Joseph Quinn se recuperó rápidamente del mareo que amenazaba con hacerlo desmayar. Con determinación en sus ojos, decidió que ya era tiempo de sincerarse con Milu. Sin rodeos ni dudas, se acercó a ella y le confesó todo lo que había guardado en su corazón durante tanto tiempo.
—Milu, necesito decirte algo —dijo Joseph con voz firme, ignorando las miradas curiosas de los demás.
Milu lo miró con sorpresa, pero con una expresión que mostraba que estaba dispuesta a escucharlo.
Mientras ellos hablaban, yo me aseguré de capturar cada momento en video. Sabía que este era un momento crucial, no solo para Joseph y Milu, sino también para Joe Keery, quien esperaba ver el resultado de esta confesión.
Joseph respiró hondo, reuniendo valor antes de hablar. Milu lo observaba con curiosidad, esperando escuchar lo que él tenía que decir.
—Milu, hay algo que necesito decirte desde hace mucho tiempo.
Milu, con gesto de sorpresa y expectativa, preguntó:
—¿Qué pasa, Joseph?
Joseph la miró directamente a los ojos.
—He estado sintiendo algo muy fuerte por ti. No puedo seguir guardándolo más.
Milu, con una mezcla de sorpresa y emoción ante la situación.
—¿De verdad?
—Sí, Milu. Cada vez que estoy contigo, siento que todo encaja. Eres especial para mí de una manera que no puedo explicar con palabras.
Milu sonrió con ternura ante las palabras de él.
—Yo también he sentido algo similar, Joseph. Nunca supe cómo decírtelo.
Joseph, con alivio y felicidad, solo pudo decir:
—Me alegro de haberlo hecho entonces. No quería perder más tiempo sin decirte lo que siento.
Milu se acercó y tomó las manos de él.
—Gracias por ser honesto, Joseph. Significa mucho para mí.
Joseph solo pudo sonreír con alivio ante la revelación.
—Gracias por escucharme, Milu. ¿Te gustaría salir conmigo un día de estos?
Los nervios me invadían, pero me concentré en grabar cada detalle, desde el temblor en las manos de Joseph hasta la sonrisa de alivio en Milu cuando finalmente escuchó las palabras que tanto tiempo llevaba esperando.
Después de la confesión, el ambiente se llenó de un silencio tenso. Joseph miró a Milu con expectación, esperando su respuesta. Ella titubeó por un momento, pero luego una sonrisa sincera se extendió por su rostro.
—Yo también siento lo mismo, Joseph, y sí, me encantaría poder salir un día de estos contigo —respondió Milu finalmente, con una voz suave pero llena de emoción.
El alivio inundó el rostro de Joseph mientras se abrazaban, sellando así un nuevo capítulo en sus vidas. Sabía que este video sería más que un recuerdo; sería la prueba de que, a veces, las confesiones directas y sin rodeos son las que traen las mayores recompensas.
Con cuidado, guardé la cámara y me preparé para enviar el video a Joe Keery. No podía esperar a ver su reacción ante esta revelación que cambiaría el rumbo de la historia que estábamos viviendo juntos.
Joe recibió con entusiasmo el video que le envié, lleno de expectativas mientras lo reproducía. Observó atentamente cada momento que capturé de Joseph y Milu, desde el momento en que Joseph se recompuso hasta la sincera confesión de sus sentimientos.
A medida que el video avanzaba, una sonrisa se extendía cada vez más en el rostro de Joe. Admiraba la valentía de Joseph al expresar sus emociones de manera directa y sincera, y la respuesta afectuosa de Milu.
Al llegar al final, Joe sintió una oleada de alegría y emoción por sus amigos. Decidió grabar un mensaje personal para ellos, expresando su felicidad y apoyo.
Joe encendió su cámara y comenzó a hablar con sinceridad y entusiasmo:
—¡Chicos! Acabo de ver el video y estoy realmente impresionado. Joseph, Milu, qué valientes son al compartir sus sentimientos de esa manera. Es realmente hermoso ver cómo se sinceran y se conectan de esa forma. Estoy genuinamente feliz por ustedes y emocionado de ver hacia dónde los llevará este nuevo capítulo. ¡Son increíbles juntos!
Grabó unas palabras más de aliento y apoyo antes de enviar el mensaje a Joseph y Milu, sabiendo lo significativo que sería para ellos saber que tenían su respaldo en esta nueva etapa de su relación.
Después de haber confesado sus sentimientos el uno al otro, Joseph y Milu decidieron retirarse juntos a su habitación, ansiosos por disfrutar de un momento íntimo y compartir más sobre lo que acababan de descubrir. Mientras tanto, yo tomé un Uber de regreso a la casa de Joe, reflexionando sobre la belleza del amor recién florecido entre mis amigos.
El Uber se detuvo frente a la imponente casa de Joe. Respiré hondo mientras el conductor confirmaba el destino y me preparaba para bajarme. Los nervios por el encuentro se mezclaban con la emoción de compartir las noticias con Joe.
Cuando la puerta principal se abrió, allí estaba Joe, con su característica sonrisa acogedora iluminando su rostro.
—¡Hey, ___! —me saludó Joe, extendiendo una mano para darme la bienvenida.
—¡Hola, Joe! —respondí, devolviéndole la sonrisa mientras salía del Uber y cerraba la puerta detrás de mí.
Caminamos juntos hacia la entrada, compartiendo brevemente sobre mis últimos momentos con Joseph y Milu.
—Te envié el video de lo que pasó —le dije, anticipando su reacción.
Joe asintió, con interés evidente en sus ojos mientras seguimos hacia el interior de la casa.
—Estoy emocionado por verlo una vez más contigo. Sé que ha sido un momento importante para ellos —respondió Joe, guiándome hacia la sala de estar donde podríamos sentarnos cómodamente.
Nos instalamos, y saqué mi teléfono para abrir el video, mientras Joe esperaba con expectación.
Nos sentamos juntos en la acogedora sala de estar de Joe, listos para ver el video que capturaba los sinceros sentimientos de Joseph hacia Milu. Con un gesto de expectativa, abrí el video en mi teléfono y lo reproduje, mientras Joe observaba con atención cada detalle de la pantalla.