Falsa perfección

Capitulo 05

 

Estábamos fuera del bar, la noche estaba fresca. 

Pronto llegaría el frío.

-¿Abeja? ¿Has traído tu auto?-

Abeja comenzó a buscar en los bolsillos de su pantalón.

-¿Qué haces?

-Busco mi auto-

Llevó las manos a mi nuca, frustrado.

Davyna comienza caminar, tiritando a causa del aire frío.

Suspiro, estoy haciéndola de niñero.

Me quito mi cazadora negra y se la pongo sobre los hombros.

Mi celular suena.

Lo busco en los bolsillos de mi pantalón pero no lo encuentro. Entonces escuchó un sollozo.

Davyna tenía mi celular entre sus manos. 

Me tenso por completo al verlo en sus manos, joder.

Le quito el celular de las manos y leo la pantalla, vuelvo a respirar con normalidad.

No le hables sobre su ex a Davyna. Alayna.

Davyna lloraba… ¿Acaso era por eso que había estado así hoy en el estacionamiento?

-¿Estas bien?- le preguntó con cautela.

Ella niega antes de abrazarme.

-Es un idiota… yo lo quería- 

No se que decirle, nunca se que hacer en situaciones que involucren lagrimas, no fui entrenado para eso. 

Solo dejo que me abrace.

Hunde su cabeza en mi cuello y me abraza con fuerza. Después de un rato ella se aleja y yo llamo un taxi que nos deja en su casa.

Cuando llegamos al edificio, la ayudó a ingresar,sigue tambaleándose cada que da un paso.

-¿Cual es tu piso?

-El 23

-Vamos por el ascensor-

Ella niega.

-Esa cosa me marea, no puedo subir.

¿Qué mierda? ¿se piensa subir 23 pisos en ese estado?

-No, vamos por el ascensor-

Ella niega cruzándose de brazos. Me llevo las manos en la cabeza. Respiro profundo para serenarme. Pienso en qué hacer pero llegó a la misma conclusión.

Solo hay una opción y no me gusta ni un pelo.

 

-No puedo más-

Estámos en el piso 5 y Davyna se niega a dar un paso más.

Cualquiera pensaría que por lo menos le bajaría un poco la borrachera por la actividad física, pero seguía tan ebria como al inicio de la noche. 

-¿El me dejo por esto? ¿Por qué no puedo subir en ascensor? 

Sus ojos comenzaron a cristalizarse.

Me pongo en cuclillas. Si la escucho llorar o lamentarse otra vez me volvería loco.

-Sube-

-¿Que?

-Te llevaré.-

Ella obedece y subo las escaleras con una abeja semiinconsciente en mis hombros.

Ya he subido 10 pisos y estoy agotado. 

Dejo a Davyna mientras recupero el aliento. 

Decido sentarme en las escaleras, mi espalda duele como el infierno.

Saco mi celular y le escribo a Alaya.

Killian:

¿En serio Davyna no puede subir al ascensor?

Su respuesta llegó unos minutos después.

Alayna:

No, le da miedo y se marea. ¿Por qué?

Bufe. Como si subir 23 pisos fuera algo insignificante.

Killian:

Porque está demasiado ebria como para subir 23 pisos.

Alayna:

¿23? de que estas hablando. Nuestro departamento es el dos nos mudamos hace poco por el problema de Davyna.

Guardo el celular y miro a Davyna. Se había puesto en posición fetal. 

Se le veía tan inocente… pero me había hecho subir 10 pisos con ella en mi espalda.

Me puse de pie y mi espalda sonó de forma anormal, espero no haberme quebrado nada. 

Mental. 

Todo es mental.

 

Después de lo que podría ser media hora, una hora o tal vez dos llegamos al departamento correcto, la abeja apenas entró se tiró en el mueble y yo necesito encontrar algo de utilidad como recompensa por mi esfuerzo.

-¿Davyna, puedo usar el baño?

No se si me escuchó o no, pero me adentre en el pasillo. El departamento ocupa todo el piso y se notaba que la renta era carísima; pero  se que eso no era un problema ya que el edificio fue su regalo de cumpleaños número 18.

Apenas me estoy adentrando a una habitación cuando el atronador ruido de la música me hace saltar en mi lugar.

Regreso al lugar donde deja a Davyna y la encuentro con una botella de tequila en la mano.

Me sorprende la facilidad con la que toma el licor.

La música cambia y ella deja la botella en el piso.

-¡Hay que bailar!-

Comienza a moverse de forma poco coordinada  y comienza a girar.

Se detiene de pronto, su rostro pierde el color, se lleva la mano a la boca.

Lo que me faltaba.

Comienza a caminar de prisa y la sigo, entra al baño y comienza a vomitar. 

Sin pensarlo mucho me acerco a ella y le recojo el cabello con una mano y con la otra comienzo a frotar su espalda.

Cuando deja de vomitar me mira sobre su hombro y me sonríe, lágrimas caen de sus ojos azules.

La acerco a mi pecho mientras ella solloza.

Por un segundo me sentí como un cabrón, ¿Acaso a si reacciono mi ex cuando terminamos?.

Luego me retracte del pensamiento, era improbable por no decir imposible ya que la encontré engañandome con su “amigo gay”.

Regrese mis pensamientos a Davyna, no la conocía lo suficiente pero me parece demasiado noble como para saber en las porquerías en las que está metido su padre.

Después de un rato ella se aleja y me mira a los ojos.

-¿Te quedaras?

La vuelvo a acercar a mi. 

-Creo  que deberías descansar un poco-

Ella me abraza y vuelve a sollozar hasta que se queda dormida.

Me quede ahí, en el baño y con Davyna entre mis brazos.

Después de un tiempo quiero alejarla pero ella me sujeta con fuerza… o tal vez soy yo quien no la aleja con suficiente fuerza.

Sea como sea, por un momento olvide que ella es el objetivo.



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En el texto hay: traicion, romance, mentiras y mafia

Editado: 10.03.2021

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