Fake love

Capítulo 1

_Raymond, ya va siendo hora de que te busques una buena mujer y te cases. Vas a cumplir cuarenta, te vas a quedar para vestir santos.
El hombre frunció el ceño, terminándose el café. Dejó la taza de nuevo sobre la mesa y se levantó, apoyándose en el bastón.
_Ray, va en serio. ¡Búscate una buena chica!
Salió de la cafetería sin mediar palabra. Sí, claro. Se buscaría una buena chica siempre y cuando esta fuera un hombre. Suspiró, haciendo un gesto de dolor. Tendría que haberse quedado en casa. 
_Jodida pierna... 
Siguió caminando mientras su mente viajaba al pasado,justo a la llegada de aquel primer amor que a los jóvenes les altera las hormonas y los enloquece por completo. El de Raymond se había personificado en su mejor amigo. El chico más popular, el capitán del equipo de fútbol y novio de la animadora más cotizada. Y por supuesto ni se le había pasado por la cabeza declararsele, sobretodo cuando meses después de entrar en la universidad él anunciaba su compromiso. Raymond había sido su padrino y asistió a como su primer amor se alejaba de la mano de su mujer hacia un futuro donde él no estaba invitado. Podría decirse que había sido un gilipollas redomado, más que nada porque después de eso perdieron el contacto por completo pero Raymond jamás había conseguido arráncarselo del corazón. Se detuvo frente a su casa, observando confuso el camión de la mudanza frente a la casa de al lado. Ignoraba que la casa se hubiera vendido. Negó con la cabeza y se dirigió a la rampa para entrar cuando una voz femenina le llamó. 
_¿Heather? 
_¡Raymond!¡Que alegría me da verte! 
Hablando de animadoras... Allí estaba. Heather Macallister. La esposa de su primer amor. Entonces ¿aquello significaba que...? 
_Sí... ¿Cómo está Anthony? 
_Anthony murió. Por eso nos hemos mudado. 
_Oh, vaya... Lo lamento mucho. 
Sintió como el corazón se le resquebrajaba lentamente pero debía mantener la compostura frente a ella. 
_¿Cómo te ha ido? ¿Seguiste adelante con tu sueño de ser músico? 
_No. Doy clases particulares de piano. 
_Vaya, es una lástima. Recuerdo que tenías mucho talento. 
_Supongo. 
_¡Eh, vieja!
Raymond se quedó paralizado al ver acercarse al joven. Era la viva imagen de Anthony exceptuando claro por los piercings en la ceja y el labio y aquel pelo negro. 
_¡Alain! ¡Ten más respeto! ¡Soy tu madre! 
_Sí, sí, ya...¿Quien es ese? 
Raymond sintió como un escalofrío le recorría la espalda mientras Alain Le observaba con excesiva atención. 
_Es un amigo de tu padre. 
_Ah, ya. ¿Le dijiste que palmó? 
_¡Alain! 
_¿Qué? Joder, no voy a poder decir nada porque eres una agonías. Por cierto, me piro. 
_¿Qué?¿Dónde vas? 
_Por ahí, joder. No me agobies,vieja.
Heather suspiró viendo al muchacho alejarse. 
_Dios santo... Está tan intratable, ya no sé qué hacer con él. 
"Llevarlo a una bruja, por ejemplo", pensó Raymond sin poder evitar preguntarse porque aquellos ojos azules se habían pasado clavados en él todo el tiempo. 
_Ah... Mi primer alumno llegará en breve así que me tengo que ir. 
_Claro, claro. No te entretengo más, lo siento. 
_No ocurre nada. Un placer verte de nuevo.

*******
Había suspendido todas las clases de aquel día para poder ahogar lentamente sus penas en alcohol. Cuál no sería su sorpresa cuando de madrugada el timbre sonó.¿Quién diablos podría ser a aquellas horas? Asió con fuerza el bastón e intentó llegar a la puerta sin caerse en el intento. Quitó todos los seguros y abrió. 
_Hey... 
Aquello debía ser una broma. Sí, obviamente. ¿Si no era así que pintaba el hijo de su primer amor en la puerta? 
_Mi vieja no me deja entrar así que me quedo a dormir aquí esta noche.-sentenció el joven colándose en el interior. 
_¿Qué...? ¿Cómo? 
Pero él ya había desaparecido rumbo al salón. 
_¡Oye, mocoso! 
Caminó todo lo rápido que pudo y se lo encontró sentado en la banca del piano con las piernas cruzadas y una sonrisa arrogante que no le gustó en absoluto. 
_Así que querías follarte a mí padre ¿me equivoco? 
_Fuera de mi casa. 
_Así que no. Guay.¿Sabes? Me has gustado así que podemos tener sexo. Estoy aburrido y es temprano para dormir. 
_Fuera de mi casa ¿acaso estás sordo? 
_¿Eso es que no quieres tener sexo conmigo? 
_Vete de aquí. 
_¿Eso es un no? 
_Por supuesto que es un no. 
_Bien. 
Alain se levantó y ante el pasmo de Raymond agarró el cuello de su camiseta y la rasgó. 
_¿Qué haces? 
Acto seguido se arrancó una de las mangas e hizo saltar el botón de su pantalones, forzando luego la cremallera hasta que una parte salió disparada por el salón. 
_¿Que estás haciendo? Para de una vez. 
Alain volvió a dedicarle aquella sonrisa para luego mirarlo con expresión de terror y las lágrimas comenzaron a caerle por las mejillas. 
_Me...me invitó a entrar y me atacó. Pasé mucho miedo. Es una bestia. ¿A quien crees que van a creer? ¿Al menor con la ropa destrozada o a ti?
_Yo no te he hecho nada. ¿Y como se supone que iba a hacerlo si me sacas 10 centímetros de altura y llevo bastón? 
El joven se acercó a la puerta y dedicándole una amplia sonrisa se pegó un golpe en la cara con el marco. El cuarto se quedó en silencio un instante hasta que Alain se echó a reír. 
_¿Y bien...? Puedo seguir colocando pruebas falsas por tu casa o simplemente tu podrías ceder. 
_Estás... Estás desequilibrado. 
_Échale la culpa a quienes me criaron. 
Se acercó a Raymond y le quitó el bastón de un fuerte tirón que le hizo caer al suelo. Antes de que el hombre pudiera reaccionar siquiera el cuerpo del chico ya le había inmovilizado contra la alfombra. 
_Vamos a follar¿ok? 
_No... 
_Ray, Ray...no estoy pidiéndote permiso. Como tú has dicho, eres más bajo y más débil que yo. No necesito que me lo permitas. 
_Vete. Vete y te juro que lo olvidaré. Pero si sigues no... 
No pudo terminar la frase por culpa del fiero beso con el que Alain le obsequió. El hombre le mordió la lengua causando que el muchacho se separara con una mirada de sorpresa. 
_Vaya, estás peleón. Me gusta. 
_Márchate. Ahora. No voy a volverlo a repetir. 
_¿Y si no quiero qué?
Raymond lo empujó bruscamente, pillándolo por sorpresa y se arrastró unos metros hasta el sofá para ayudarse a ponerse en pie pero Alain era más rápido y volvió a tirarlo al suelo. 
_Ya veo. No volverás a pillarme desprevenido.
_Tu¡maldito mocoso psicópata! 
_Puedes pensar que soy mi padre si te sientes más tranquilo. Tampoco sería la primera vez que alguien nos confunde. Oh, bueno, no tengo condones. Pero estoy sanísimo por lo tanto no voy a pegarte nada. Y dicho esto...-susurró el joven con una amplia sonrisa.-Vamos al lío.



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Editado: 04.05.2020

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