Capitulo 1

Capitulo 1:

“El Día que Todo Comenzó-¿La Respuesta a una Suplica Desesperada?”

La noticia había volado. Rayos que sí. Más tardaba un Scarbato en lanzarse sobre un galeón que la noticia de la caída del señor oscuro recorriendo toda Europa. Mientras cada Patronus se movía, las chimeneas se encendían y apagaban y las celebraciones empezaban, una silueta oscura esperaba sentada sobre una roca al pie de la colina. Era un hombre alto, con el cabello negro un poco largo, arreglado pero con un toque rebelde. Tenía ambos codos apoyados en sus rodillas y su rostro oculto entre sus manos entrelazadas. Su postura era tensa, delataba el dolor y el miedo, apenas capaz de mirar hacia el cielo nocturno. Realmente era una noche preciosa. Luna llena, cielo despejado y vistiendo todas sus brillantes constelaciones. Aquel cielo nocturno le traía a la memoria muchas de las mejores bromas que él y su mejor amigo hicieron de jóvenes.

-...-De repente fijo su mirada un poco más arriba de su cabeza. El rumor del viento comenzó a ser desplazado por un ruido más fuerte, seco, casi rugiente. En solo unos minutos la gran motocicleta negra que había prestado antes aterrizo frente a él siendo montada por un gran sujeto-¿Llevas mucho aquí?-Inquirió el motociclista caminando por el sendero de grava.

-Solo unos minutos-Respondió secamente. Aunque se sintieron como años.

-¿Has subido?-Inquirió el semi gigante mirando hacia la colina. Pero solo recibió un gesto negativo con la cabeza-Si, estaba pensando lo mismo. No sé si podría subir solo.

-¿Donde está Dumbledore?-Inquirió Sirius Black mientras se levantaba y sacudía el pantalón.

-Fudge y los medios, está intentando explicar todo o que se yo-Respondió Rubeus Hagrid mientras ambos comenzaban a caminar cuesta arriba-Solo me pidió que viniera a recoger a Harry.

-¿Solo a Harry?-Inquirió el mago. ¿Acaso el viejo director ya daba por muertos a sus mejores amigos? Hagrid vio con dolor el rostro del hombre a su lado e, inconscientemente, ambos comenzaron a caminar más rápido. Él tampoco quería pensar que James y Lili estuvieran... muertos. Pero Dumbledore nunca hablaba a medias.

El resto del camino fue rápido, pero ambos se detuvieron en la pequeña verja de ladrillo. La cual era una de las pocas cosas que seguían en pie. Sirius no pudo evitar colocar su mano sobre la pequeña puerta de madera. Él y James habían pasado todo un sábado pintándola al estilo muggle, y Lili les había preparado limonada mientras Harry dormía. Y posiblemente podría haberse quedado allí toda la noche, mirando con sus ojos vidriosos aquella hermosa casa echa ruinas. La puerta de entrada, los muros de la sala de estar y del recibidor estaban derribados y humeantes, la misma casa parecía vibrar aun como una nube a punto de relampaguear.

Y en ese mismo instante, mientras Hagrid colocaba su enorme mano en el hombro de Sirius tratando de darle un poco de apoyo, una intensa luz dorada brillo desde el interior del segundo piso. En la habitación de-

-¡HARRY!-Un alarido desesperado. Desgarrador. Una mescla de grito y el aullido lastimero de un animal al cual habían arrancado una parte de él. Sin darse cuenta sus piernas echaron a correr a todo lo que daban, salto los escombros directo a la sala, por las escaleras prácticamente en tres zancadas estuvo arriba y en dos mas estaba sobre la puerta derribada de la habitación de su ahijado.

Un jadeo escapo de sus labios al ver la escena y fue directo a la cuna. Tomo a Harry en sus brazos, estaba llorando pero se calmo un poco cuando reconoció los brazos y los latidos de su padrino. Por su parte Sirius mantuvo su mirada fija en la pared frente a él. Necesitaba un momento para:

-Por Merlín...-Hagrid finalmente había llegado, estaba de pie en la puerta, ligeramente inclinado por su gran tamaño y desde allí podía ver perfectamente el cuerpo de Lili Potter tendido en el suelo, al pie de la cuna del bebe junto a Sirius quien lloraba inconsolable. Y al otro extremo, tendido en el piso y apoyado contra la pared estaba el cuerpo de Lord Voldemort. Seriamente quemado, dañado y visiblemente muerto-Sirius...

-¡Incendio! ¡Diffindo! ¡Reducto!-Sosteniendo a Harry contra su pecho con un brazo y con el otro, varita en mano, apuntaba directamente al cuerpo del mago oscuro mientras caminaba hacia la puerta al tiempo que arrojaba una maldición tras otra al cadáver-¡Expulso! ¡CONFRINGO!

Con una última maldición explosiva el Black salió de la habitación, seguido por un enmudecido guardabosques. De regreso afuera el mago limpio al bebe, le cambio la ropa con un movimiento de la varita y lo envolvió en una manta antes de entregárselo a Hagrid.

-¿Que vas a hacer?-Inquirió con un nudo en la garganta.