Extinción, la resistencia avanza.

CAPÍTULO XVIII: Penumbra

CLEMATIS

—Hemos traído comida, pueden tomarse una hora para descansar —anuncié a los trabajadores, ellos me observaron desde adentro de la zanja que estaban cavando y elevaron el pulgar.
—¡Enseguida vamos! —respondió uno de ellos mientras enterraba la pala.
—¡Yo avanzaré un poco más esta parte, estoy apunto de conectarla con el otro extremo!

Luego de escucharlos me dirigía hacia la mesa improvisada que teníamos y tomé los cuencos vacíos, abrí la olla de estofado que habíamos preparado, y comencé a llenar plato por plato conforme los híbridos y Hanouns se acercaban para recibir su ración.

—Ten cuidado, está caliente —le dije a uno de ellos, el muchacho sonrió mientras daba una probada.
—La mejor hora del día es cuando podemos probar su comida, señorita, muchas gracias.

Helena, quien se encontraba a mi lado ayudándome a servir no pudo evitar soltar una pequeña risilla ya que recordaba lo que me había costado poder aprender una simple receta. Sabía cocinar, ya que al vivir prácticamente sola durante tantos años me obligó a aprender, pero era la primera vez que cocinaba para tanta gente y no sabía si controlaba adecuadamente las porciones.

En cuanto terminamos de servir el guiso comenzamos a tomar las bandejas que traían encima las rebanadas de pan, y únicamente cuando todos los trabajadores tenían un pedazo, ambas nos sentamos atrás de la mesa para poder descansar.

—Ha habido un gran avance —exclamó Rier desde mis espaldas, yo alcé el rostro y le sonreí.
—¿Quiere que le sirva un plato?
—No, gracias, es mejor guardar raciones por si alguno de ellos quiere repetir.

Con un gesto de la cabeza Rier me pidió que lo siguiera, asentí, Helena me informó que en caso de alguno de ellos quisiera repetir se encargaba, así que podía demorarme todo lo que quisiera.

Conforme ambos caminábamos Rier me tendió su brazo para que pudiera sujetarme, Argon siempre hacia lo mismo, si algo los caracterizaba a los dos era esa caballerosidad.

—¿Cómo te sientes el día de hoy? —preguntó con genuina preocupación—. Me he dado cuenta de que no estás comiendo bien últimamente.
—Lo siento, es que estoy muy nerviosa, todo esto me tiene bajo mucho estrés y el estómago se me ha cerrado.
—Puedo darme una idea de como te sientes, Clematis, pero no puedes dejar de lado tu salud —tras decir esto volteó a observarme—. Debes de ponerte en primer lugar.
—¿Puedo ser sincera? —él asintió—. Tengo miedo. Yo nunca quise nada de esto. No sé si podré ser una buena líder, no sé si podré… salvarlos.
—Clematis —exclamó Rier con voz paternal mientras me obligaba a observarlo—. Un gran líder nunca quiere serlo, pero cuando oye el llamado, decide escucharlo. Y eso es justamente lo que pasó contigo. Nunca antes he conocido a alguien como tú. Eres inteligente. Aprendes rápido. Eres bondadosa, siempre te preocupas por el resto. ¿Te preocupa tener miedo? Mi querida hija —dijo mientras acariciaba la base de mi cabeza—. Eso es lo que te diferencia de nosotros, y eso, mi pequeña, es lo que te hace verdaderamente fuerte.
—Rier…
—De no ser por ti Giorgio hubiera hecho de las suyas, de no ser por tu ayuda Velmont no hubiera podido defenderse —él suspiró—. Sé que es difícil ponerte de pie cuando toda tu vida te enseñaron a agachar la cabeza, pero has hecho un excelente trabajo y me siento genuinamente orgulloso de tí.

Mis ojos se cristalizaron luego de escucharlo, traté de hacerme la fuerte pero algunas lágrimas terminaron resbalando por mis mejillas, Rier sonrió y me proporcionó un abrazo fuerte mientras seguía removiendo mi cabello.

—No tienes que fingir ser siempre la fuerte —susurró—. Esta es la verdadera prueba de que estás viva.
—Muchas gracias, necesitaba desahogarme con alguien.
—Siempre estaré siempre dispuesto a escucharte —me dijo mientras se separaba ligeramente—. Aunque sé que mi hijo hizo todo esto por protegerte, te tengo mucha estima y aprecio. Me diste ese pequeño empujón que necesitaba para que pudiera reconciliarme con mi pasado y te lo agradeceré durante toda mi vida. Eres como mi hija, y te prometo, mi niña, que cuando todo esto termine y decidas que camino quieres seguir, yo estaré a tu lado sosteniendo tu brazo para llevarte una vez más al altar.

Ambos nos abrazamos con fuerza. En este último tiempo Rier había sido un padre para mí. Siempre daba los consejos oportunos, siempre sabía escucharte. Argon era muy afortunado por tener a alguien como él.

Luego de un largo rato en el que conversábamos de otros preparativos, volvimos de regreso a la zona de trabajo, Helena ya no estaba y los colaboradores que teníamos ya habían regresado nuevamente al trabajo.

Rier y yo comenzamos a caminar en dirección al palacio, y cuando estábamos a unos cuantos pasos, pudimos ver como una vyla que no traía ningún equipo característico de alguna de las naciones era recibida por el cuidador.

—Señorita —dijo él en cuanto me vio cerca—. Acaba de llegar esto, es para el amo Rier.

Extrañada, tomé el sobre y vi el sello que había al frente, pero este tampoco tenía distintivo, el remitente de la carta únicamente lo había sellado y lo había enviado así sin más. Rier, quien se encontraba unos pasos más atrás, aunque trató de disimularlo, parecía haber reconocido al remitente y realizó una leve mueca en el rostro. Tomó el sobre, se alejó unos cuantos pasos, y tras terminar de leer me percaté de como su rostro se desencajó y comenzó a sudar frío.

—Rier ¿estás bien? —le pregunté, pero él asintió por inercia.
—Clematis, tengo que volver a Velmont —dijo, pero claramente se ve que mentía.
—¿Ha pasado algo malo?
—Prometo contarte todo la siguiente vez que nos veamos —respondió mientras giraba sobre sus talones—. Lo siento, debo partir.

Pese a que lo llamé Rier no me hizo caso, él únicamente caminó hacia la bodega donde se guardaban los carruajes, Argon le dio el alcance, su padre le dijo algo que aparentemente no le gustó del todo. Era la primera vez que veía a Argon así de contrariado, pero no pudo detenerlo, pese a que le insistía que no se fue Rier terminó subiendo a su carruaje y este poco a poco se fue perdiendo en el horizonte.




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