Capítulo # 2
¿Cuánto tiempo es para siempre?
A veces, solo dura un segundo.
— Estaré trabajando toda la noche para entregar mi propuesta cuanto antes — comentó mi amiga mientras bebía un poco de agua.
— Solo me quedan algunos detalles que pulir para terminar las mías, ha sido fácil porque estoy demasiado emocionada con este proyecto.
— ¡Aún no creo que iré contigo! Espero que esto no te traiga problemas.
— ¿A qué te refieres?
— Sabes bien que el controlador de Matías formará una crisis sobre la extensión del plazo, casi que tienes que renunciar la primera vez; no me imagino ahora.
— No lo exageres Erika, él solo esta preocupado. Me cuida.
— Es enfermo Emily, quiere saber todo el tiempo donde estás o porque tienes viajar cuando te asignan algún reportaje.
— Lo pones como que es algo malo Erika; sabes bien que Matías me ha ayudado mucho y es algo bueno que tengo en mi vida después de tantas cosas.
— No justifiques sus acciones con esa basura Emily, eres más inteligente que eso.
— Y yo pensé que eras mi amiga — ataqué sin pensar.
— ¡Auch! — llevo una mano a su corazón — supongo que merezco eso por darte algo de honestidad. ¿Sabes qué? Tienes razón, he terminado con esto.
— Erika lo siento, no quise decir eso y lo sabes — sus ojos se cristalizaron y mi pecho se estrujó con dolor.
— Pero lo dijiste, y no hay vuelta atrás — sus labios temblaron un poco — cuando regresemos de Londres no cuentes conmigo. No me prestaré para esa farsa de compromiso ni de boda. No iré a ninguna prueba de vestidos y menos a probar unos dulces que ni si quiera te gustan ¡Joder!
— No me hagas esto Erika por favor, eres mi mejor amiga.
— Lo soy — limpió una lágrima — y porque te amo quiero lo mejor para ti y ese imbécil no lo es. Me cansé de prestarme a esta farsa solo por qué piensas que eso te hará feliz.
— ¿Es tu ultima palabra? — cuestioné.
— He terminado de ayudar a tu destrucción Emily, no más.
— Vete — susurré — juro que voy a demostrar que estas equivocada. Esa soberbia no te deja pensar bien. Hablaremos luego.
— No se si quiera hacerlo, recuerda lo que estas eligiendo — recogió sus cosas — mucha suerte con tu cena de esta noche. Si ese idiota no lo arruina como siempre.
Salió dando un portazo y me dejé caer en el asiento llorando en silencio. No iría tras ella, con ese nivel de molestia solo conseguiría enojarnos más y Erika era un pilar fundamental en mi vida. Estas discusiones me revolvían sentimientos y eso lo evitaba a toda costa.
Matías no era un mal hombre, me había tendido la mano en malos momentos y me brindó estabilidad y cuidados. Me dio un amor bonito y tranquilo ¿estaba mal no quererlo perder? Era un abogado respetable y juntos teníamos planes de futuro. Era como un príncipe con cabello rubio y ojos verdes, me acepto desde el primer momento y me quiso. Quería cuidar mi relación ¿Por qué ella no podía entender? Mejor que nadie me conocía y sabía el valor que le daba a eso.
Apoyé mis manos encima del escritorio y cerré la laptop, no tenía ganas ni cabeza para continuar escribiendo. Necesitaba irme y despejar mi mente antes de llegar al departamento y empezar a preparar la cena. No quería pensar y menos cuestionarme los pasos que había dado, no tenía ningún interés en romper la burbuja solida que había construido a mi alrededor.
Recogí mis cosas y guardé la carpeta con toda la información recopilada sobre los Sures´t en mi bolsa, aun me quedaba tiempo de adelantar algunas cosas en casa. Salí del edificio y decidí caminar un rato, pasé por una cafetería cercana a comprar un frapuccino que aliviara mi tarde. Un recorrido por el parque me hizo reflexionar, aunque tuviéramos opiniones distintas no quería perder nuestra amistad, encontraría forma de arreglarlo cuando los ánimos estuvieran calmados.
Me senté en un banco y saqué mi agenda, anoté algunas preguntas que se me ocurrieron en el camino y le di un repaso a la carpeta que llevaba encima. Sures´t , un total misterio esa familia británica. Un éxito rotundo en la industria de alimentos, su línea de chocolates era exquisita y premiada en múltiples categorías. Logrando ser una multinacional y con solo un declive económico durante un año sin razón aparente. ¿chocolate de lujo? ¿eso era oro comestible? Tenían una fundación para ayudar a niños sin hogar, no dejaban de intrigarme y fascinarme a la vez.
Recordé el día que César me entregó el proyecto, me sentí extasiada.
— Este reportaje es un salto enorme para nuestra editorial Emily, te he elegido para que nos representes. Estoy confiándote algo grande, pero se que podrás con ello.
— Agradezco que pensara en mí y que sepa que daré todo de mi para que sea un éxito, trabajaré duro por demostrar mi valía en esta empresa. Lo prometo.
— Empecé este negocio desde cero y es todo mi patrimonio, mi vida. He trabajado muy duro por llegar donde estoy, solo quiero que sepas aprovechar esta oportunidad.
— Lo entiendo, y quiero que sepa que admiro muchísimo su carrera profesional. No pienso fallarte César, se lo que está en juego aquí.
— Sé que amas este trabajo, noto la pasión con que haces cada escrito y eso es algo que valoro mucho. Por eso he de recompensarte, luego de regresar de Londres y saquemos el material al público; quiero ofrecerte la dirección del aérea de redacción.
— ¿Está hablando en serio? — mi cuerpo temblaba de la emoción, no podía creer aquello. Era un paso enorme en mi carrera.
— Por supuesto, digamos que esto es tu prueba final de que estas apta para manejar toda esa responsabilidad.
— Cuente conmigo, seré su próxima jefa de redacción porque sé que regresaré con todo lo que pide.
— ¿Quisiera saber si tienes total disponibilidad para este viaje?