Faith (melodía de amor 1)

Capítulo 6

Tras un concierto espectacular en el que habían gritado, bailado, cantado, aplaudido y reído hasta que las mejillas y la garganta les dolieran, Faith y Summer esperaron con impaciencia a que llegara el momento de poder utilizar sus entradas para entrar en el camerino.

Se acercaron al camerino, el vigilante las dejó pasar y saludaron a los chicos con un gran abrazo y dándoles la enhorabuena por el espectáculo que habían dado. 

—Muchas gracias. Si no fuera por ti yo no podría bailar junto a mis compañeros. No me hubiera sentado muy bien estar allí parado —le agradeció Kwan con un abrazo fuerte y un beso en la frente. 

—No hay que darlas. ¿Tienes alguna molestia? 

—Nada de nada. Está como nuevo. 

—Me alegro. 

Eun-Ji se acercó a ellos y, disimuladamente, la alejó del camerino con él, hasta el pasillo oscuro. Le dedicó una sonrisa, se inclinó hacia ella y le dejó un beso en los labios. 

Faith se lo devolvió, un poco nerviosa, y rodeó la cintura de él con sus brazos.

—Gracias por venir —le dijo el cantante en un susurro y con la frente apoyada en la de ella. 

—Gracias por invitarme. ¿Mañana os vais? 

—Por la noche —respondió con los labios fruncidos. No quería alejarse.

—Llámame cada vez que puedas y quieras. 

—De acuerdo, aunque… —la frase del chico se quedó interrumpida con expectación. 

—¿Qué? No me asustes. ¿Qué ocurre? —Le inquirió alejándolo unos centímetros para poder mirarlo a los ojos. 

—Tenemos una noticia que darte. 

—Suéltalo ya —le ordenó nerviosa. 

Él la agarró de la mano y la llevó de nuevo al interior del camerino. Entró sonriendo de oreja a oreja y llamó a sus compañeros. 

—Chicos, tenemos una noticia que darle a Faith, ¿verdad?

—Cierto. Casi se nos olvida. Ven, siéntate —le sugirió Min Ki dejando su asiento libre para que ella lo ocupara. 

—Me estáis asustando —apuntó la chica con el temor reflejado en el rostro.

—Hemos hablado con nuestro mánager que, a su vez, ha hablado con la discográfica y han decidido que… —Eun-Ji volvió a interrumpir su frase para mirar a cada uno de sus amigos y continuó unos segundos después—: Que te van a contratar como nuestra fisioterapeuta privada. 

Las bocas de las dos hermanas se abrieron. Summer estaba emocionada y Faith estaba sorprendida, en shock. ¿Acababa de oír bien? 

—Eso significa que… —las palabras se quedaban atascadas en su garganta seca. 

—Significa que vas a venir con nosotros a todos los conciertos que tengamos, a cualquier lugar que viajemos —continuó Kwan con la felicidad en su rostro. 

—¿Me estáis tomando el pelo? —Inquirió la muchacha con los ojos entrecerrados y el rostro serio. Si era una broma no tenía ninguna gracia. 

—No. Te aseguro que es verdad. Es más, aquí tienes el contrato —le aseguró Min Ki cogiendo una carpeta marrón que le entregó su mánager. 

—¡Hermana, qué suerte! ¡Por los dioses! —gritó con entusiasmo Summer. 

La joven miró el contrato por encima y aún estaba asombrada. ¿Cómo había llegado a pasar? No podía creerlo por más que miraba los papeles de arriba abajo. 

—¿Qué dices? ¿Aceptas ser nuestra fisioterapeuta privada? —Le preguntó Eun-Ji emocionado y nervioso al ver el rostro descompuesto de ella. 

—Claro que acepto, pero tengo un trabajo y debo avisar. Hasta dentro de quince días no podré incorporarme a vosotros —contestó la chica mirando al mánager. 

—Lo sabemos. No te preocupes por eso. En cuanto estés lista te enviaremos el billete de avión y te encontrarás con nosotros en el lugar que estemos —respondió el hombre con su voz grave, pero tranquilizadora. 

Faith asintió y el mánager le entregó un boli para que firmara. El contrato empezaría a ser efectivo el día que ella dejara de estar trabajando en el hospital. 

—Muchas gracias. No sé qué más decir —apuntó la joven entregando la carpeta con su firma. 

—Hay que celebrar esta nueva incorporación, ¿no os parece? —propuso Dae-Hyun al levantarse de un salto para cambiarse de ropa—. Vamos, espabilad. 

***

En cuanto los chicos se cambiaron salieron del estadio ya vacío y regresaron al hotel. El mánager alquiló el restaurante para ellos solos y se sentaron en una mesa redonda donde cabían todos sin problemas. 

Eun-Ji se sentó al lado de la chica y cogió su mano escondiéndola bajo la mesa. Le acarició el dorso con suavidad, al igual que ella, e intentó mantener el control de su deseo.  

Cenaron entre risas por culpa de los chicos y Summer casi se atragantó con su bebida cuando uno de ellos hizo una gracia y la adolescente no pudo contener la risa. 

Todo el grupo se marchó a sus habitaciones, excepto Eun-Ji y Min Ki que acompañaron a las muchachas a su casa seguidos de sus guardaespaldas. 

En el coche de la fisioterapeuta, el cantante le dejó un beso en la mano antes de que se apearan y se despidieron de ambas entrando en la furgoneta de sus guardaespaldas. 

Las hermanas cerraron la puerta de la casa y subieron a sus habitaciones abrazadas. Summer aún no podía creer que su hermana se fuera con ellos de gira y Faith tampoco. No conseguía asimilarlo y estaba segura de que aquellos quince días sin ellos se le harían eternos. 

La fisioterapeuta se puso el pijama y se metió en la cama. Se estaba tapando con el edredón cuando recibió un mensaje. Aún no había visto de quién era, pero tenía una pequeña idea. Una sonrisa se dibujó en sus labios, cogió el teléfono de la mesita de noche y lo desbloqueó. 

—<<No sé si podré estar tantos días sin ti. Ya te echo de menos>> —leyó con la voz temblorosa por los nervios. 

—<<Yo tampoco. Se me van a hacer eternos>> —tecleó con el corazón latiendo a mil por hora. 

—<<¿Qué vas a hacer mañana por la mañana?>> —Quiso saber el chico. 




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