Extraños.

Reflejo

La luna apenas se asomaba entre las nubes densas cuando Tom salió de casa. Llevaba una linterna, su chaqueta gruesa, y un nudo permanente en el estómago. No le dijo a nadie que se iba, pero sabía que su madre y Tatiana estaban despiertas. Las luces de la cocina seguían encendidas.

El camino hacia el lago estaba envuelto en una bruma ligera, como si el bosque exhalara sus propios pensamientos. Cada rama crujía bajo sus pasos, cada sombra parecía moverse con un ritmo invisible.

Al llegar, encontró el lago completamente quieto, como si lo esperara. La superficie era tan lisa que el reflejo del cielo parecía un segundo firmamento, más oscuro y profundo. Y ahí estaba Laura, sentada sobre una roca, mirando el agua.

—No pensé que vendrías —dijo sin mirarlo.

—No pensé que tendría razones para hacerlo —respondió Tom—. Pero aquí estoy.

Laura se volvió hacia él. Su rostro estaba iluminado por la tenue luz lunar, y en sus ojos había cansancio, pero también alivio.

—Hay cosas que necesito que veas —dijo—. Pero prométeme algo, Tom. Pase lo que pase, no mires tu reflejo por mucho tiempo. No te detengas si oyes algo detrás de ti. Y sobre todo… no hables si no soy yo quien te habla.

Tom tragó saliva.

—¿Qué voy a ver?

—Lo que el lago recuerda. Y lo que no quiere olvidar.

Se acercaron a la orilla. Laura se arrodilló y tocó el agua con la punta de los dedos. Una serie de ondas se expandió suavemente, y entonces, algo comenzó a formarse. No una imagen nítida, sino un eco… sombras, siluetas en movimiento bajo la superficie.

Tom vio una figura infantil. Luego otra. Vio una casa… su casa. Y a un hombre de espaldas, caminando hacia el lago. Sintió un escalofrío recorrerle la espina.

—¿Es él? —preguntó Tom, la voz quebrada—. ¿Es mi padre?

Laura no respondió. Pero su expresión bastó.

La imagen se desvaneció.

—Esto es solo el borde —susurró Laura—. Solo el principio. El lago no solo guarda lo que traga… guarda lo que duele.

Tom cayó de rodillas. El aire se volvió más pesado. La sensación de estar siendo observado era imposible de ignorar.

Y entonces, oyó algo. Un susurro. Su nombre. Pronunciado como un eco dentro de su propio pecho.

—Tom…

Se giró de golpe.

Laura lo tomó del brazo.

—¡Te dije que no giraras! —susurró con fuerza.

Pero era tarde. A sus espaldas, la oscuridad parecía haberse desplazado. El reflejo del agua ya no mostraba la superficie. Mostraba algo más. Algo más profundo.

Y ese algo… ahora sabía que él lo había visto.

Tom se tambaleó hacia atrás. Sintió una presión helada en la nuca, como si un aliento invisible le susurrara desde el más allá. El bosque crujió. Las ramas se agitaron aunque no había viento. Laura lo sostenía con fuerza por el brazo.

—Tienes que irte —dijo ella con voz firme, temblando—. Ya no estás viendo solo el pasado. Estás llamando la atención del presente.

—¿Qué fue eso? —murmuró Tom.

—Una parte del lago que no duerme. Una parte que escucha… y contesta.

Tom se levantó con dificultad. Laura lo acompañó hasta el borde del claro, sin dejar de mirar hacia el agua.

—Vuelve con tu hermana. Dile que no venga. Que no intente entenderlo. Aún no.

Tom la miró, intentando buscar en su rostro algo humano, algo familiar. Y lo encontró. Miedo. No por ella. Por él.

—¿Y tú?

—Yo nací aquí, Tom. El lago me conoce. A ti todavía te está descubriendo. Aún puedes irte.

Tom dudó, pero dio un paso hacia el bosque. El aire se sentía más pesado. Algo en el lago vibraba, como si el agua tuviera una respiración propia.

—Prométeme que volverás a casa —dijo Laura, sin apartar la vista del agua.

—Lo haré —respondió él, con voz ronca—. Y vendré por ti, Laura. No voy a dejarte sola en esto.

Laura no respondió. Solo asintió una vez, sin moverse.

Tom se internó en el bosque. El camino de regreso parecía más largo, más oscuro. Como si el lago quisiera retener su presencia un poco más. Pero él no se detuvo.

Y mientras caminaba, el reflejo del agua —aunque ya no podía verlo— seguía grabado en su mente. Y en él… su padre lo miraba desde el otro lado.

Mientras avanzaba por el bosque, algo extraño comenzó a suceder. El aire a su alrededor parecía temblar levemente, como si el ambiente mismo estuviera cargado de electricidad. Por un momento, sintió que no caminaba solo. Que algo, o alguien, caminaba con él, justo detrás, respirando al compás de sus pasos.

Tom se detuvo. Cerró los ojos. El silencio era absoluto… hasta que lo oyó. Un leve murmullo en su mente, apenas un susurro, una voz imposible de ubicar. No era de Laura, ni del lago. Era suya… y no suya al mismo tiempo. Era como si una parte oculta de sí mismo, una memoria enterrada, hubiera comenzado a despertar.

Abrió los ojos de golpe. Su vista se desenfocó por un segundo, y cuando volvió a fijarse, el bosque parecía… distinto. Más vivo. Más consciente. Las ramas se mecían como si supieran que él estaba allí. Y en el fondo, una sensación familiar crecía: el lago lo conocía. Lo reconocía. Y él también comenzaba a reconocerlo.

Por primera vez, Tom no solo sentía curiosidad por el misterio. Sentía pertenencia. Como si su historia no fuera solo de preguntas, sino también de raíces. Y el lago… era parte de ellas.

Cuando finalmente emergió del bosque, la casa apareció entre la neblina como un faro. Las luces seguían encendidas. La silueta de su madre se movía en la cocina, y Tatiana estaba en el porche, envuelta en la misma manta, como si nunca se hubiera levantado.

Tom subió los escalones de madera con pasos pesados. Tatiana se puso de pie al verlo y, sin decir una palabra, lo abrazó. No fue como antes. Esta vez, lo hizo con fuerza, como si con ese gesto pudiera evitar que volviera a irse.

Su madre se asomó a la puerta, aliviada pero tensa. Observó a su hijo con atención, como si intentara leer en su rostro las respuestas que temía escuchar.



#2027 en Fantasía
#876 en Thriller
#339 en Suspenso

En el texto hay: drama, sliceoflife, intriga y suspenso

Editado: 23.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.