Kendall
6 años atrás
Hoy es mi cumpleaños número 11 estoy muy feliz de poder celebrar con todos mis amigos. Amo las fiestas que mis padres hacen en cada uno de mis cumpleaños. Tengo muchos amigos, todos quieren ser mis amigos porque saben que mi padre es el director de nuestra escuela, pero no me importa, aun así soy feliz con todos ello.
Estoy esperando mi pastel de cumpleaños cuando siento un horrible dolor de cabeza, no puedo abrir mis ojos, quiero llorar. Escucho como todos empiezan a murmurar cerca de mí pero no comprendo nada, solo quiero que se me quite este horrible dolor en mi cabeza. No me había dado cuenta que estaba tirado en el piso, hasta que sentí que unas manos fuertes me alzaban, seguro es papá, con él sé que todo estará bien, es mi héroe. En poco tiempo voy a estar bien.
Mamá está llorando, o eso creo. Todos quieren saber qué me pasa. Yo también.
A lo lejos se oye la sirena de una ambulancia, y en pocos segundos ya estoy en ella. Mis padres están a mi lado. Escucho que hablan con alguien. Siento que la ambulancia arranca a toda velocidad. Cada vez veo menos y el dolor de cabeza se intensifica. Lo último que pude oír fue a mamá decir que todo estaría bien. Y le creí.
¿Por qué le creí?
Intento despertar, pero me siento cansado. Mi cabeza aún duele y no puedo abrir mis ojos. Aunque puedo oír, no sé quién habla junto a mí, hay voces que no conozco. Quiero irme a casa.
Por fin escucho una voz conocida, es mamá, está hablando con otro hombre que no reconozco. Creo que está sollozando. Quiero decirle que estoy bien, pero no puedo. Me siento muy cansado.
-Doctor, no entiendo. Nunca ha experimentado ningún síntoma. ¿Cómo puede pasar esto?
¿Pasar? ¿Pasar qué? ¿Hablan de mí? No me ha pasado nada, estoy muy bien.
-la Retinosquisis Ligada al X se da mayormente en varones, señora. Y normalmente comienza desde el nacimiento y se caracteriza por la pérdida progresiva de la visión, muchas veces de manera lenta. Y al revisar la historia clínica de su hijo, nos dimos cuenta que aunque no fue una perdida elevada, sí estaba progresando poco a poco. Y esto comienza a notarse después de los 10 años.
¿Qué? ¿Qué es eso? No entiendo nada. Quiero gritar y salir corriendo, pero aun no siento mi cuerpo.
-Doctor, ¿esto tiene alguna cura?
Ese es papá, por favor sácame de aquí, quiero decirle. ¿por qué no puedo? ¡Ayudaa!
-la causa de la enfermedad es la división de la retina en dos capas, esto afecta la parte central de la retina, que es la responsable de la agudeza central y distinción de colore. En ocasiones la cirugía puede reparar la retina.
-entonces qué esperan. Hagan esa cirugía de inmediato. Dice papá en un tono de voz que no había escuchado nunca salir de él; Angustia.
-señor, le pido por favor mantenga la calma, en éste momento su hijo está en un estado delicado. Por eso decidimos aplicar anestesia para calmar el dolor de cabeza que provocó el desmayo.
-pe-pero, pueden despertarlo, pueden intervenirlo ya, mañana, pero háganlo.
Sí, hagan lo que tengan que hacer, quiero ir a casa con mis padres, y no tener más… ¿anastasia?
-Lo siento, pero no podemos hacer eso. En muchas ocasiones la cirugía no tiene éxito. Normalmente recomendamos realizarla después de los 218 o 19 años. Según estudiaos, la enfermedad podría reaparecer si realizamos la cirugía poco tiempo después de que se desarrolló en su totalidad.
-¿quiere decir que nuestro hijo será ciego hasta los 18 años?
¿CIEGO? No, no. Eso no puede ser. No quiero dejar de ver. Me gusta ver. Comienzo a sentir mi cuerpo poco a poco. Ya no me duele la cabeza. Pero me siento triste. Comienzo a moverme un poco para llamar la atención de mis padres o el feo doctor que me dijo que no vería nunca más.
-Podemos ofrecer un tratamiento- dice el horrible doctor. –Por ejemplo, tenemos el conocimiento de casos de persona que desarrollan sus demás sentidos, sobre todo hablamos se la capacidad de orientación que muchos adquieren de manera rápida. Así que si conoce un lugar, y pasa por este varias veces podrá movilizarse en él sin ningún tipo de ayuda, siempre y cuando no hayan alteraciones en dicho espacio. Obviamente no descartamos la eficiente ayuda de un perro guía y el bastón, los cuales pueden ser de mucha ayuda mientras se acostumbra a su condición.
-¡No quiero acostumbrarme a no ver! Sí quiero un perro, pero no sé qué es guía. Quiero jugar con él. Tampoco quiero un bastón, eso lo usan las personas ancianas. Y yo soy un niño. Creo que emití algún sonido porque mis padres comienzan a tocarme y hablar cerca de mí. Sé que lloran. No puedo verlos, pero sí sentirlo. Yo también quiero llorar. No puedo ver nada. Todo es oscuro.
-Les daré un momento a solas para que se puedan hablar, discutir tratamientos y comenzar a acoplarse todos. Con permiso.