Extra: Mamá De Vientre Ajeno

EXTRA 2

9 Años después…

La casa de Emily y Astro está llena de vida y risas. Es una tarde de verano y la familia se reúne para cenar. La mesa del comedor está llena de platos deliciosos preparados por Emily, quien siempre se asegura de que haya algo para todos los gustos. Los niños, ahora mayores;

tres trillizos de quince años, dos mellizos de casi catorce años y tres trillizos mas de nueve años; Alessandro, Alessio y Andriano, sus pequeños. Se sientan alrededor de la mesa, cada uno con su propia personalidad y energía.

Los trillizos, se habían transformado en una bellezas andantes al igual que su padre, Aitor y Angel, era los fuckboy de su colegio y Abigail, no se quedaba atrás siendo hermosa con sus ojos grises y piel de porcelana, la consentida y protegida de la casa. Los mellizos, Owen y Osman; eran igual de llamativos, pero muy refinados, su personalidad de niños no cambió, pero tenían su temperamento oculto que salía de vez en cuando. Emily, se había graduado de Pediatra lo que siempre quiso ser, Astro no la dejo solo ser mama, le tenia preparado la sorpresa de su vida un año después de dar a luz compró un mansión lo mas serca de la mejor universidad del país para que ella estudiara y cumpliera su sueño y el de su padre, ahora cuida a sus hijos con más conocimiento y ejerce su profesión desde casa en un consultorio que le habilitó su amor para ella. Aunque últimamente atiende a muchas jovencitas hormonales por culpa de sus hijos.

No volvieron a intentar tener una niña, lo que Astro dijo ese día lo cumplio, la fabrica cerro y bien cerrada; se practicó un estudio sin comunicarle a Emily. Emily, más hermosa que nunca, con unos kilitos de más era la reina de casa, Ginevra y Simone se han ido de vacaciones y su amiga Natalia, vive feliz junto a sus titanes ahora siendo madre de tres niños. Los años pasaron sin previo aviso, y solo los retratos en las paredes al subir la escalera inmortalizaban todo lo que habían vivido, así como los logros y derrotas de sus hijos. Han sido los padres más ejemplares, guiándolos hasta donde han podido. Pero ahora se miraban a los ojos y no tenían a los pequeños en pañales y peleando en toda la casa, tenían a sus hijos, adolescentes que dentro de pocos años, se irían a enfrentar la vida fuera del nido familiar.

Emily y Astro están sirviendo la comida, luego de terminar. Emily no aparta su mirada del amor de su vida, y este con sus rasgos más marcados por la edad y más llamativo le sonríe y sostiene su mano. Los chicos lo hacen también y todos bajan la cabeza, menos Aitor que no para de mirar a su hermana que cada vez que puede oculta su móvil. Con su pie patea a Ángel que está a su lado, los mellizos Owen y Osman al lado de su padre, los Trillizos al lado de su madre.

— Antes de empezar a comer, quiero dar las gracias por este momento que compartimos juntos. Estoy muy agradecida que volvieran a casa luego del campamento, trataré de omitir las veces que su padre tuvo que ir hasta allá. También quiero agradecer especialmente a…

—¡Madre, siempre te pones sentimental antes de comer! Solo fueron pequeñeces, y protegiamos a nuestra dulce malcriada — ríe y Abigail, rueda los ojos recordando las vergüenza que le hicieron pasar todo ese mes.

—Ya sabemos que nos quieres mucho. ¡Vamos a comer! — chillo Angel y se da un bocado de comida ganandose una palmada fuerte en su brazo por parte de su padre. Palidece y pide devolver la comida, provocando las risas de todos.

— Iuugh — arquea Owen —, eres tan puerco que no pareces mi hermano, Angelito de los infiernos.

— Lastima, si lo somos, tenemos los mismos padres — responde con molestia Angel y sus padres sienten el peso de lo que han ocultado por años.

— ¡Déjenme terminar, por favor! — pide Emily con frustración. Astro por su parte, se mantiene en silencio viendo a su hija sonreirle al teléfono —, ¡amor, diles algo!

— Chicos, dejen que su madre termine. Es importante para ella — dice.

— ¡Pero que sea rápido, padre! ¡El olor de la comida me está matando! — dice Alessio uno de los trillizos.

— Prometemos no interrumpir más — añade Angel y Emily lo mira con amor, su bebe es todo un hombre.

— Bueno, está bien, está bien. Solo quería decir que los amo mucho y estoy muy orgullosa de ustedes y feliz, que están aquí, mis tesoros — le lanza besitos a todos y estos lo toman en el aire, una costumbre que tienen de niños, algo infantil pero para ellos no lo es, su madre lo es todo.

Aitor no deja de ver a su hermana y mientras comienzan a comer, se pone de pie, su altura es asombrosa y coloca sus manos dentro de sus bolsillos y llega detrás de ella, viendo los corazoncitos en la pantalla.

— ¿Qué estás haciendo con tu celular en la mesa? — le pregunta con su voz ronca.

— Nada, solo hablando con un amigo, metido — responde y en un movimiento rápido Aitor le quita el celular y se lo lanza a su gemelo.

— ¿Un amigo? A ver, dame eso.

— ¡No! ¡Mi celular! — grita, pero es tarde, Ángel lo hunde en el jugo de manzana.

— Eso te pasa por usar el celular en la mesa. Ahora, todos a disfrutar de la comida — sisea Aitor y aparta su cabello rubio de la cara para sentarse de nuevo.

— Papi, mami — solloza y saca su teléfono del jugo —, papi… mira lo que han hecho esas bestias que son tus hijos.

— Fue lo mejor, ahora a comer y usted señorita ya no tiene más aparatos, es para estudiar y para que nos mantengas informado de donde estés, no para enamoramientos.

— Es un amigo, papi. No es justo, todos aquí tienen novias, hasta esos enanos — señala a los trillizos y estos se ofenden.

— Ya por favor, podemos comer en paz. Aitor, también hablaré contigo, ya basta dejen a su hermana — Emily suelta un suspiro y luego mira un momento al techo para ver de nuevo a su familia —, un poco de respeto no hace daño entre todos, están muy grandes, por favor.

— Lo sentimos — dice su hija y todos los chicos casi al mismo tiempo.




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