—Despierta —Petal me mueve, yo aún tengo los ojos cerrados.
—No —la acerco a mí y me acomodo con ella entre mis brazos.
Un momento.
Petal.
Entre mis brazos.
La noche anterior.
Abro los ojos de golpe y la volteo a ver. Sus ojos están hinchados pero secos, eso significa que ya no ha estado llorando. Su cabello le cae sobre la cara y yo lo acomodo hacia atrás. — ¿Cómo estás?
Se separa de mí y peina su cabello. —Bien —me mira a los ojos y sonríe—. Estoy bien.
Me siento en la cama y también ordeno mi cabello. —Dormí como un bebé gracias a ti.
Rueda los ojos y niega. —Al menos no roncas.
La miro y pienso que es hermosa. Pienso que me gustaría verla despertar todos los días y pienso en algo más, que ya no quiero perder el tiempo. —Petal —tomo su mano—. Anoche te dije que me gustas mucho pero no es cierto, no solo me gustas Petal White, creo que me he enamorado de ti.
Mira primero nuestras manos y luego a mí, siento mi estómago revolverse. No quiero presionarla a nada pero necesito que sepa lo importante que es para mí, lo mucho que significa y que sí, estoy enamorado de ella.
—Si no acabáramos de despertar podría ser un buen momento para algo más, ¿no? —afirma con una sonrisa.
Entorno mis ojos. — ¿Algo más?
Presiona sus labios juntos y se acerca para besar mi mejilla rápidamente, se separa y levanta los hombros. —No sé porque estás enamorado de mi pero creo que yo también, Sky. De nuevo, ganaste.
Mi corazón se acelera y salgo rápidamente de la cama. —Espera un momento —voy al baño y, entre las muestras que nos dan, tomo el pequeño enjuague bucal rápidamente.
Petal se acerca a la puerta abierta cuando termino de enjuagarme. — ¿Qué haces? —pregunto riendo.
Levanto el enjuague. —Aliento fresco.
Me acerco a ella y sonrío, coloca una mano frente a nosotros. —Falto yo.
Ruedo los ojos pero se acerca a tomar el enjuague, me empuja para que salga pero no lo hago, me quedo a su lado cuando termina y se seca la boca con la toalla pequeña cerca del espejo.
—Bien —me mira a través del espejo—. Aliento fresco.
Tomo su mano y la saco del baño porque, aunque me muero por besarla, no voy a hacerlo por primera vez en un baño. Doy un paso hacia ella y sonrío, esperando que si se siente incómoda me detenga.
Pero Petal coloca su mano derecha sobre mi hombro y yo tomo su rostro entre mis manos. — ¿Puedo?
Petal rueda los ojos con una sonrisa en su boca, se acerca a mí y sucede.
Besar a Petal fue como el final de una película. De esas que te hacen llorar y te muerdes las uñas porque no sabes cómo terminaran, no sabes si es el final esperado o un trágico. Besarla se sintió como si cada respuesta que he buscado se encontrara en este momento.
Petal me hace sentir como luces de navidad por las calles, estrellas fugaces en el cielo y pétalos de rosas sobre el camino. Ella, es ella.
Y cuando nos separamos, quiero volver a sentirla. Quiero volver a besar sus labios una y otra vez, pero también quiero jugar tontos juegos de mesa con ella, cantar canciones juntos, tomar decisiones impulsivas y hablar hasta la medianoche.
Entonces lo entiendo, esto es lo que sientes cuando encuentras a quien has esperado toda tu vida.
La abrazo con fuerza, prometiéndome internamente jamás dejarla ir. —Esto es perfecto.
Ella suelta una risa. —Eres mi primer beso, que raro.
Me inclino para besarla de nuevo. —Y ahora seré el segundo —otro beso—. El tercero —otro más—. El cuarto y…
Baja su rostro. —Bien, bien, ya entendí.
Miro hacia la puerta. Allá afuera el mundo sigue igual, sus padres no pueden comprender a totalidad porque se siente así, las personas pueden seguir siendo injustas con ella y no todo va a resultar como quisiera pero desde ahora ella ya no tendrá que cargar con todo eso sola.
—Sky —toma mi mano y se separa—. ¿Cuándo quieres regresar? Ya será navidad y…
Me encojo de hombros. —Cuando tú quieras, de verdad.
— ¿Nos quedamos un poco más? —pregunta sonriendo.
—Claro —me quedaría el resto de mi vida aquí si me lo pidiera.