Extraño Milagro De Navidad

24

SKY

No tenía planeado salir unos días antes de navidad a la carretera para manejar por cuatro, o más, horas en dirección a un campamento pero aquí estoy.

Esta es la cuestión: Petal no está bien y sé que ella estaba alejándose de todo con la intención de irse y esa idea no me gustó en absoluto. ¿Planeaba irse sin decirme nada?

Ella no me ha abierto su corazón aun y seré paciente porque quiero que confíe en mí pero también quiero saber más para poder apoyarla de una mejor manera.

—Perdón por… esto —susurra.

Sonrío, ajustándome las gafas de sol. —Nada de perdón, amo las aventuras —y empaca mis cosas tan rápido como sea posible—. Nos divertiremos mucho, espero ver un oso.

Ella resopla. — ¿Osos? ¿Realmente hay osos?

—Sí, o al menos recuerdo haber visto un panfleto con indicaciones sobre no guardar comida en tu auto y esas cosas, nunca vi uno pero sería divertido sí pasa ahora.

—No sé si “divertido” es el adjetivo correcto, Sky —responde.

Le doy una mirada. —Antes deberíamos pasar por comida, seguramente habrá tráfico y si necesitas ir al baño, es tu momento.

—Está bien —contesta—. Gracias.

Levanto un dedo. —Es momento de la música, toma tu teléfono y déjame escuchar tus canciones —le pido. Yo he reproducido mi música todo este tiempo, quiero saber qué le gusta a ella.

Lo hace y una canción muy al estilo del principio de los 2000 se reproduce. No reconozco el nombre pero me gusta. Mientras escuchaba la canción Petal se mueve en su asiento para acomodarse. —Sky, de verdad lo siento —afirma—. Es una mala idea, mejor regresa ¿sí? Yo… iré a un hotel.

No hay muchos hoteles disponibles en esta época del año y no voy a dejar que elija uno barato y peligroso. De todas formas, mientras lleve mi teléfono y mi tableta puedo seguir trabajando y mis vacaciones empiezan hoy. Lo acabo de decidir, debería enviar un par de correos.

—Nada de eso, vamos a ver a los osos —le sonrío—. Y por cierto, creo que podríamos ver nieve. Espero que sí.

Cambia de canción, ahora es una acústica cantada por una chica. —Tal vez no habrá, ¿Qué tanto puede cambiar el clima por unas horas de distancia?

—Mucho —afirmo.

Nuestra primera parada fue una hora después. Entramos a una plaza, por suerte encontramos estacionamiento después de dar dos vueltas. Todos los espacios estaban ocupados. Mientras Petal bajó a comprar bocadillos y bebidas, yo envié los correos a mis clientes avisando que me tomaría unos días durante esta semana para descansar.

Petal toca la ventana para que le abra, deja dos bolsas plásticas con comida en el asiento y se inclina. — ¿Vas al baño?

Niego. —Yo aguanto.

Rueda los ojos y entra. —Después no podrás parar.

Tomo las bolsas para ayudarla mientas se sienta, ella se las coloca sobre el regazo. —No sabía cuales te gustaban así que traje de varias.

Miro su rostro mientras ella revisa la comida. —Me gusta… cualquiera.

Se encoje de hombros. —Entonces ya podemos seguir, ¿Cuánto falta?

Suelto una carcajada. —No te desesperes, nos falta… mucho. El tráfico no está ayudando.

Hace una mueca. —Bien, pero ahora pon tu música.

—No —enciendo el motor—. Me gusta tu música, pon lo que quieras.

Estar en esta ciudad me hace olvidar que estamos en época navideña y lo único que me lo recuerda son los adornos navideños. El calor es más de lo que estoy acostumbrado, tenemos las ventanas totalmente bajadas. El sol está intenso y gracias a mis gafas puedo manejar sin molestia.

Petal reproduce una canción cantada por alguien en español y en inglés. — ¿Te gustaría aprender otro idioma? —le pregunto.

Salimos del estacionamiento. —Sí… bueno, antes quería aprender alemán o francés, pero no soy buena pronunciando.

—Creo que es cuestión de práctica, ¿no? —respondo.

— ¿Qué hay de ti?

Dejo que una señora con dos niños pasen, ellos sonríen mientras cruzan rápido y me agradecen con un gesto. —Pues, tal vez me gustaría aprender japonés.

— ¿Te gustaría ir a Japón? —me pregunta.

Asiento sin pensarlo mucho. —Claro, me gustaría pasear por todo el mundo —le doy una mirada—. Vamos a Japón, ¿sí? Deberíamos hacer eso, viajar por el mundo.

Petal saca algo de la bolsa. —Tú y tus ideas.

Le subo un poco de volumen a la música. —Pero sería interesante, grabar videos y mostrarle al mundo los lugares que visitaremos.

Comienza a comer unas papas fritas. —No soy la mejor compañera de viaje.

Le doy una palmada al volante. —Pues yo creo que sí, además podemos empezar ahora —señalo al frente—. Empieza a grabar, vamos a mostrarle al mundo nuestra aventura.

—No gracias —responde.

Otra canción se reproduce ahora y la reconozco, esta es Sometimes de Britney Spears. Bueno, la original es de Britney Spears porque esta es un cover de otra chica.

— ¿Te gusta esta? —pregunto algo obvio, es su música.

—Si —afirma—. Mucho.

—A mi también —contesto antes de cantarla.

Tal vez al comienzo no me había dado cuenta pero mientras repetía la letra, entendí que tal vez esta canción es más personal para Petal de lo que parece.

“Algunas veces corro, a veces me escondo, a veces tengo miedo de ti, pero todo lo que quiero es sostenerte cerca, y tratarte bien, estar contigo en las noches y en los días, cariño todo lo que necesito es tiempo”

Si Petal se siente así, ¿podría sentir algo por mí?

La miro cuando me detengo en el tráfico, ella está cantando la canción en voz baja. No tengo que escucharla para saber que está sintiendo la música.

Algo que he aprendido con mi propia vida es que no todo lo malo es malo, y lo que sí lo es, Dios va a utilizarlo para un bien mayor. Me refiero a que, si yo no hubiera vivido muchas cosas malas estoy seguro que no estaría en este auto con Petal. No la hubiera conocido.



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En el texto hay: navidad, milagros, navidad y romance

Editado: 22.12.2022

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