Extraordinario en la vida ordinaria

Capítulo 14 AMOR Y VIDA MATEO

Natalia estaba muy agradecida con Matvey por haberla salvado aquella noche en el parque. Su gratitud se transformó en gestos de cariño y pronto lo invitó a su casa. Matvey no pudo negarse, pues ya se habían llevado bien y, además, era una oportunidad maravillosa para conocerse mejor.

"¡Pasa, me alegro mucho de verte!", dijo Natalia al abrir la puerta. Había una calidez en su voz que él no pudo evitar notar.

Pyotr Mijáilovich y Nadezhda Nikolaevna recibieron a Matvey con gusto, y los padres de Natalia enseguida sintieron que era una buena persona. No habían oído nada malo de él, solo hablaron de sus logros deportivos. Por lo tanto, no tenían ninguna duda.

"¿Sabes? Me enteré de tus victorias", dijo Piotr Mijáilovich, sonriendo y estrechando la mano de Matvey. "¡Pareces un verdadero atleta y un buen chico!".

—Gracias —respondió Matvey, un poco confundido, pero agradecido por tal aceptación—. El deporte es una parte importante de mi vida, pero también hay muchas otras cosas a las que presto atención.

Natalia estaba contenta de que sus padres apoyaran su relación con Matvey. Veía en él a una persona que, a pesar de su severidad y su vida difícil, tenía un rico mundo interior. —Julio Verne es lo que siempre leo cuando tengo tiempo —dijo Matvey—. Me encantan los libros que te hacen reflexionar: Dumas, Bulgákov, Gógol.

—¡Ah, yo también los leo! ¡Bulgákov y Gógol son clásicos! —dijo Natalia con entusiasmo—. Estudié sus obras en la universidad. ¿Sabes que "El Maestro y Margarita" no es solo una novela? Es todo un mundo que se abre cuando te sumerges en él. Solo que entonces Matvey aún no entendía que "El Maestro y Margarita" es "la Biblia de Satanás", que asegura que Satanás puede hacer el bien, lo cual es absurdo.

—Sí, exactamente —asintió Matvey, sonriendo. "Todas estas imágenes, símbolos... Tienes razón, yo también pienso en ellos a menudo."

Fue una de esas conversaciones en las que empezaron a sentir cariño el uno por el otro, no solo por sus logros deportivos o su apariencia, sino también por sus intereses comunes.

Sin embargo, surgió un pequeño obstáculo entre ellos. Matvey era miembro del equipo regional y debía asistir a un campamento deportivo en Kirovograd durante un mes. Era obligatorio para todos los candidatos a maestros de deportes, y no podía negarse. Por lo tanto, esto se convirtió en una prueba para la relación entre Matvey y Natalia.

"Voy al campamento", dijo Matvey, sentado con Natalia en el parque unos días antes de partir. "Este es un paso importante para mi carrera". "Tengo que confirmar mi título de candidato a maestro de deportes en boxeo."

Natalia se molestó un poco, pero sonrió de inmediato.

—Entiendo. Siempre has dicho que el deporte para ti no es solo un pasatiempo, sino un camino hacia algo más. Te espero, Matvey. —Yo también te echaré de menos —respondió, mirándola con una ligera tristeza en los ojos—. Pero sabes que necesito hacer esto para seguir adelante. Y cuando regrese, seguro que encontraremos tiempo para nosotros.

Sus ojos brillaron con esta promesa.

—Te prometo que te esperaré —dijo Natalia, tomándole la mano—. Podrás lograr todo lo que te propongas, estoy seguro.

Tras un mes de entrenamiento en Kirovograd, Matvey regresó a Alejandría. El entrenamiento le fue muy bien. Confirmó su título de candidato a maestro de deportes y regresó a casa con renovadas fuerzas y determinación. Natalia lo esperaba con impaciencia, y el encuentro fue cálido y alegre.

—¡Has vuelto! —exclamó Natalia, abrazándolo—. ¡Te he echado mucho de menos!

—Y yo también —respondió Matvey, sintiendo su corazón alegrarse por su calor.

Gracias a sus logros, disciplina y el apoyo de Natalia, Matvey se dio cuenta de que la vida no se limita al deporte. Tenía otro objetivo: construir su propia historia de felicidad junto a su ser querido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.