañado de alguna mujer?" le pregunto al sujeto del meñique infectado con esa magia demoniaca.
"Su santidad, yo no lo vi con ninguna mujer, pero un empleado comentó que estaba acompañado de una mujer bestia."
Esto debe ser una señal del cielo; ahora tengo un rastro que seguir.
Llamé a mi asistente en la iglesia.
"Escucha, contacta con el gremio de mercenarios de Khisphe y diles que tenemos a este hombre bajo nuestra jurisdicción. Paga el dinero que robó este hombre, que desde ahora estará bajo la protección directa de la iglesia."
El hombre piensa que lo estoy protegiendo, pero es todo lo contrario; será mi rata de laboratorio. Mientras siga vivo, yo estudiaré cómo revertir esa magia. La próxima vez que vea a ese sacerdote de lentes, lo derrotaré, recuperaré a la princesa Karla, y pagará con su vida cualquier daño que le haga a la princesa.
Ordené a los sacerdotes que curar la maldición de ese hombre era una prioridad de la iglesia, por lo que comenzó su tratamiento y se ordenó registrar absolutamente todo lo relacionado con su recuperación.
Salí de la iglesia, donde me esperaba un elegante carruaje, ya que tenía una pequeña reunión con el equipo del héroe de Rusthia…
Espera…
¿No se supone que es mi día libre?
Cuando entré al carruaje, vi al falso Carlo Dante. Este nuevo Carlo me trataba con mucho respeto, casi como si me tuviera miedo, y con mucho respeto me dice: "Un placer verlo con buena salud, su santidad Darwin." Pero una voz hostil interrumpe el amable saludo del príncipe…
"Vaya, por fin llegaste, cardenal Darwin. Pensé que me volvería vieja esperándote."
A diferencia del falso Carlo Dante, la hechicera elemental sentada al lado del falso príncipe me miraba sin nada de respeto. Supongo que es entendible; ella llegó hasta aquí por mérito propio, a diferencia de mí, que solo era una pieza desechable de la iglesia, y escogido como un Santo por capricho del rey de Rusthia.
"Señorita Flamma, no seas tan grosera con su santidad. Ahora todos somos un equipo y debemos llevarnos bien."
"Tu actitud tan enérgica es molesta, príncipe. Además, el cardenal no se queja de mi trato, así que solo quéjate si te ofendo a ti."
Flamma no sabía que el príncipe era un impostor, por lo que era medianamente cortés con él, pero en cuanto a mí…