Faith (melodía de amor 1)

Capítulo 10

La semana estaba pasando relativamente rápida para la chica, aunque aún le preocupaba el comportamiento de Benedit para con ella.

El chico la había intentado confrontar más de una vez al día para intentar que cambie de opinión respecto a su nuevo empleo, sin embargo, gracias a Lisa, la compañera y mejor amiga de la joven, lo habían estado manteniendo lejos.

Faith se sentía mal por tener que estar siempre acompañada de su amiga en el hospital, pero no le quedaba más remedio si quería que su compañero la dejara tranquila. 

Cuando salía a la calle se sentía extrañamente vigilada. Creía que estaba empezando a entender a los famosos, todo el día asediados por los fotógrafos y los periodistas. Pero ¿cómo iba a ser un fotógrafo? Nadie sabía de su relación con un miembro de MS2, por lo que debía ser otra persona. 

Durante un desayuno con Lisa le contó sus sospechas y la joven comenzó a preocuparse de verdad por ella. Ese hostigamiento no era normal. 

—¿Se lo has contado a tu novio? —Quiso saber su compañera susurrando para que nadie escuchara lo que no debía. 

—No quiero que se preocupe. Solo son mis sospechas, no estoy segura porque no lo he visto en ningún momento. 

—Faith, es tu pareja. Estoy convencida de que se enfadará si te pasa algo y no le contaste nada sobre ello. Él podría ayudarte, aun estando a kilómetros de distancia de aquí —le aseguró Lisa dando un sorbo a su refresco. 

—No lo sé. Tengo miedo de Benedit. Menos mal que ya me quedan pocos días para irme y no volver a verlo. 

—Amiga, hazme caso y díselo a tu novio o a tu familia. Te protegerán y te ayudarán en todo lo que necesites. 

—De momento, esperaré. Si la cosa va a peor y logro ver que me espía, lo diré. 

—No estoy de acuerdo con tu decisión, pero no me vas a hacer caso por más que te diga, ¿verdad? —la fisioterapeuta negó con la cabeza al dedicarle una sonrisa inocente—. En fin, allá tú. 

Los días continuaron y la chica no dejaba de darle vueltas a la cabeza. miraba por el retrovisor a cada instante cuando estaba en el coche y cerraba su ventana a cal y canto cuando llegaba a su casa. Se estaba volviendo loca con aquella situación y no sabía qué hacer para que el chico la dejara en paz. 

El sábado por la mañana fue la competición de patinaje artístico sobre hielo de su hermana Summer con toda la familia y respiró con libertad mientras estaba cerca de ellos. 

Las patinadoras habían hecho un buen ejercicio, no perfecto, pero sí lo suficiente como para tener buena puntuación. 

El móvil de Faith sonó en su mochila y contestó sin mirar quién era:

—¿Sí? 

—Hola, amor. ¿Qué haces? ¿Qué es esa música? —Le preguntó Eun-Ji por el otro lado del auricular. 

—Estoy en la pista de hielo. Summer tiene una competición. ¿No deberías estar ensayando? —Inquirió ella alejando el móvil un poco de su oreja para mirar la hora. 

—Ya hemos terminado. Esta noche es el concierto. ¿Summer patina sobre el hielo?

—Hace patinaje artístico. Si sigue así de bien puede llegar a convertirse en profesional. 

—Cada semana me sorprende una de mis cuñadas. ¿Ya ha salido ella? —Quiso saber el chico quedando sentado en la cama con la espalda apoyada en el cabecero. 

—Aún no. En cuanto acabe la chica que está haciendo su ejercicio saldrá. 

—¿En serio? Genial. Te hago una video-llamada —colgó y volvió a llamar para poder ver a su cuñada más pequeña—. Tienes que avisarme de estas cosas, amor. No quiero perderme nada de lo que te pase o pase en tu familia. 

—Lo siento. No volverá a pasar —contestó ella con los auriculares puestos. Llamó a sus padres y le dio la vuelta al móvil para que vieran al joven—. Os manda saludos. 

—¿Cómo crees que le saldrá la coreografía? —Se interesó el cantante saludando a sus suegros con un movimiento de mano. 

—Espero que bien. Ha practicado mucho y todos los saltos le salen. Por cierto, ¿sabes de quién es la canción que ha elegido? —lo interrogó con una sonrisa traviesa en los labios. 

—¿De quién? 

—La canción se llama Epiphany. ¿Te suena de algo?

—¿En serio? Esa es mi canción. La canto en solitario en los conciertos —respondió emocionado por aquel descubrimiento. 

—Por si no lo sabías, tú eres su favorito. Bueno, en realidad tiene tres favoritos, pero tú eres el primero. 

—Me vas a hacer llorar. ¿Quiénes son los otros dos?

—El segundo es Seung y el tercero TaeYang. Ya va a salir. Voy a darle la vuelta a la cámara, espera. 

En cuanto la cámara trasera del móvil de la chica apuntó a la pista de hielo, el chico vio entrar a su pequeña cuñada con elegancia y ataviada con un traje plateado con algunas plumas en el hombro izquierdo y en el muslo derecho, con brillos por todo el corpiño. Parecía un cisne blanco. 

—Está preciosa. Quítate los auriculares para que pueda escuchar la canción, estaré callado —le aseguró su novio concentrado en la adolescente. 

Faith obedeció y los primeros acordes de la canción empezaron a sonar en el silencio de la pista de hielo. Summer se movió con delicadeza y patinó por la pista a gran velocidad para poder hacer los saltos programados en el momento exacto. 

Los ojos y la boca de Eun-Ji estaban abiertos de par en par observando con atención todos los movimientos de la chica y los saltos imposibles que él no conseguiría ni en toda una vida de entrenamiento. 

Estaba inmerso en la coreografía cuando la puerta de su habitación se abrió para dejar paso a sus compañeros de cuarto, otra vez. Los dos se acercaron a la cama y se sentaron a los flancos de su amigo para ver lo que lo mantenía tan concentrado. 

—¿Quién es? —Preguntaron al unísono los recién llegados al escuchar la canción de su amigo por los altavoces del aparato. 

—Summer —contestó Eun-Ji sin perder de vista a su cuñada. 

—¿De verdad? ¿Es que todas son deportistas o qué? —Quiso saber TaeYang poniendo atención a la adolescente mientras se tapaba el rostro con el cuello alto de su jersey. 




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