ÉL:
Te amé, te amo y te amaré por siempre.
Es costumbre de las mujeres presentarnos como los malditos canallas que lastiman y destrozan su corazón. Pues déjenme decirles que las historias siempre tienen, como mínimo, dos versiones. Y aquí va la mía.
«Porque somos quienes somos».
Esas simples palabras marcaron un antes y después en mi camino. Palabras que pondría en mi epitafio, pues el día que las dije morí al verla irse.
Yo la amé, y la amo, como los desdichados a la esperanza de algo mejor.
¿La amé? Más que a nada en la vida.
Porque solo cuando amas, una sonrisa, palabra o gesto, hasta el más sencillo, se convierten en anestesia para tus sentidos. Aunque vivas un infierno, parece que caminaras entre nubes si vas agarrado de su mano. Sientes que no existe la maldad, porque su mero existir es la señal de que Dios no te ha abandonado. Los días vienen cargados de esperanza, y tu corazón se acelera al sentir los primeros vestigios de la mañana, porque será otro día a su lado. No existe la monotonía de la rutina, una sonrisa suya altera todo el cronograma. Te sientes invencible, nunca permitirías que algo la lastimara. Solo alguien que ama busca la felicidad del otro, aunque eso implique sacrificar la propia.
¿La amé lo suficiente? Tanto que daría hasta la última gota de sangre que poseo con tal de protegerla. Incluso de mí mismo.
Alguien que ama es capaz de dar todo por el otro.
No existe la palabra sacrificio. Todo se convierte en un acto de amor.
Alguien que ama sabe que hay batallas que es preferible no pelear; no cuando las bajas serán mayores a la recompensa. No cuando la causa está perdida y continuar significa arrastrar al ser amado a la miseria.
Cuando permanecer a su lado solo le traerá penurias.
Alguien que ama reconoce cuando su amor no es suficiente, que no alcanza con solo amar sin medida. Con entregar el corazón y el alma.
Porque cambiar el destino para algunos es imposible. No podemos cambiar esto que somos, esto que nacimos siendo, sin importar cuanto lo intentemos.
Alguien que ama comprende que, a veces, el mayor acto de amor es dejar ir.
Aunque esa persona sea lo mejor que te ha pasado en la vida. Lo único bueno y puro que tienes en el mundo.
Alguien que ama busca la felicidad del otro, aunque eso implique sacrificar la propia. Aunque eso signifique dejarte marchar.
Porque eso eres para mí.
Tú eres mi felicidad.