¿Joe o Ben?

Joe me miraba con una mezcla de decepción y frustración en sus ojos, su mandíbula tensa mientras intentaba procesar lo que acababa de revelarse entre nosotros.

El aire golpeaba más fuerte que nuestras palabras, aunque sabía que las suyas iban a doler cuando las soltara.

—Siempre te veo recibiendo mensajes de Ben Barnes, invitándote a salir y llamándote. Pensé que habías dejado en claro que no querías una pareja en este momento —dijo Joe, su tono teñido de dolor y confusión.

Tragué saliva, sintiendo la necesidad de explicarme y aclarar malentendidos que habían surgido por mi falta de transparencia.

La verdad, valga la redundancia, es que es verdad: siempre estoy recibiendo mensajes de Ben, pero eso no significa nada, solo son mensajes.

—Es cierto que le he dicho a Ben que no estoy buscando una relación en este momento, pero no es porque no esté interesada en tener pareja. Estoy saliendo con alguien más —confesé con sinceridad, desviando la mirada brevemente.

Hubo un silencio incómodo mientras Joe absorbía mis palabras, sus cejas fruncidas en una mezcla de sorpresa y pesar.

—¿Con quién estás saliendo? —preguntó finalmente, su voz apenas un susurro mientras intentaba entender la verdad detrás de mis acciones.

Me mordí el labio inferior, luchando con mis propias emociones antes de reunir el coraje para responder con honestidad.

—Contigo, Joe. Estoy saliendo contigo —dije suavemente, buscando su mirada con determinación—. Ben es lindo, dulce y buen amigo, pero no es con quien quiero estar más allá de lo que ya lo estoy.

El silencio se hizo más pesado entre nosotros mientras Joe procesaba mis palabras. Finalmente, sus rasgos se suavizaron, dejando espacio para la comprensión y la aceptación.

—Lo siento por haber malinterpretado las cosas. Debería haber confiado en más en ti —murmuró, extendiendo una mano para tomarme la mía con suavidad.

Nos quedamos en silencio por un momento, permitiendo que nuestras palabras y gestos se asentaran entre nosotros. En ese momento, entendí que la transparencia y la comunicación eran fundamentales para construir y fortalecer nuestra relación.

Justo cuando la llamada de Ben iluminó la pantalla de mi teléfono, creando un tenso silencio en la habitación, Joe actuó con rapidez y decisión. Sin decir una palabra, se acercó a mí y me besó apasionadamente, su mano deslizándose hábilmente para silenciar el teléfono y esconderlo detrás de una almohada en el sofá.

El beso fue un acto de protección y posesión, una afirmación tácita de su compromiso conmigo y su deseo de evitar cualquier interferencia externa en nuestro momento juntos. Sus labios eran suaves pero firmes contra los míos, transmitiendo una promesa silenciosa de apoyo y amor incondicional.

Nos separamos lentamente, quedándonos en silencio mientras el teléfono con la llamada de Ben seguía zumbando débilmente desde su escondite. La tensión inicial se disipó gradualmente, reemplazada por una sensación de complicidad compartida y un entendimiento mutuo entre nosotros.

Joe me miró con una sonrisa suave, sus ojos reflejando el alivio de haber evitado un posible conflicto. Extendió su mano para tomar la mía con ternura, reafirmando silenciosamente nuestra conexión y compromiso el uno con el otro.

—Lo siento por la interrupción. Solo quería estar seguro de que nuestro tiempo juntos no fuera interrumpido —dijo Joe finalmente, su voz cálida y reconfortante.

Asentí con gratitud, sintiéndome protegida y amada en ese momento. Nos quedamos abrazados en el sofá, disfrutando del silencio reconfortante mientras dejábamos que el mundo exterior se desvaneciera en segundo plano.

El zumbido insistente del teléfono fijo rompió el tranquilo ambiente de la habitación, atrayendo nuestra atención de inmediato. Joe y yo intercambiamos miradas tensas mientras el contestador automático anunciaba la llamada entrante.

"Hola, linda. Me gustaría poder verte esta noche. ¿Qué dices de salir a comer o venir a mi casa? Espero noticias, saludos", se escuchó la voz de Ben Barnes a través del mensaje grabado en la contestadora.

La habitación quedó en silencio, cargada de una tensión palpable mientras absorbíamos las palabras de Ben.

Joe se puso de pie abruptamente, su rostro oscureciéndose con una furia contenida. Sin decir una palabra, avanzó hacia el teléfono y levantó el auricular con un movimiento brusco.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —Escuché a Joe decir con voz tensa y controlada mientras respondía a Ben, su tono lleno de indignación y decepción.

Me quedé atónita por un momento, observando la escena con incredulidad mientras Joe expresaba claramente su desaprobación hacia Ben. La llamada se convirtió rápidamente en un intercambio de palabras acaloradas, con Joe dejando claro su desagrado por la falta de respeto hacia nuestra relación.

Finalmente, Joe colgó con un movimiento brusco, su mirada encontrándose con la mía con una mezcla de frustración y determinación.

—Lo siento por eso. No deberías tener que lidiar con este tipo de situaciones —dijo Joe con voz serena, pero cargada de emoción, acercándose a mí con una mano extendida.

Nos abrazamos con fuerza, sintiendo el peso del momento compartido. En ese instante, supe que nuestra relación había alcanzado un nuevo nivel de confianza y compromiso, fortalecida por la adversidad que enfrentamos juntos.

Después de la tensa llamada telefónica, la puerta de mi casa resonó con un golpe insistente. Joe y yo nos miramos con sorpresa y preocupación mientras Ben, decidido, insistía en ser escuchado.

Mis pensamientos se llenaron de inquietud al ver la mirada furiosa de Joe.

—¿Qué hace aquí? —murmuró Joe entre dientes, su voz vibrante con una mezcla de incredulidad y enojo.

Sin esperar una respuesta, Joe se adelantó hacia la puerta y la abrió de golpe, confrontando a Ben con una mirada fría y penetrante. Ben pareció retroceder ante la intensidad de la reacción de Joe, pero no retrocedió, tratando de mantener la compostura y decidido a reclamarme como suya.