Esa mañana estaba siendo un poco extraña para Faith. En cada paso que daba y en cada rincón que miraba, Benedit aparecía como por arte de magia y la miraba con tanta fijeza que la incomodaba. No sabía a qué venía esa observación, pero no le gustaba ni un pelo.
La joven intentó no volver a encontrarlo y, sobre todo, no quedarse a solas con él, bajo ningún concepto.
Su turno estaba acabando y no quería ir sola hasta los vestuarios, en una sala alejada de las habitaciones de los pacientes, así que, aprovechó que una de sus compañeras también terminaba y la acompañó.
Su amiga vivía cerca de ella y ese día no había podido llevar su coche, por lo que le dijo que la acercaría y, así, no iría sola hasta el aparcamiento.
Puso rumbo hacia la calle de su amiga y, después, a su casa para recoger a su hermana. Pitó cuando frenó delante de la puerta y miró el mensaje que le había llegado. Frunció el ceño al no saber de quién era y lo abrió con miedo.
—<<Hola, soy Eun-Ji. Min Ki se ha quedado sin batería y me ha pedido que te mande la ubicación. Estamos haciendo pruebas de sonido en el estadio. Nos vemos allí>> —leyó calmando sus nervios, pero no los latidos de su corazón.
Tecleó la respuesta con dedos temblorosos y una gran sonrisa dibujada en sus labios.
Guardó el número en sus contactos y miró a su hermana cuando se sentó en el asiento del copiloto.
—¿Qué tal el día? —Le preguntó sin poder dejar de sonreír.
—Como siempre. He tenido que entregar dos trabajos y creo que los he aprobado. ¿A dónde vamos?
—Ya lo verás.
Faith arrancó el motor y puso rumbo hacia el estadio donde la estaban esperando los chicos.
***
Aparcó en el estacionamiento del estadio, se apeó observando el rostro confundido de su hermana y la guio hacia el interior cuando el vigilante les dejó pasar cuando comprobó que estaban en la lista.
—¿Por qué estamos aquí? El concierto es el sábado —quiso saber la joven sin entender nada.
Cruzaron los corredores y salieron al centro del estadio donde ya estaba montado el escenario.
Los ojos de Summer se abrieron de par en par y le siguió su boca cuando vio al grupo subir al escenario ayudando a Kwan para que no plantara el pie.
—¿Esos…? ¿Ellos son…? —las palabras no salían con facilidad de la garganta de la adolescente. Estaba en estado shock.
—Sí, son MS2. Ya te dije que no querrías volver a casa cuando los conocieras —le respondió su hermana agarrándola de la mano para llevarla con ellos.
—¿Cómo…? ¡Por los dioses, me va a dar un ataque al corazón! —exclamó mientras se echaba aire con la mano libre.
—Vamos —la apremió Faith casi tirando de ella.
Llegaron hasta el frente del escenario y los observaron hasta que Eun-Ji bajó para saludarlas y decirles que subieran.
—Encantado de conocerte, Summer —le dijo el chico estrechando la mano femenina con una sonrisa en los labios.
La adolescente estaba moviendo la boca como un pez bajo el agua y sin poder pronunciar ninguna palabra.
—Voy a ver el tobillo de Kwan. Ven —informó la fisioterapeuta cogiendo la mano de su hermana para guiarla junto al chico hasta el escenario—. ¿Te la puedo dejar a cargo? —Le preguntó al cantante.
—Por supuesto —la cogió de los brazos y la acercó a los demás integrantes—. Chicos, ella es Summer, la hermana pequeña de Faith.
—Es un placer conocerte —la saludaron al unísono.
—Es igual de bella que su hermana mayor —apuntó Dae-Hyun ofreciéndole asiento en un taburete alto—. Siéntate. Vamos a cantarte un poco.
Sus compañeros asintieron dando la razón a ambos comentarios y la música comenzó a sonar.
La adolescente no podía dejar de sonreír con las mejillas sonrojadas. Estaba cumpliendo un sueño y no tenía intención de despertar de él.
Faith se ocupó del tobillo de Kwan mientras éste y los otros seis integrantes se encargaban de cantar para hacer las pruebas de sonido y sorprender a la adolescente.
***
Los chicos estuvieron muy atentos con la pequeña. Bailaron con ella, cantaron para ella y jugaron con ella haciéndola reír con sus ideas, bromas y peleas que no llegaban a ninguna parte.
—Estáis locos —se rio Faith al ver a Eun-Ji, el mayor de ellos, y a Seung, el menor, haciendo unos bailes espontáneos y divertidos.
—Me duelen las mejillas de tanto reír. Parad ya, por favor —les suplicó la adolescente carcajeando.
Ambos pararon cuando su mánager llegó para comunicarles que debían regresar al hotel en unos minutos, por lo que las chicas se despidieron de ellos a regañadientes y se marcharon a su casa.
—Hermana, retiro lo dicho. Tienes dos años exentos de regalos —le informó Summer cuando se sentaron en el vehículo.
—Cambiarás de nuevo. Toma. Fíjate bien en las entradas —le dijo ofreciéndole su móvil con la foto en la pantalla.
La adolescente la contempló con atención y sus ojos celestes se abrieron de par en par al ver <<camerinos>>.
—Me va a dar algo —concluyó moviendo la mano para echarse aire y no desmayarse.
—Tranquila, respira hondo. ¿Han aumentado los años en los que no hace falta que te regale nada? —Le preguntó divertida arrancando el motor.
—Definitivamente, sí. ¿Puedo preguntarte algo? —Le inquirió la muchacha con curiosidad en la voz. Faith asintió—. ¿Cómo los conociste?
—En realidad solo conocía a Min Ki hasta el lunes que fui al hotel para verlo. Me presentó a sus compañeros y me invitaron al concierto.
—Qué suerte tienes. ¿Y qué le ha pasado a Kwan?
—Se hizo un esguince, pero lo estoy tratando. Estará recuperado para el concierto.
—Menos mal. Muchas gracias, hermana. Has hecho uno de mis sueños realidad —le agradeció la adolescente de corazón.