Deo
Recuerdos…
Tiempo atrás...
¿Tengo que regarle algo a ella? ¿Se notará que yo siento algo por ella? No sé qué debo hacer ante esta situación, es la primera vez que me sucede esto. La observo en el bar del club atendiendo a los clientes, es una mujer muy hermosa.
— Deja de babear por la chica y habla con ella — habla acercándose mi hermano mayor para sentarse a mi lado mientras hace una seña para que una mesera venga.
— No te metas — gruño, rueda los ojos luego me observan con una sonrisa, palmea mi hombro.
— Que malhumor tienes, es día de San Valentín, Deo. Se feliz — me recuerda.
— Lo sé. No tienes que recordármelo — hablo entre dientes.
— Entonces habla con ella, se que puedes hacerlo — me insiste y me anima a hacerlo. Observo a Ruby quien sonríe mientras atiende a los clientes, niego varias veces.
— Será en otro momento — contesto mientras agarro la botella de cerveza y bebo lo que queda de ella.
— No puedo creer que seas un Pregonas — murmura con un tono de burla Eros y ruedo los ojos.
— Cada Pregonas es diferente y lo sabes — comento y asiente con la cabeza mientras que encoge sus hombros.
— Como digas, iré junto a mi esposa e hijos — dice, hago una seña para que se retire, me mira haciéndose del ofendido por la situación, se para y se aleja de mí.
Sigo concentrado en lo que ella está haciendo, desde que llegó Ruby a la casa quise invitarla a salir, pero todavía no me atrevo a hablarle. Tengo miedo de que me rechace o no sienta lo mismo por mí.
Ruby
¿Cuándo me invitará a cenar, cuando me dará flores o me hablará? ¿Debería tomar la iniciativa o estaré muy desesperada? Muchas quiero hacer, pero mis dudas se ponen a flote.
Deo me hace una seña y enseguida me encamino hasta el con la esperanza de que me invite a cenar.
— Buenas noches ¿Desea algo? — pregunto con una sonrisa y asiente con la cabeza sin levantar la cabeza.
— Otra botella de cerveza — pide y asiento, anoto el pedido y me retiro del lugar, segundos después regreso de nuevo a la mesa, entrego su pedido.
— Gracias — me agradece con una bella sonrisa. Trato de alejarme de la mesa sin decir ninguna palabra, pero siento que alguien sujeta mi muñeca, me voy la vuelta para saber quién es la persona.
— ¿Tienes planes para más tarde? — pregunta con interés-
— No ¿por qué? — me apresuro a decir. Espero que el me invite a cenar.
— ¿Quieres ir a ver una película conmigo en mi casa? — pregunta y me quedo asombrada.
— Si, me puedo ir a ver una película — accedo con una sonrisa falsa.
Por lo menos me invitó a ver una película, es un gran avance.
Horas más tarde...
Mi horario de trabajo ha terminado. Deo me está esperando en la entrada del bar cuando me ve frente a él me muestra su perfecta sonrisa.
— ¿Nos vamos? — pregunta con un tono nervioso, me quedo pensativa por unos segundos y asiento con la cabeza.
— Vamos — afirmo, el me da paso primero para irnos hasta su motocicleta, montamos y el arranca para nuestro destino.
Minutos más tarde...
Llegamos al departamento de Deo, entramos y me siento en el sofá de la sala de estar. Escucho que Deo hace algunas cosas en la cocina, unos segundos después el aparece, pero hace una mueca ene el rostro luego me observa mientras deja en la mesa de la sala la comida.
— ¿Qué pasa? — pregunto con interés.
— No estas eligiendo la película — habla. Me mira con el ceño fruncido.
— Quise esperarte — me excuso.
— Estas en tu casa, Ruby. No tienes por qué esperar o pedir permiso en las cosas — habla con suavidad, aun así, quise esperarlo.
— Elige la película, iré a preparar las palomitas — dice y asiento.
Hoy es el día de los enamorados que esperaba tener con Deo, pero vale la pena ser su mejor amiga.
Actualidad…
El me besó. Nos dimos nuestro primer beso en un motel donde su papá y su cuñado están con nosotros, para nuestra suerte, los dos hombres llegaron después de lo sucedido.
El señor Pregonas nos trajo unas hamburguesas con papas fritas. El silencio es tolerable en la habitación, las miradas entre Deo y yo son constantes, noto que el señor Killan se da cuenta de la situación y ruego en mi mente que no diga ninguna palabra.
— ¿Que tienen ustedes dos? — pregunta de la nada, miro a Deo que sonríe.
— Nosotros nos besamos — dice tranquilo, le fulmino con la mirada y trato de darle con mi codo, pero no puedo.
— Deo — me quejo.
— Es cierto ¿para qué ocultarlo? — pregunta.
— No tienes que ser tan directo — me quejo de nuevo.
— De todas formas, se enterarían — habla con la boca llena y abro mi boca tratando de asimilar lo que había dicho. El señor Killian se había dado cuenta que metió la pata su hijo, el silencio se hace presente pero no es uno agradable para mi gusto
— Vamos a descansar, tenemos que viajar mañana hasta el club Piratas Kings, ellos nos ayudaran luego iremos hasta Wolf Kings. Tu hermano no pudo haber ido muy lejos — dice el señor Killian cambiando de tema con rapidez.
— ¿Por qué dices que no pudo haber ido muy lejos? — pregunta Deo. Todos se quedan en silencio, no hablan o dicen alguna palabra.
¿qué ha pasado?
Horas más tarde...
Estamos en la habitación, estoy incomoda porque había pensado que dormiría sola pero no es así, tengo que compartir la habitación con Deo.
— Dormiré en el piso ¿De acuerdo? No tienes por qué preocuparte — habla, sacándome de mis pensamientos.
— Deo, no hace falta que duermas en el suelo. Tenemos suficiente espacio en la cama ¿no? — trato de hacerme la idea de dormir con el hombre que me vuelve loca todos estos años. Me observa por un rato, se encamina hasta la cama, se quita su remera y miro hacia otro lado por las mejillas sonrojadas.