9/1/2019
Luego de no haber podido dormir toda la noche, pensando en como había arruinado la noche de terror con su broma infantil. Tom se despierta y se prepara para ir a la universidad.
—Soy un idiota, como se me pudo haber ocurrido algo tan estúpido— dijo para luego dejar escapar un suspiro. «¿Estará muy enojada conmigo?», pensó mientras salía de su casa.
Al caminar no podía dejar de pensar en Laura y Anna, así que decidió enviarles un mensaje.
Tom: Perdón por lo de ayer, ¿podemos hablar hoy en la universidad?
Durante todo el trayecto estuvo revisando constantemente el chat, expectante de la respuesta de las chicas, respuesta que llegaría luego de las dos primeras clases.
Laura: Claro, estamos en el jardín.
Tom: Estoy llegando.
Tom se apresuró para ir hacia el jardín, corriendo por los pasillos y esquivando personas hasta que choco con una profesora.
—¿Estás bien?— pregunto alguien. Tom alza la mirada y reconoce a la profesora Mónica Lapida.
—Sí, lo siento— respondió mientras se levantaba para ir al jardín.
—¿A dónde vas con tanta prisa?, es muy peligroso correr por los pasillos— dijo ella.
—Voy al jardín— respondió apenado.
—Debería castigarte por correr por los pasillos, pero lo dejaré pasar, ten más cuidado— agrego ella.
—Sí, señora— respondió mientras empezó a caminar hacia el jardín.
Luego de perder de vista a la profesora, Tom corrió para llegar más rápido al jardín, al llegar se dio cuenta de que no había nadie.
Tom: ¿En qué jardín están?
Laura contestó luego de unos minutos.
Laura: En el jardín de la planta B, ¿por qué tardas tanto?
Para desgracia de Tom, él estaba en la planta A y faltaban 5 minutos para su próxima clase, pero a pesar de eso él comenzó a correr hacia el Edificio B, hasta que le llegó un mensaje.
Anna: Ya no vengas, nuestra clase comienza en 2 minutos.
Tom: Ah, está bien, ¿hablamos luego?
No hubo ninguna respuesta hasta dentro de 5 minutos.
Laura: Claro :)
Tom estaba enojado y se culpaba de haber arruinado la noche, y de no poder disculparse.
La voz del profesor se sentía como una onda que atravesaba su cuerpo, esto combinado con el sudor y la ira que sentía hizo que Tom abandonara la clase y caminara hacia el jardín, esperando a Laura y Anna para disculparse. Luego de unas horas, alguien llegó.
—¿Qué haces ahí?— preguntó alguien, Tom al levantar la mirada se dio cuenta de que era la profesora.
—Estaba esperando a alguien— respondió.
—¿Por qué no estás en clases?— preguntó ella.
—Ah, no me sentía bien— agregó él.
—¿Está enojada conmigo?— preguntó él.
—No, ¿por qué la pregunta?— respondió ella mientras se sentaba al lado de Tom.
—Pensé que estaría enojada por qué me fui de las clases sin decir nada— agregó.
—ja, ja, ja ya no hablemos de eso, ¿cómo estás?— pregunto ella mientras lo miraba fijamente.
—Me encuentro mejor— respondió él.
—Me alegro mucho, ¿piensas volver a clases?— respondió ella mientras se levantaba.
—Aún no me siento listo para volver— respondió él.
—¿Quieres ir a caminar?— pregunto ella mientras extendía su mano.
—Claro, ¿hacia dónde vamos?— respondió mientras tomaba su mano.
—Vamos a un lugar especial, quizás te haga bien ir a un lugar con menos personas— dijo ella.
Tom, sin decir nada, simplemente siguió a la profesora Mónica Lapida, que lo guío hacia la azotea del Edificio A.
Luego de estar algunos minutos en silencio, ella se fue dejando solo a Tom con sus pensamientos.
«No sabía que la universidad podía tener unas vistas tan hermosas», pensó él.
—Mierda, lo olvidé, había quedado con Laura y Anna— dijo mientras sacaba el celular.
Luego de sacar el celular se encontró con un mensaje de Anna.
Anna: Te estuvimos esperando y no llegaste…
Laura se fue primero, dijo que no te iba a esperar más, estaba realmente enojada.
Deberías escribirle.
Tom: Perdón, estuve ocupado con la profesora Mónica.
Laura no me responde, ¿puedes decirme dónde está?
No hubo ninguna respuesta de parte de Anna, hasta luego de algunas horas.
Anna: No puedo decirte dónde está.
Adiós.
Tom buscó a Anna en todas las aulas para preguntarle sobre la ubicación de Laura, pero no tuvo suerte en su búsqueda…
Luego de buscar a Anna, Tom se siente cansado y toma asiento en una cafetería cuando de repente recibe un mensaje de Laura.
Laura: ¿Estás ahí?
Tom: Sí, perdón por no llegar.
Laura: Eso ya no importa, ¿dónde estás?
Tom: Estoy en una cafetería.
Laura: ¿Puedes venir?
Tom: Supongo que sí, ¿dónde estás?
Laura: Ya te envío mi ubicación.
Luego de unos minutos, el mensaje que contenía la ubicación de Laura fue enviado, así que Tom se dirigió hacia ese lugar.
Se trataba de una pradera con unas vistas hermosas, de lejos se podía ver una gran casa, con un jardín de ensueño, y en medio de ese hermoso paisaje estaba ella sentada mirando un lago que no encajaba con el hermoso paisaje.
Pero ella seguía ahí, mirando fijamente el lago, ¿por qué mirar ese horrible lago?, ese fue el momento en dónde menos entendí a Laura.