Éxtasis por ti

Inicio de clases

Tony despertó bien estresado, debido a que en días anteriores estuvo trabajando para tener dinero e invertirlo en sus estudios y no pedirle a su papá.

Se lavó su oscuro pelo lacio; enjuagó rápidamente sus  ojos los cuales  le daban un aspecto de haberse desvelado; trataba de ocultar la fea cicatriz de la ceja derecha, pero le fue imposible, ¡estaba apresurado! Pensaba que se atrasaría para ir a la institución. Su mamá lo aceleró aún más. Era su primer día de clases, los nervios lo abatieron.  

Salió corriendo de la casa.

Una vez en el colegio, él se dirigió a la U (un lugar amplio en el que se solían hacer presentaciones o eventos importantes). Tomó una silla y con un poco de tranquilidad se sentó alado de sus viejos compañeros. Poco a poco iban llegando los demás, varios de ellos eran desconocidos.

Ya era tarde y aún faltaban más estudiantes, pero a pesar de eso, inició el discurso del vicerrector. Ese hombre con bigote, labios finos, ojos cristalinos y de baja estatura, mencionó cuáles eran  las ventajas y desventajas que tendía aquel programa de clases en el que Tony había ingresado. Además, recalcó que todos los alumnos que se encontraban allí eran pioneros. ¿Qué era exactamente BI? ¿De qué trataba? De capacitar a mentes estudiantiles con aprendizaje internacional para  que puedan afrontarse a  cualquier reto estudiantil o de conocimientos.

Mientras ocurría toda esa explicación, Tony aprovechó para conversar con sus camaradas, tenía mucho tiempo que no los veía. Todo el  estrés que sentía se le fue desvaneciendo repentinamente. El licenciado al verlo, lo regañó por no prestar  atención al evento. De pronto, hace la presentación de una muchacha del montón. Era hermosa.

Él no sabía quién era, tampoco estaba interesado en saberlo, pensaba que en algún momento no muy lejano se hablaría con ella en el aula. Lo único que hizo fue disimular que la escuchaba. Estaba más concentrado en la plática con sus compañeros y no le importaba nada más que no fuesen ellos. La bella chica seguía hablando, lo curioso es que lo hacía en inglés… una razón más por la que no era debía darle mucha importancia.

Por otro lado, todos los licenciados asignados a aquel curso hicieron su presentación y mencionaron los objetivos que querían  llegar a conseguir con sus estudiantes.

Todo culminó después de tres horas.

Los alumnos se dirigieron  al curso que se encontraba en el “nuevo” pabellón. Este estaba conformado por cuatro aulas.

Estando allí, empezaron a felicitarse, a abrazarse, a hacerse bromas, entre muchas otras cosas; ya que no lo habían hecho durante las vacaciones. Entre ese montón de estudiantes no había tanta confianza, así que tomaría tiempo conseguirla.    

Tony, al regresar a casa habló, con su mamá acerca de sus futuros objetivos en dicho programa.

El día siguiente empezaron las clases; cada estudiante  ya tenía elegido su asiento. Se sentaron en U, el centro del aula quedó vacía. Al lado izquierdo de Tony se sentaba una chica muy, pero muy hermosa. Sus bellos ojos asiáticos la diferenciaban de las otras; al igual que su inigualable oscuro cabello lacio. Además, poseía unos labios cereza muy provocativos, debajo de estos tenía un pequeño lunar. Temía hablarle. Y a su lado derecho; Bryan, uno de sus viejos compañeros con miopía, inclusive, sus enormes cejas lo hacían parecer más intelectual.

El primer licenciado que ingresó fue  su tutor e maestro de  Física. Este pidió que hagan grupo de cuatro estudiantes para realizar una actividad. La misma que  consistía en elaborar un análisis sobre temas  que tratarían  durante todo el año lectivo.

Allí estaba él, con nervios, porque no conocía a casi nadie de su montón. A su lado estaba la muchacha hermosa. Se presentó como Angelina. Él solo hizo una mueca. No aportó en casi nada, a excepción de haber leído el  papel en el que se encontraba la información.

Una vez terminada la hora clase de aquel docente, los jóvenes estudiantes  retomaron su posición inicial.

A Tony no le importaba otra cosa que no fuese estar atento a sus  los licenciados… no tenía otra opción. Pasó todo el tiempo así, hasta que culminaron las clases.

De regreso a casa, su mamá lo cuestionó.

- ¿Cómo te fue?

- Mal.

- ¿Por qué dices eso?

- Hoy hicimos un  trabajo en grupo y no pude aportar con nada.




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