Con paciencia esperé que el Señor me ayudara,
Y él se fijó en mí y oyó mi clamor.
Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango.
Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó.
Me dio un canto nuevo para entonar, un himno nuevo de alabanza a nuestro Dios.
Dedicado a mí, a ti y a todos quienes han llorado en navidad, quienes se han sentido solas y rotas, perdidas y sin rumbo en la vida. Ya sea que seas como Sky o como Petal, sigue un paso más. Tú vales la pena y tu historia aún no ha terminado.
¡Feliz navidad!