El día de hoy teníamos la casa sola para las mujeres, ya que Ester cruzó la frontera para conseguir el favor del gremio y que todo nuestro equipo pudiera viajar a Dredprism, mi país de origen.
Aunque nací como Raiza Leiva, no me siento cómoda con ese nombre; mi nombre siempre será Raiza Corddian, y mi patria será Dredprism.
Aunque ahora eso no importa, estoy en la ciudad fronteriza de Cuencas en una casa vacacional.
Creo que en toda mi vida no he tenido vacaciones, así que tener tiempo para tomar el sol en la playa y salir a conocer una nueva ciudad por el simple placer de disfrutar del ambiente fue algo nuevo para mí.
Lo que más gracia me hizo fue cuando, el día que llevamos a los hijos de Trevor a la playa, dos hombres se me acercaron con miradas lujuriosas.
"Oye, mujer hermosa, con ese sombrero tan grande y con ese traje de baño tan delgado se ve que eres una mujer muy sexy. ¿No te gustaría ir a tomar algunos cócteles al bar de la playa?"
No me importaron las palabras de esos hombres y los ignoré, y seguí caminando.
"Qué fría eres con nosotros, corazón. ¿Así tratas a unos hombres que alaban tu belleza? Debieron educarte muy mal tus padres."
En ese momento pensé en golpearlos, pero Kharla enfrentó a esos hombres.
"La señora Victoria no está interesada en hombres tan vulgares. Piérdanse."
Los hombres se enojaron con Kharla; creo que pensaban hacerle daño, pero entonces usé mi sed de sangre para intimidarlos.
Supongo que no eran guerreros porque quedaron paralizados en ese instante. Kharla me tomó de la mano y me alejó de esos tipos. Creo que no notó mi pequeña ayuda y le susurré al oído:
"Gracias, Kharla."
...
Le estaba contando esa historia a Chizze, quien usaba la camiseta que compramos en las playas de Cuencas; ese fue el recuerdo que le trajimos a ella y a Ester.
Como comenté al principio, teníamos la casa sola y contábamos historias mientras tomábamos vino. Quise contarle a Chizze cómo Kharla me defendió de esos vulgares hombres, omitiendo la parte donde la ayudé.
"Eso no es nada. Chizze hubiera hecho pedazos a esos hombres," dijo Chizze ya algo borracha.
"Oye, Chizze, ya estás en temporada de celo porque te he notado más inquieta junto a Ester." Kharla casi escupe su copa de vino cuando dije eso.
"Señora Raiza, no hable de esas cosas." Dijo Kharla con la cara roja, pero Chizze estaba muy tranquila.
"A Chizze no le importa hablar de eso. Si al amo tampoco le importa, ¿qué quieren saber?"
Kharla estaba sonrojada, pero escuchaba nuestra conversación atentamente.
"Sabes, cuando volvimos de la playa noté el olor en la casa; estaba llena de tus feromonas. Supongo que Kharla no notó la diferencia con tu olor habitual, pero yo sí lo noté. Cuéntame, ¿cómo fue su primera vez?"
Chizze bebió un poco más de vino y respondió mi pregunta: "Pues fue algo vergonzoso para Chizze. Tuvimos nuestra segunda cita después de hacer un trabajo para una mujer vulgar con poca ropa que miraba con ojos de cazador al amo, y Chizze se sintió amenazada. Así que me dediqué a cortejar a mi amo toda la noche y cuando llegamos a casa el amo estaba algo más cariñoso."
Kharla pensó, "Ella emborrachó a su propio amo para acostarse con él," mientras yo escuchaba atentamente su historia:
"Bueno, Chizze tomó la iniciativa para aparearse con el amo. Lo acosté y desvestí; una vez estuvo listo, Chizze se abalanzó sobre el amo. Admito que Chizze estaba algo nerviosa, pero no dolió al principio. Después de terminar el acto, Chizze estaba satisfecha, pero el amo quería más. En un momento de debilidad, me puso boca abajo y Chizze quedó indefensa bajo la lujuria del amo.
Una vez terminó, a Chizze le quedó doliendo su cuerpo, pero más le dolía su orgullo. El amo ni siquiera es un guerrero como tal; Chizze no podía afrontar la derrota, así que al día siguiente me levanté a comer para recuperar fuerzas.
El amo preparó carne y una bebida amarilla que supo muy dulce. Una vez recuperé mis fuerzas, era hora de la venganza de Chizze. Tomé al amo y lo lancé a la cama; esta vez iba a ser yo quien no lo dejaría dormir…
Y bueno, admito que su magia curativa sirvió mucho porque dejé su cuerpo lleno de marcas de mis garras y dientes. No importaba lo que hiciera, su cuerpo podría soportarlo, y bueno, solo paré cuando vi al amo inconsciente en la cama y Chizze sintió que recuperó su orgullo."
No pude aguantar más la risa y comencé a reír a todo pulmón mientras yo decía:
"Con razón cuando llegamos se miraba tan desaliñado; pobre, hasta siento algo de pena por él."
Kharla bebió mucho vino para resistir la historia de Chizze y se emborrachó tanto que se quedó dormida en el sofá de la sala. Hacer estas cosas de chicas de vez en cuando es tan divertido, aunque fuéramos solo nosotras tres no estaría mal… pero admito que extrañaría un poco a Ester…
Bueno, tal vez lo extrañaría algo más si pudiera emborracharme a gusto. También, al ver a mis amigas tan borrachas, desearía que mi cuerpo y ese estúpido don del héroe no limpiara tan rápido el alcohol en mi sistema.
Igual, lo que más disfruté de esa noche fue pasar el rato charlando con ellas dos. Me pregunto cuándo se acabarán estos bellos momentos…
Me pregunto si es correcto encariñarme con ellas dos. En el gran esquema de la guerra contra el rey demonio, ellas solo son peones. Incluso yo solo me veo a mí misma como un alfil: puedo golpear con fuerza sobrehumana y soy prácticamente inmune a la magia, pero no puedo usar magia al nivel de un hechicero ni aumentar mis estadísticas a voluntad…
Eso solo me recuerda que, a mi lado, solo correrán peligro, pero necesito compañeros para mi viaje. Espero que estos días nunca acaben, pero si eso llega a pasar, las recordaré con mucho amor…